corría el año 2005 cuando el Ayuntamiento de Azpeitia aprobó y presentó en sociedad el ambicioso proyecto para construir en el ámbito de Soreasu un edificio de grandes dimensiones que fuera capaz de dar respuesta a la demanda cultural de la ciudadanía y a las necesidades de las agrupaciones locales que trabajan en el ámbito de la cultura.
Las obras para la construcción del inmueble arrancaron dos años después con un presupuesto inicial de 4,8 millones de euros; que prácticamente acabó duplicándose al finalizar la ejecución de los trabajos.
En cualquier caso, el edificio ya estaba listo, pero faltaba lo más importante: dotar de contenido a las majestuosas instalaciones.
Así, no fue hasta el año 2011 cuando se inauguró el espectacular auditorio de Soreasu; un inmueble que en los sucesivos ejercicios posteriores se fue acondicionando paulatinamente para ir acogiendo en su seno las sedes de diferentes agentes culturales locales como la banda municipal de música o el grupo de arqueología Antxieta.
De todos modos, las enormes dimensiones del edificio daban para mucho más, por lo que hace aproximadamente un año y medio el Ayuntamiento (con el acuerdo unánime de la corporación) se apoyó en la Mesa de la Cultura local para poner en marcha un proceso que le permitiera conocer cuáles son las necesidades actuales de los creadores y de las agrupaciones culturales del pueblo.
Finalizado ese proceso, el Consistorio ya ha elaborado y presentado públicamente el anteproyecto promovido con el fin de dar vida a la primera planta del edificio de Soreasu.
La propuesta diseñada plantea adecuar cinco áreas bien diferenciadas y para su ejecución está prevista una inversión de “entre 1 y 1,4 millones de euros”. Si las previsiones se cumplen las obras arrancarán “a finales de 2018”, con la intención de que el nuevo proyecto que permitirá revitalizar Soreasu sea una realidad “antes del final de 2019”.
Eso sí, los particulares y agentes interesados todavía pueden realizar las aportaciones oportunas para su análisis y posible inclusión en el proyecto definitivo. Las propuestas se pueden entregar hasta el próximo día 2 de noviembre a través de las agrupaciones que forman parte de la Mesa de la Cultura o en el departamento municipal de Cultura, donde también se puede analizar el anteproyecto ya realizado y despejar las dudas que pudieran existir.
las 5 áreas Según el borrador presentado por el Consistorio, el nuevo proyecto cultural promovido para la primera planta del edificio de Soreasu contempla la adecuación de cinco áreas bien diferenciadas.
Así, a la derecha de la entrada principal del edificio, donde actualmente se ubica el espacio de creación Dinamoa, se plantea habilitar un espacio multifuncional “para que los creadores del pueblo puedan presentar sus trabajos”.
Ya en la primera planta, se proyectan cuatro áreas bien diferenciadas para los colectivos culturales que trabajan en los ámbitos de las artes escénicas, de la palabra, del sonido y de la imagen.
El espacio destinado a la palabra contará con “dos salas de reuniones y aulas equipadas para labores de edición y el trabajo individual”.
Asimismo, encima del espacio bautizado como Elkargunea se acondicionarán dos zonas para la fotografía (con un estudio fotográfico y salas de proyección) y para las artes plásticas. Además, se dotará a esa área de un almacén y de un espacio para la limpieza de materiales.
El ámbito más amplio y diferente del resto será el destinado a las artes escénicas, que también contará con su propia oficina.
Por último estará la zona del sonido, que se ubicará sobre los locales de la banda municipal de música y de la coral Julian Barrenetxea. En ese ámbito se acondicionarán cuatro locales de diferentes dimensiones para los ensayos de las agrupaciones musicales, pero también un estudio de grabación con un plató y una cabina para las labores técnicas.
Todo ello, sin olvidar que también se contempla habilitar vestuarios, una sala que se podrá utilizar para el descanso o como camerino, una sala de reuniones y hasta una cocina.
Visto lo visto, una vez ejecutado el proyecto para reconvertir la primera planta de Soreasu, Azpeitia podrá presumir de contar con un equipamiento sin parangón en los municipios vascos de su tamaño (o incluso más grandes). Será, en definitiva, el inicio de la nueva vida de una mole que, aunque no nació con la mejor estrella, parece que finalmente va a acabar cumpliendo la misión para la que fue concebida. Al servicio de la creación y de los agentes culturales del pueblo.