Se suele decir que hasta en el pueblo más pequeño hay iglesia, bar y frontón y Ezkio no es la excepción. Eso sí, el frontón es un tanto peculiar: tiene la pared a la derecha. Decidieron hacer el frontón junto al colegio y levantando la pared a la derecha del frontis lograban dos objetivos: sujetar el camino que va al cementerio y conservar las vistas. Se construyó a finales de los años 60 y el saque de honor de la inauguración corrió a cargo Fernando Tapia. A pesar tener su pared en el lado opuesto, Ezkio pudo jugar el torneo interpueblos.
El frontón de Ezkio majestuoso no es, pero coqueto sí. Y mejor que va a quedar tras la remodelación que se va a llevar a cabo. El Ayuntamiento y la Diputación Foral de Gipuzkoa suscribieron en primavera el convenio para colaborar en la rehabilitación de la instalación deportiva. El coste es de 163.870 euros y la Diputación aportará 79.382 euros.
Hasta la separación de los dos pueblos, los equipamientos municipales, incluidos los deportivos, se distribuían entre Ezkio e Itsaso. Itsaso cuenta con un frontón cubierto que permite jugar a pelota en una condiciones adecuadas, mientras que el frontón que se ubica en Ezkio presenta carencias. Sobre todo, cuando llueve y sopla el viento: la cubierta ejecutada en el año 2010 no evita que el agua y el viento entren por el lado izquierdo del frontón.
Además, el estado de conservación no es todo lo bueno que debiera: tanto el frontis como la pared lateral presentan desconchados y fisuras que obstaculizan el juego. Esta situación provocó que los vecinos de Ezkio demandaran una actuación.
Actuaciones El proyecto acordado por el Ayuntamiento y la Diputación recoge dos actuaciones. Por un lado, se protegerá de la lluvia el interior del frontón, mediante la colocación de nuevas placas de policarbonato celular en los huecos existentes en la fachada este y la fachada norte. Por el otro, se arreglarán las paredes en mal estado, picando los revestimientos actuales mediante un chorreo de arena. Después se rasearán las paredes con mortero. Finalmente, se pintarán.
Además, se va a reformar la planta baja del edificio situado junto al frontón (la antigua escuela). Se habilitarán dos aseos. Uno de ellos será adaptado. A estos aseos se podrá acceder desde el exterior del edificio. El resto de la planta baja se utilizará para usos complementarios al frontón: vestuario, local de reunión?
La parroquia y el ostatu El frontón de Ezkio, pared derecha incluida, estará en breve en perfecto estado. A la altura, casi, de las otras dos patas del banco: la parroquia de San Miguel y el ostatu Argindegi. La iglesia de Ezkio es del siglo XIV. Tiene una puerta de acceso gótica y consta de tres naves con arquerías de medio punto. El templo alberga un retablo de principios del siglo XVI, que consta de un banco, tres cuerpos, tres calles y guardapolvos. El retablo ha sido peraltado por un alto zócalo. El ostensorio ocupa la parte central del banco. A uno y otro lado hay dos relieves de la Pasión: la Flagelación y el Camino de la Cruz.
El primer cuerpo lleva en el centro la imagen de San Miguel. En los lados, relieves que hacen referencia al arcángel, y en los que están representados la aparición en el monte Gárgano y el arcángel en lucha con Satanás.
En el segundo cuerpo, la imagen del centro la ocupa la Virgen, coronada y rodeada de ángeles, y también la Anunciación y la Adoración de los Pastores. En el tercer cuerpo, el Calvario ocupa el centro, y los relieves son de la Resurrección del Señor y del Santo Entierro.
Como curiosidad, se dice que el sonido de las campanas de la iglesia de Ezkio se escucha en todo Urola Garaia y Goierri. Los gritos de alegría de los comensales del ostatu también se escuchan en varios kilómetros a la redonda. Este establecimiento hostelero lo regentan el cocinero zumarragarra Josu Landa y su pareja, la palentina Verónica Pérez.
Landa estudió cocina en el Txoko del Gourmet de Donostia. Antes de coger el ostatu Argindegi de Ezkio, trabajó en el Lasa de Bergara, el Bulli, el Iturri de Azkoitia y el Tubal de Tafalla.
Él y su pareja llevan casi nueve años en el ostatu Argindegi de Ezkio. Llegaron en octubre de 2010. Durante la semana ofrecen menús y el fin de semana se come y se cena a la carta.
Su especialidad son los pescados, el solomillo con salsa de oporto y foie y el cordero a baja temperatura (por encargo). En verano abren de martes a domingo y de septiembre a junio de miércoles a domingo.
Pero la iglesia, el frontón y el ostatu no son los únicos atractivos de Ezkio. También son interesantes el caserío Igartubeiti y su centro de interpretación, los restaurantes Agirretxea y Topa, la ermita de Santa Marina, el crucero, la picota, los caseríos Zelaa, Salete, Pagoaga y Zubitain, el monte Izazpi...