elgoibar - Tras pasar una etapa de su vida fuera de Elgoibar, Mireya Cearsolo regresó al barrio de Arriaga-San Antolín, en el que se crió, en agosto de 2017. Desde entonces lucha para que las instituciones instalen un semáforo que permita a los vecinos y trabajadores del entorno acceder con garantías a la parada de autobús ubicada junto a la carretera N-634.
¿Cuándo empezaron los vecinos de Arriaga-San Antolín a demandar un paso seguro sobre la N-634?
-Las reivindicaciones empezaron en 2012 pero las instituciones públicas nos lo denegaron y todo quedó ahí. Hasta que en agosto de 2017 me instalé yo en el barrio y retomé la demanda enviando escritos y vídeos al Ayuntamiento.
¿Y qué le dijeron?
-Que ese tema no es de competencia municipal y me remitieron al departamento de Infraestructuras Viarias de la Diputación.
¿Y ahí qué?
-Inicialmente me reconocieron que había un problema de falta de seguridad y que había que estudiarlo. Mientras tanto, les envié las aproximadamente 120 firmas de apoyo que recogí entre los vecinos y las personas que trabajan en las empresas del entorno. Sin embargo, la respuesta que me dieron era que la instalación de un semáforo no se justificaba ni técnica ni económicamente. Por eso, nos preguntamos cómo es posible que técnicamente no haya una solución que garantice un acceso seguro a una parada de autobús.
Vamos, que para acceder a la parada de autobús no les queda otra que cruzar los cuatro carriles que la N-634 tiene frente a sus casas...
-Así es. Nos dicen que han estrechado los carriles de circulación, pintado una especie de isleta en el medio e instalado señales para que los vehículos vayan más despacio, pero aquí nadie pasa a 50 kilómetros por hora y además desde la parada hay muy mala visibilidad, por lo que nos jugamos la vida cada vez que tenemos que cruzar la carretera para coger el autobús. El riesgo es enorme y de hecho aquí ya ha habido un accidente mortal, atropellos y sustos muy importantes.
¿Qué argumentos les dan para no instalar un semáforo?
-Nos dicen que técnicamente no es posible y que económicamente no se justifica porque supondría una inversión de unos 30.000 euros cuando apenas somos una media de 16,5 las personas que cada día cogemos el autobús en la parada situada junto a una carretera por la que en 2017 ya pasaban diariamente una media de 11.000 vehículos. Nos dicen que un semáforo perjudicaría al tráfico.
Alguna solución habrá para garantizar un paso seguro a la parada de autobús...
-Claro que hay soluciones posibles y el semáforo que reivindicamos es la más evidente. Basta con ver que apenas 500 metros más arriba, en la misma carretera, acaban de instalar un ascensor y un paso sobre la carretera para posibilitar el acceso a Mercadona. Todo eso, con la particularidad de que también han habilitado junto a ese centro comercial una parada de autobús que invade uno de los carriles de circulación y que no sé si cumple con los requisitos legales.
Han llevado el caso al Ararteko...
-Así es. Reconoce la peligrosidad de cruzar la calzada en este tramo pero dice entender los argumentos esgrimidos por la Diputación para denegarnos el semáforo. No sabemos qué hacer ni a quién recurrir.