Cada vez son más los turistas que apuestan por viajar con sus perros y Donostia dispone ya de más de media docena de hoteles que se publicitan como dog friendly, es decir, que son aptos para estos animales. No todas las ciudades están preparadas para este nuevo nicho turístico, pero cada vez son más los establecimientos que tienen en cuenta a este tipo de público, que busca poder viajar acompañado de sus mascotas.

Dog friendly es un concepto que nace de los amantes de los perros y de los propios expertos del sector turístico para impulsar un modo de viajar diferente, cada vez más común en la sociedad actual. En los últimos años han sido cada vez más los hosteleros, hoteleros y comercios que han impulsado este plus de atención, que trata de adaptar sus servicios a la gente que viaja con animales.

En Europa el 40% de los hoteles son dog friendly mientras que a nivel estatal solo lo son un 16%, según asegura el donostiarra Pablo Muñoz, el dueño del conocido Pipper, el llamado perro turista, que pretende impulsar el turismo con mascotas. En el centro de Donostia el hotel María Cristina, de cinco estrellas, es el único que permite alojarse con perros, aunque cerca hay otros que lo autorizan también como Villa Soro y Monte Ulia, en Ategorrieta, o el Record, en Gros. En El Antiguo es posible dormir con su can en el hotel Codina y en Amara, en el Zenit. Otro que ofrece también estos servicios es el Avenida de Igeldo. Así pues, no llegarían a un total de diez los hoteles dog friendly que hay en la ciudad.

Para poder alojarse con la mascota en el hotel María Cristina hay que pagar 30 euros de suplemento, según explican responsables del alojamiento más lujoso de la capital guipuzcoana. Con ese suplemento, el establecimiento ofrece una camita, un bebedero y un comedero para la mascota. “Como condición, debe estar con el cliente y si este se va a pasar el día fuera, el perro debe ir con él para no molestar al resto de los huéspedes ladrando o maullando”, añaden.

Aun así, todavía no son muchos los que se animan a viajar de esta forma. En el María Cristina son aproximadamente el 3% de los alojados los que escogen hacerlo con su mascota. Generalmente proceden del Estado español o de zonas cercanas, “ya que viajar con una mascota en el avión no es ni fácil ni cómodo.”

Los servicios que proporcionan los hoteles son numerosos y adaptables a todos los niveles adquisitivos: “Esta modalidad turística no entiende de bolsillos, no es algo que haga la gente que tiene mucho dinero. Hay que ser consciente de que solo en España hay diez millones de perros domesticados”, asegura Muñoz. Entre los distintos hoteles que admiten perros “los hay desde los que simplemente aceptan tener perros en la habitación, hasta los que ofrecen una camita, un bebedero y chucherías para la mascota, como el hotel Avenida de Donostia o el María Cristina”, ratifica Muñoz.

Pero no solo los hoteles permiten la entrada de los animales, Donostia permite alojarse con ellos también en cuatro pensiones, dos complejos de apartamentos y dos campings, según la Sociedad de Turismo. Este listado es hoy en día bastante corto para ser una ciudad con un alto número de visitantes al año, “más aún comparando el dato con el de otros países como Italia, Francia o Alemania, en los que se puede entrar con estos animales en muchos comercios o supermercados”, cuenta el dueño de Pipper.

La modalidad turística dog friendly tiene ventajas en cada ciudad hoy en día, aunque con diferencias de unas a otras: “Nosotros hemos recorrido casi todo el Estado y, por ejemplo, en la zona del norte, el País Vasco es donde menos implantado está el turismo dog friendly. Galicia, Asturias y Cantabria están mucho mejor”, asegura Muñoz. Por ejemplo, Gijón ha apostado por ofrecer seguridad jurídica y un distintivo municipal a todos los establecimientos que permitan la entrada de los perros.

callejear Según el dueño de Pipper, no hay una ciudad ejemplar en este tipo de turismo y Donostia no se distingue por una buena atención a los dueños de las mascotas. “Hay muy pocas atracciones turísticas y establecimientos que permiten llevar a cabo un turismo dog friendly”, lamenta.

Y es que, en realidad, no hay ni un solo museo o lugar turístico cerrado que permita la entrada de perros. “Por ejemplo, en Salamanca se permite su paso a las torres de la catedral y en Barcelona pueden hacerlo en la famosa Casa Batlló de Gaudí. Aquí ni siquiera pueden entrar al Aquarium”, cuenta Muñoz. En las atracciones turísticas de Donostia los turistas solo pueden acceder al parque de atracciones de Igeldo y a su funicular, que además tiene un tique especial para perros con un coste de 3,15 euros.

El transporte público de la capital guipuzcoana también pone límites a viajar con perros ya que, por ejemplo, las líneas de autobuses solo permiten que entren los de tamaño pequeño y siempre que vayan en brazos o en transportín. Euskotren autoriza su entrada si van atados con una correa y Renfe especifica la obligación del uso del bozal.