donostia - Los trabajos de recuperación de la vaguada de Larres, un entorno de 3,7 hectáreas afectadas por contaminación con amianto junto al futuro polideportivo de Altza y los centros escolares Harri Berri y Oleta, ya han comenzado y durarán todo el curso, ya que el periodo de actuación es de nueve meses.

Los trabajos ya son visibles y algunas áreas han sido tapadas con una lona plástica, una operación que forma parte del tratamiento técnico que se dará a estos terrenos, con el fin de dejar encapsuladas las tierras afectadas y que el amianto que contienen, que puede generar peligro si entra en contacto con el aire, quede confinado y sin posibilidad de salir al exterior.

La UTE Vaguada Larres, compuesta por Moyua, Zubieder, Mariezcurrena y Urbycolan, inició los trabajos en verano en la zona más cercana al colegio de Oleta, tras haberle sido adjudicados los trabajos por 3,2 millones de euros el 19 de junio. Aunque faltaba un permiso del Gobierno Vasco, la actuación arrancó con el fin de tenerla adelantada antes del inicio del curso escolar, según fuentes municipales. Sin embargo, una vez firmado el trámite que faltaba, se llevó a cabo una nueva adjudicación con fecha de 1 de agosto, por lo que las fases de la obra han proseguido en los dos últimos meses.

Básicamente, los trabajos de recuperación medioambiental de esta vaguada, que acogió una fábrica de productos de amianto en el pasado, consisten en dejarla tapada con rellenos de construcción y una lona especial, sobre la que se añadirá hormigón en determinadas zonas, y tierra limpia que acogerá posteriormente césped y otras plantaciones.

El sellado será más fuerte, por ejemplo, en el entorno del colegio de Oleta, donde se añadirán 20 centímetros de hormigón proyectado, algo que no necesitará el área del parking que, como tiene asfalto, ya tapa las tierras contaminadas.

La obra de acondicionamiento incluye el desbrozado de terrenos contaminados y no contaminados, la creación de terraplenes y escolleras, la colocación de una malla geotextil y la aportación de hormigón y tierra vegetal sobre la que se construirán un parque con nuevos caminos y zonas de estancia, que rematará la actuación.

Una vez terminado el acondicionamiento medioambiental de las tierras que rodean el solar del polideportivo de Altza, podrá comenzar la construcción de un parque dividido en distintas zonas.

La propuesta de los autores pretende que toda el área tratada sea transitable. Solo las pendientes y desniveles supondrá una restricción al tránsito de las personas. La franja superior, más cercana al futuro polideportivo, dispondrá de un mirador con vistas al nuevo parque; la franja media, un terreno muy ondulante, tendrá un sendero principal que permitirá recorrer toda la vaguada, de un extremo a otro. En esta parte del parque se instalarán mesas de picnic, similares a las que han estado durante años en la campa de Tomasene, una zona en la que se detectó amianto. La parte baja de la vaguada, cercana a la calle Eskalantegi, entre Donostia y Pasaia, será dotada de vegetación para hacerla más vistosa.

excavación Por otra parte, el solar del desaparecido polideportivo sufre en la actualidad las obras de excavación para la nueva instalación. Los trabajos, que fueron adjudicados en junio a la unión de empresas Mariezcurrena, Construcciones Zubieder y Urbycolan, con un periodo de cuatro meses, deben finalizar en un plazo breve. Solo entonces, el Ayuntamiento adjudicará los trabajos de construcción del nuevo centro deportivo para el barrio, que, por el momento, tiene un presupuesto de 16,33 millones de euros (IVA incluido).

Como la obra será larga, el Ayuntamiento ha sacado también a concurso, por 1,5 millones de euros, la adecuación del antiguo Instituto de la Construcción de Altza para que acoja el polideportivo provisional hasta que esté listo el nuevo. La obra podría terminar a fin de año.