donostia - Sagrario Zamora, al frente del centro de salud oral Urdaburu, vio en octubre de 2017 el momento de dar un cambio e innovar en lo laboral y profesional, junto con su equipo de profesionales: Denisse, Maialen, Irene y Aitor.

El objetivo de dicho cambio fue ampliar y dar otra envergadura a la clínica. “Llegó un momento en el que, por el flujo de trabajo, la antigua clínica se quedó pequeña, y para tener una mejor autonomía de espacio, que revierte en la calidad del desarrollo de nuestro trabajo y nuestra movilidad, precisábamos de ese cambio”, explica Zamora. Ahora cuentan con tres consultas más grandes, acceso directo desde la calle, sin barreras arquitectónicas y amplios espacios, incluso para pacientes con poca movilidad o en silla de ruedas.

Este cambio lo han agradecido tanto los pacientes como el equipo, ganando en calidad de vida. “Aunque los cambios no son fáciles, en nuestro caso han sido muy gratificantes. No solo por la luz natural, la amplitud y las mejoras. A esto hay que sumarle la ampliación de la plantilla con una odontóloga, Irene, y un higienista, Aitor”, quienes dan apoyo al equipo y facilitan el flujo de trabajo al resto.

Sagrario se siente muy orgullosa del equipo de la clínica, por su profesionalidad, pero sobre todo por el trato humano. “Somos compañeros de trabajo, pero nos unen muchas vivencias de tantos años hombro a hombro llevando este barco a buen puerto”. No en vano, llevan 16 años en Errenteria.

Urdaburu es una pequeña clínica dental y, mientras hay quien prefiere tirar precios y bajar la calidad, ellos han luchado para mantener su línea de trabajo. “Nosotros hemos preferido apostar por la calidad, la innovación y el trato humano. Esa es nuestra base”. Y es que para ellos las personas que acuden a su consulta no son meros clientes, sino pacientes, y tienen muy en cuenta el factor emocional. “Muchas veces se va con miedo al dentista y es importante trabajar la confianza y el respeto con cada caso y persona”.

Ahora, un año después del cambio, lo que más valoran es la respuesta de los pacientes, nuevos y antiguos, que han confiado en su proyecto. Trabajan con niños y con adultos, y en ocasiones cuentan con familias completas. “A todos ellos les debo agradecer la confianza y el que sigan con nosotros en esta nueva andadura. Por todo ello, juntos hacemos una gran familia”, añade Sagrario. - N.G.