-Estudié enfermería y en la actualidad estoy haciendo un doctorado en psicología. Practicamente toda mi vida profesional la he desarrollado en Fundación Matía. Empecé trabajando de auxiliar y he pasado por diferentes centros y servicios de Matía: residencial, hospital, diversidad funcional e investigación. El 1 de enero de 2014 surgió la posibilidad de venir a Argixao como directora y aquí estoy.
Es usted Fundación Matía el 100%.
-Así es. Matía es una fundación sin ánimo de lucro con 150 años de experiencia en gerontología. En estos 150 años ha pasado por muchos modelos de atención. Hoy por hoy, está a la vanguardia en el cuidado de las personas mayores. Es un referente a nivel internacional.
¿Qué diría del centro de Argixao?
-Argixao es un centro con identidad propia. Se caracteriza por la diversidad. En el pueblo se le conoce como gerontológico, pero tiene también unidad sociosanitaria y unidad de personas con diversidad funcional. No es un centro solo para personas mayores. Acoge a mayores de 18 años. En toda Gipuzkoa solo hay dos unidades sociosanitarias. Además, estamos totalmente inmersos en el desarrollo del modelo Matía: la atención centrada en la persona. Se trata de cuidar a las personas tal y como ellas quieren. También estamos muy involucrados con la comunidad. Argixao no está cerca del centro, pero participamos en el día a día de la comunidad: con salidas, yendo a los comercios, abriendo las puertas a la comunidad...
¿Cuántas plazas tienen?
-Un total de 147. 80 de residencial, 10 en la unidad de diversidad funcional, 27 de sociosanitaria y 30 de centro de día. En el área de diversidad funcional hay personas de 18 a 64 años. Con 64 años tienen que pasar a una residencia. La unidad sociosanitaria acoge a mayores de 18 años. Son personas con un problema sanitario con componente social. Es una transición, hasta encontrar una vivienda adaptada o un apartamento tutelado. Vienen del hospital de agudos y pasan aquí un tiempo, hasta que evolucionan favorablemente y se les encuentra el recurso más adecuado. No pueden volver a la situación anterior. Hay mayores, personas que vienen de vivir en la calle... Es una transición del hospital a una vivienda o residencia.
Organizan muchas actividades.
-Salidas, visitas a museos, ir a la compra, pintxo-pote (ellos mismos elaboran los pintxos), bingo, misa, taller de baile, psicomotricidad, coro, taller de lectura, taller de informática y se participa en el Ttipi-Etapa (paseos para personas mayores).
¿Cuáles son los retos del futuro?
-No tenemos previsto crear más plazas. Estamos centrados en crear módulos pequeños, como si fueran viviendas, para que el ambiente sea hogareño. Para ello tenemos que reestructurar el centro. Nuestro reto es la implantación del Modelo Matía. Escuchar cómo quieren ser cuidados. Es un reto para todos. Para los trabajadores y para las familias.
El envejecimiento de la población va a ser un gran reto.
-Estamos trabajando en ello con las instituciones: envejecimiento activo, ciudades amigables... Para el año 2050 tendremos una población muy envejecida y todo va a cambiar: las necesidades de la población, la forma de atender...