Las obras de La Bretxa inician estos días una nueva etapa con la inminente mudanza de las baserritarras al nuevo emplazamiento en el que estarán alrededor de cinco meses, según los planes previstos, hasta que se les instale en su ubicación definitiva. A lo largo del pasado miércoles fue colocada una carpa junto al acceso del edificio de Pescadería, al que se trasladarán las catorce vendedoras locales de verduras del exterior de La Bretxa. Estarán resguardadas en este lugar hasta que se desplacen a su nueva ubicación, en la misma plaza aunque adosada al edificio Arkoak, la antigua plaza de abastos.
La empresa Abastos Gestión Baika, responsable del complejo comercial, ha colocado la carpa con el fin de habilitar un espacio para acoger a las baserritarras y que, así, se pueda liberar la fachada del edificio Arkoak que da a la calle San Juan para proseguir con las obras en este inmueble. La actividad en este edificio está más avanzada que la de Pescadería, donde aún tienen lugar demoliciones interiores.
Una de las actuaciones que tienen que llevarse a cabo en Arkoak consiste en volver a abrir los arcos que tenía el edificio primitivo y que permitirán acceder al interior de las nuevas tiendas. Para ello, es necesario el desalojo de las baserritarras, que ya tienen su espacio alternativo levantado para unos cinco meses.
Perfumerías Arenal abre
El edificio Arkoak mantendrá abiertos, como hasta ahora, el restaurante Mc Donald’s, así como la tienda de artículos de deporte Forum, a la que se accederá desde la entrada al edificio en el Boulevard. Este comercio mantendrá su actual local en el último piso pero añadirá otro espacio en la parte baja. Por contra, la tienda de ropa Adolfo Domínguez, que cerró hace algo más de un mes para la obra, no volverá a abrir sus puertas en el complejo. Esta marca cuenta con otro establecimiento en la esquina de las calles Urbieta y San Marcial.
El edificio Arkoak, en el futuro, dispondrá de una mayor cantidad de metros cuadrados disponibles, ya que las plantas ocuparán también el patio que existía antes en la parte central y cada tienda tendrá su propia entrada desde el exterior. Una de las que se unirán al edificio pertenece a la cadena de perfumerías Arenal, con numerosos almacenes en distintos puntos del Estado.
El edificio Pescadería, en cuya planta baja se instalarán los puestos de alimentación que están actualmente en el subterráneo situado bajo la plaza, está aún en periodo de demolición y la obra lleva algo de retraso, según reconocen fuentes de la gestora. Así, en principio, será difícil que los cerca de 30 puestos de todo tipo que funcionan en el actual subterráneo puedan pasar para las próximas navidades a la planta a ras de calle de Pescadería.
El presidente de los asentadores, Salvador Aguirre, sin embargo, no está preocupado por el retraso, ya que, según destaca, en las navidades se trabaja bien y es mejor trasladarse después de este periodo de ajetreo. Según señala, la mayor parte de los vendedores no tienen prisa en llevar a cabo el cambio. De hecho, destaca, la planta a ras de calle en la que se reubicarán en Pescadería es más pequeña que el espacio actual, con amplios pasillos. “Hay menos sitio y aunque seremos menos puestos que ahora, porque algunos lo han dejado, perderemos entre un 1% y un 2% de espacio cada uno”, dice. El representante de los asentadores añade que, aunque mejorará su localización estando a ras de calle, “la realidad es que se reducirá el espacio destinado al comercio tradicional y aumentará el de la gran superficie”.
El supermercado Lidl, situado actualmente en sótano del edificio de Pescadería, aumentará un 50% su dimensión y se ubicará bajo la plaza. Parte del sótano de Pescadería se destinará a almacén de última milla, desde donde saldrán carretillas sin motor para el reparto por la zona.