Carlos Mediavilla trae los sanfermines a Urretxu
El fotógrafo urretxuarra ha abierto una muestra sobre las fiestas de Pamplona
urretxu - El fotógrafo urretxuarra Carlos Mediavilla adora las fiestas de San Fermín y ha decidido traerlas a su pueblo: ha colgado las mejores fotografías sacadas durante los sanfermines de los últimos años, en la sala Juan de Lizarazu.
Hasta el día 23, todos aquellos que entren en esta sala se sumergirán en la locura de los sanfermines. No en vano, Mediavilla es un gran conocedor de estas fiestas y con las fotografías sacadas en ellas ha ganado varios concursos.
La muestra abarca todo lo que dan de sí los sanfermines: los encierros, la juerga, la alegría, los amores de una noche, el chupinazo, la churrería La Mañueta, el pobre de mí, la plaza de toros, las corridas...
Además, ha ambientado la exposición con música sanferminera. Entrar en la sala Juan de Lizarazu es entrar en la parte vieja de Pamplona, pero sin el riesgo de que te atropelle un toro y sin olor a orines.
Mediavilla ha colocado 28 fotografías. 25 son de 50x70 centímetros y las tres restantes son más grandes. Una de ellas es gigante. Se trata de una panorámica de la plaza de toros, con la que ganó el concurso internacional de sanfermines. Esta imagen ha estado expuesta en la plaza del Castillo durante un año.
El fotógrafo urretxuarra acude todos los días a sanfermines. El chupinazo de este año lo ha seguido desde detrás de una de las estatuas situadas bajo el ayuntamiento. En cuanto al encierro, quiere conseguir una perspectiva original. “Dejaré la cámara en el vallado y sacaré la foto con el mando a distancia. Quiero sacar al toro desde abajo hacia arriba. Gracias al mando a distancia, podemos colarnos en todas partes. El día de Santa Isabel, por ejemplo, coloqué la cámara en las escaleras del altar y en la fotografías parece que los dantzaris me estaban bailando a mí”.
Además de al chupinazo y a los encierros, irá a la final del torneo de pelota y al concurso de recortadores. Su prestigio como fotógrafo y su carácter afable le abren todas las puertas. “Si lo pides de buena manera, la gente te deja pasar. Los de la churrería La Mañueta, por ejemplo, se suelen portar muy bien conmigo”. Viendo la foto que sacó en la churrería, está claro que le dejaron meterse hasta la cocina. Casi hasta la sartén. Los churros tienen un aspecto fabuloso. Si se acerca uno a la foto, se pueden oler. Gora San Fermín!