Por sorpresa, sin que nadie en Villabona tuviera conocimiento de sus ingeniosas intenciones, un grupo de jóvenes de entre 16 y 18 años se aventuró en 1969 a realizar una parodia-comparsa de una boda el “día de los casados” de las Santio Jaiak. El éxito fue rotundo, tanto que el ayuntamiento les pidió que lo repitieran cuatro días más tarde, dentro de las fiestas. En el año 1994 reeditaron la parodia por el 25º aniversario y este año la comparsa de “la boda” celebrará sus bodas de oro, cómo no, en las calles de Villabona haciendo gala de su buen humor y del mismo espíritu transgresor con el que comenzaron su andadura.

NOTICIAS DE GIPUZKOA se ha reunido con cinco de los integrantes de la agrupación para recordar cómo comenzó su periplo. Joxe Mari Eizmendi, Mikel Uzkudun, Fernando Garmendia y los hermanos Anton y Angel Sanz reconocen que eran muy jóvenes y que comenzaron a organizar algo de forma extraoficial de cara a las fiestas del pueblo. “Teníamos entre 16 y 18 años y con la rebeldía propia de la edad empezamos a preparar una comparsa-parodia lo más real posible de una boda por todo lo alto de una pareja de novios que ya eran padres de un niño y que también estaba en la ceremonia. Esto ya de por sí era fue una osadía, algo novedoso e inusual, porque por aquel entonces no se permitía tener hijos antes de casarse”, rememora Joxe Mari Uzkudun.

Con la ayuda y dirección de Conchita Uranga, madre de uno de los componentes, y la modista Josepi Arregi empezaron a conseguir los trajes para todos los personajes y dar forma a la comparsa. Anton Sanz se metió en el papel de novio y Mikel Uzkudun en el de novia; “éramos vecinos y surgió el amor”, bromean los comparseros.

Trece integrantes formaban la agrupación. Además de los contrayentes estaban los padrinos e invitados, un niño grande metido en un carro fabricado por ellos mismos, los suegros, el músico, el fotógrafo, la criada y su novio marino que volvió de la mili para la boda. “Eran otros tiempos y los personajes son reflejo de la época”, apostilla Fernando Garmendia.

Ni siquiera el Ayuntamiento tenía conocimiento de la sorpresa que tenían preparada y el éxito fue rotundo. Dicen que el alcalde mandó al alguacil tirar cohetes para que la gente pudiera enterarse. “El efecto que provocamos era tal que parábamos en los bares y todos nos invitaban a tomar algo. Teníamos 16 años y tomamos los primeros vermús de nuestra vida y, además, gratis”, recuerdan.

Entre la incredulidad que provocaron, las carcajadas que arrancaron a la gente y que algunos billabonatarras se quedaron sin verlos porque no era un acto anunciado en el programa de fiestas, el consistorio les pidió que repitieran la parodia el día 30 y corrió, además, con los gastos de ese día. “A pesar de la época que era, seguramente habría alguien en el Ayuntamiento con deseos de libertad y con ganas de sentir algo de aire fresco en el pueblo”, coinciden los miembros de la comparsa.

En el año 1994 decidieron reeditar la fiesta con motivo del 25º aniversario, ya dentro del programa de fiestas, desfile en el que se incorporaron los personajes más: el cura y el alguacil.

Y este año la comparsa “de la boda” festejará sus bodas de oro por todo lo alto. Respetarán al máximo la idea original, celebrando, además, que de los trece integrantes del grupo inicial están todos excepto Kotte Esnaola, que falleció, y Emilio Salaberría, que está en la cárcel. “Nos parece que es motivo de celebración que estemos tantos amigos y que, además, mantengamos el humor para hacer de nuevo la parodia”, reconocen.

Para este año están preparando un desfile en el que no faltará el humor y las sorpresas. Para pregonar la proximidad del casamiento dentro de unos días colocarán un cartel de 9x5 metros, obra de Antón Sanz, el “artista” del grupo, en uno de los laterales del cine Gurea en la que aparece una pareja de novios, la imagen de la Torre Eiffel y el lema Le petit Paris. “Villabona ha sido conocida con este sobrenombre, porque antes había muchos pelotaris que iban a América y hacían fortuna allí. Cuando venían seguían manteniendo su estatus y eran recibidos como ídolos, por lo que podemos decir que Villabona se consideraba un pueblo con categoría”, contextualizan.

Mantendrán los personajes y se vestirán también en el mismo lugar que en 1969 y 1994, es decir, en el local donde estaba el almacén Vinos Ayestarán, detrás del bar Txurrut. El desfile arrancará a las 11.30 en la iglesia, cuyo pórtico engalanarán para la ocasión con flores y no faltará una alfombra por donde caminarán los recién casados.

La invitación para la gente es doble. Por una parte, quieren que los billabonatarras y todo el que quiera acercarse les acompañen en el desfile y, por otra parte, han hecho una invitación abierta para participar en la comida que tendrá lugar en la plaza Amaiur, al lado de la iglesia. El único requisito será ambientarse con la estética de la boda y que los comensales masculinos vistan con pantalón largo y chaqueta, y las mujeres lleven un sombrero como complemento.

Hay que apuntarse antes del 20 de julio, indicando el nombre de la persona o cuadrilla al ingresar 30 euros por adulto y 11 euros por niño (hasta 12 años) en la c/c 2095 5072 6091 1866 3363 de Kutxabank.