goierri ya cuenta con un hostal más, Petit Goierri, y con esta incorporación son cerca de 900 las camas que están disponibles en la comarca. Ubicado en la entrada de Ormaiztegi, dispone en total de once habitaciones entre individuales, dobles y familiares, una de ellas adaptada y la filosofía es la de B&B, es decir, ofrecen alojamiento y desayuno. Los propietarios son el matrimonio formado por el beasaindarra Carlos Chamadoira y la idiazabaldarra Carolina Panadero, que subrayan que se han embarcado en este nuevo proyecto “con muchísima ilusión y ganas”.

Esta semana han realizado la inauguración oficial donde también han estado presentes el alcalde de la localidad, Jon Enrique Galarza, la directora de Turismo de la Diputación de Gipuzkoa, Maite Cruzado, el presidente de Goierri Turismo, Felix Urkola y el director del mismo, Niko Osinalde.

Por su parte, el ormaiztegiarra Joxe Azurmendi, antiguo propietario del caserío donde acaban de inaugurar el hostal, no quiso perderse el acto. Poco pudo hacer para poder contener la emoción al ver el aspecto actual de la casa en la que creció y vivió durante gran parte de su vida, mientras muchos recuerdos le invadían.

El caserío tiene más de 130 años por lo que sus paredes guardan muchas historias y vivencias, muchas de ellas grabadas en la memoria de Azurmendi. “Cuando viene un hijo en camino siempre se ha solido decir que trae un pan bajo el brazo, pero en mi caso no fue así”, subrayó. De hecho, según detalló, en el año que nació, 1925, un gran fuego arrasó parte de la empresa que estaba casi pegada al caserío y los dos edificios se salvaron por poco de quemarse por completo. Antes del fuego, el caserío tenía solamente una planta, pero después de aquel incendio le añadieron una segunda planta.

Todavía se acuerda de que en el caserío, inicialmente, hubo una empresa que se dedicaba a producir achicoria, después una fábrica de muebles, y por último, una herrería. “Me acuerdo de que mandábamos mucho material a Cuba”.

Aunque el hostal ha sido completamente reformado, echando un vistazo general también se pueden encontrar algunas cosas del caserío original, como, por ejemplo, una gran caja fuerte y alguna que otra viga. “Hemos querido mantenerlos porque de esta manera guarda su esencia”, aclaró Chamadoira. Por su parte, Azurmendi también se fijó que exteriormente “está igual que antes”, ya que según añadió fue él mismo el que sacó la piedra: “Un buen día empecé a quitar lo blanco que había en la fachada del caserío, y vi que la piedra era muy bonita y me hace ilusión verlo de la misma manera”. Además, cerca de la entrada también se encuentra alguna que otra herramienta de la época en la que el inmueble albergaba la fábrica de herradura.

emprendizaje Los invitados a la inauguración quisieron agradecer al matrimonio el paso que han dado. “Personalmente, os quiero agradecer que hayáis puesto en marcha este hostal en la localidad. Es una nueva oportunidad para atraer a los turistas”, dijo el alcalde. Felix Urkola, en cambio, quiso subrayar que “es hora de poner en valor el emprendizaje” ya que es un bien para toda la comarca. A los nuevos propietarios Cuesta les hizo saber que esta era una “muy buena noticia tanto para Goierri como para Gipuzkoa” y recalcó que desde la Diputación están “trabajando intensamente” para que los movimientos de turistas que se produzcan en el territorio sean “equilibrados” para atender toda la oferta.

Tanto Chamadoira como Panadero llevan muchos años trabajando en el mundo de la hostelería y reconocen que ya tenían ganas de montar algo por ellos mismos. “Yo llevo cerca de 25 años en este mundo aunque nunca en algo así. La verdad es que llevábamos años buscando una oportunidad así y cuando apareció no la quisimos desaprovechar”, declaró Chamadoira. De esa manera, cuando se enteraron de que el caserío estaba en venta se pusieron en contacto con Azurmendi y lo compraron para después reformarlo. “Nos hemos tirado de cabeza”, recalcaron.

El hostal ya se encuentra en pleno funcionamiento y relatan que por ahora la acogida está siendo “muy buena”. “Muchos turistas no conocen Ormaiztegi, pero ven que está cerca tanto de Bilbao o Donostia como de Vitoria y Pamplona. Además, estamos rodeados de naturaleza”, concretaron los propietarios. De hecho, mirando a los visitantes que llegarán se puede ver una amplia gama de nacionalidades: “Una familia suiza que vive en Madrid se alojó aquí porque querían cenar en una sidrería de Ataun. También hemos recibido a familias y parejas de Rumania, República Checa e incluso una pareja de Egipto. Nosotros queremos llegar a este tipo de público”, remató el beasaindarra.