La nueva travesía de Aralar Kirolak
Anate Iturralde se jubila con la sensación de haber cumplido un sueño. Le entristece, no obstante, que nadie en el País Vasco haya apostado por Aralar Kirolak, que pasará a formar parte de la firma catalana Camp Base.
Le queda la pena de que a nadie en el País Vasco le haya interesado el proyecto, pero se siente feliz porque se mantenga la filosofía y los valores de Aralar Kirolak. Anate Iturralde afronta la jubilación con ilusión, ganas y proyectos, y la sensación reconfortante de haber cumplido un sueño tras convertir “sus tiendas de pueblo”, como ella prefiere llamarlas, en un referente en la venta de material deportivo y de montaña tras 38 años creando afición y puestos de trabajo en Tolosa.
La cadena catalana especializada en la venta de material de montaña Camp Base cogerá en abril de 2018 las riendas de Aralar Kirolak, que no perderá su nombre, y Anate Iturralde continuará hasta agosto, fecha en la que definitivamente se jubilará con 63 años. “Siempre decimos que queremos hacer cosas, que tenemos proyectos... pero no hay que dejarlos para mañana, porque no se sabe lo que puede pasar. Ha llegado la hora y tengo muchos planes por delante con Txuri; sin ir más lejos en Carnavales nos iremos a hacer esquí de fondo con mis sobrinos, pero es cierto que también tenemos que prepararnos para saber vivir jubilados los dos”, explica a este periódico la todavía propietaria de Aralar Kirolak, Anate Iturralde.
Hace 38 años que José Luis Areizaga Txuri y Mikel Arrastoa fundaron Aralar Kirolak en el número 7 de la calle Laskorain, un local ocupado hasta la fecha por un almacén de aceite. Anate se sumó al proyecto desde el inicio. Los comienzos no fueron fáciles; Tolosa atravesaba una crisis por el declive de las fábricas papeleras y la calle Laskorain no era una calle comercial, sino más bien una zona oscura, solitaria y poco cuidada. “Nos decían que estábamos locos, pero fue nuestra apuesta. Era complicado encontrar material de buena calidad para el monte en Euskal Herria y decidimos comercializarlo nosotros mismos”, recuerda Anate. Hoy en día Aralar Kirolak cuenta con media docena de locales en la calle Laskorain y da empleo a siete personas, todas mujeres.
En estos años la firma tolosarra ha conseguido convertirse en referente del material de montaña y el esquí de fondo. “Hemos vivido de esto, pero Aralar Kirolak no es un simple negocio, sino que siempre hemos tratado de cuidar los valores humanos y ayudar al deporte base”, explica su propietaria.
Dar vida a Tolosa, a las calles, y al comercio local ha sido otra razón de ser de Aralar Kirolak y ésta ha sido, precisamente, una de las condiciones a la hora de acordar el traspaso. “Las negociaciones han sido muy duras, nos han llevado dos años, pero para nosotros era prioritario que Aralar Kirolak siguiera siendo una tienda de pueblo y que se mantuvieran todos los puestos de trabajo”, cuenta Anate, que añade: “hemos sido una familia y creo que ellas se merecían seguir”. En el acuerdo final no ha podido entrar el esquí de fondo, minoritario hoy en día, aunque Camp Base tiene intención de vender material para esquí de travesía.
La empresaria tolosarra reconoce que no ha sido fácil encontrar alguien que comparta su filosofía en un mercado en el que prevalecen los intereses económicos sobre los humanos: “hemos ofrecido el traspaso a mucha gente del mundo del deporte de Gipuzkoa y de Euskal Herria, pero teníamos claro que Aralar Kirolak era mucho más que una empresa”.
Le entristecen los portazos y las negativas que han recibido, pero Anate se acuerda ahora, más que nunca, de las razones que llevaron a Mikel Arrastoa a fundar Aralar Kirolak hace 38 años: “era un montañero mediáticamente muy conocido, pero cuando se quedó en el paro nadie quiso darle trabajo. Esta situación me ha hecho reflexionar sobre el poder que tiene el dinero y lo sola que puede dejar a la gente”.
La promoción del deporte base ha sido uno de los cimientos sobre los que se ha erigido este pequeño imperio, patrocinando todo tipo de campeonatos de fútbol, pruebas de natación, carreras y expediciones montañeras. Historias hay mil, y todas las recuerda Anate. Cinco niños de Berastegi tocaron la puerta de Aralar Kirolak para que les patrocinaran las camisetas para jugar a fútbol. No lo dudaron. Los niños pudieron jugar los partidos y volvieron para mostrar su copa como ganadores: “hoy, treinta años después, esos niños son clientes, porque hemos creado vínculos muy bonitos”.
Las raíces noruegas
Parte de la culpa de que en Tolosa haya una firma especializada en material de esquí de fondo la tiene el aitona de Anate, Markus Kildal, de origen noruego, que llegó a Tolosa para trabajar en la empresa Mustad, la primera multinacional de Europa, dedicada a producir anzuelos y clavos para herrar caballerías, que se implantó en Tolosa a principios del siglo XX. La colonia de noruegos que se estableció en la villa comenzó a esquiar por las calles de Tolosa, ante la atónita mirada de los tolosarras que no habían visto un esquí en su vida.
Anate y su familia mantienen contacto con sus antepasados noruegos y esta Navidad también han preparado el Julekake, un pan tradicional noruego que se come por estas fechas. “Mi madre visitó hace años Noruega y comprobó que era una sociedad mucho más abierta que la nuestra, y es lo que nos ha inculcado. Formamos parte de la inmigración, lo que nos ha ayudado a respetar a los demás y ver que hay otros mundos”, declara Anate.
2018 se presenta con nuevos retos para Aralar Kirolak, con nuevos sueños por cumplir. “Tengo plena confianza en los nuevos propietarios con los que compartimos filosofía. Solo pido a los jóvenes y a las nuevas generaciones que no se olviden del pequeño comercio”, concluye Anate Iturralde.