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Amaroz una fuente de tradición en Tolosa

Desde 1830 la fuente de Amaroz es lugar de peregrinaje para los que quieren abastecerse de agua natural. Son muchos los que siguen teniendo fe en ella, en la que dicen es la mejor agua para cocinar unas buenas alubias de Tolosa.

Amaroz una fuente de tradición en Tolosa

Cristalina, pura, de ella dicen que es la mejor agua para cocinar unas buenas alubias de Tolosa. Convencidos de sus bondades, todavía son muchos los que peregrinan hasta la fuente de Amaroz cargados con garrafas y botellas para abastecerse de agua natural, huyendo del cloro y la cal. A pesar de no proporcionar agua tratada, el de Amaroz es desde 1830 uno de los manantiales más populares de Tolosa y sorprende comprobar que la vieja costumbre “de ir a Amaroz a por agua” no ha pasado de moda.

La inscripción que nos encontramos en el lugar no deja lugar a dudas: Agua no potable. Se puede consumir con tranquilidad, pero puede ocurrir que en algún momento del año no sea potable, es decir, que no entre en los mismos parámetros que el agua que está totalmente controlada. La garantía sanitaria no es la misma que tiene el agua de la red porque no tiene una desinfección que certifique que siempre sea potable.

La alcaldesa, Olatz Peon, explica cómo se certifica la aptitud del agua que se consume en Tolosa. “Nuestra agua llega del embalse de Ibiur y, por tanto, está controlada en todo momento, pero el agua de Amaroz está fuera de esta red porque es un manantial natural. Aún así, por mandato del departamento de Salud del Gobierno Vasco se realizan controles dos veces al año”. Es el Consorcio de Aguas quien se encarga de realizar los análisis y en los últimos años no se han detectado problemas.

Olatz Peon explica que la costumbre de proveerse del agua de Amaroz existía antes de crear la red de suministro. “Al no ser un agua tratada no tiene sabor a cloro y da la sensación de tomar agua limpia, por eso ha sido siempre muy consumida”, declara la alcaldesa, que tiene la costumbre, aunque no en el día a día, de coger agua de este barrio tolosarra. “Las babarrunas de Tolosa salen buenísimas cocinadas con el agua de Amaroz”, advierte.

La presidenta de la asociación de vecinos de Amaroz, Idoia Mariñelarena, confirma que la práctica de abastecerse de agua de la afamada agua perdura. “No solo va gente del barrio, sino de todo Tolosa, y también de pueblos cercanos. Yo me acerco habitualmente y es fácil encontrarte con coches parados al lado de la fuente y gente llenando botellas”, afirma Mariñelarena. Ella emplea el agua, sobre todo, para cocinar y para regar las plantas. “Es buenísima para preparar potaje, porque la legumbre se ablanda mejor y sale muy buena. También la utilizamos para beber, pero hay que tener en cuenta que no es agua tratada y no está controlada”, matiza la presidenta de la asociación vecinal.

Sin embargo, este agua se distingue por ser siempre cristalina. Mariñelarena asegura que, aún cuando el agua de las casas a veces sale del grifo turbia a causa de las fuertes lluvias, la de Amaroz siempre sale transparente: “es asombroso ver qué limpia está siempre; es un agua que no se contamina”.

La romería de gente en busca de agua pura sigue siendo una estampa habitual en Amaroz. Personas que llegan con su coche para llevarse un buen cargamento de bidones a su casa, cicloturistas que no perdonan la parada para echar un trago de agua fresca o familias que se acercan hasta la fuente y aprovechan para hacerse con una botella de agua de Amaroz como si fuese agua de Lourdes.

Para Joxe Intxausti es un ritual que repite cada semana. Coge la furgoneta, se dirige hasta Amaroz y llena de agua todos los bidones y botellas que encuentra en casa. “Para nosotros la diferencia entre el agua de la canilla y la de Amaroz en enorme. La utilizamos para beber, sobre todo, pero para todo lo demás también. ¡Las alubias de Tolosa salen mucho mejores con este agua!”, coincide con la alcaldesa este tolosarra.

Mientras Joxe se despide, realiza su parada otro tolosarra, habitual también en Amaroz. “En casa casi todo el agua que consumimos es de fuentes naturales, cerca del 60%. La cogemos en Amaroz, y también en otras fuentes de Lizartza y Bentaundi. Si vienen mis hijos y no tengo agua natural de algún manantial, enseguida se dan cuenta y lo reclaman”, manifiesta el tolosarra, que está convencido de que, pese a no ser agua tratada, “es una de las mejores del entorno”.

Y la vieja tradición no se conserva solo gracias a las personas de cierta edad, sino que los jóvenes también confían en las propiedades de este manantial. Asier Odriozola, con dos niños de corta edad, no tiene dudas: “para nosotros no tiene comparación con el agua embotellada o la del grifo de casa y se la damos también a los niños. El agua que viene del monte no puede ser mala nunca”.

Al llevar a cabo las obras de urbanización de Amaroz, también se reformó el entorno de la fuente. Ya antes se había acondicionado un segundo caño para evitar las colas de gente que se formaban en ciertos momentos. Actualmente hay una fuente que mana agua continuamente y otra que funciona con llave. “Los vecinos nos pidieron que se mantuviera la fuente y su ámbito, porque es muy apreciada y querida en el barrio y también fuera de él”, explica la alcaldesa. Y los vecinos han quedado satisfechos con el resultado: “a raíz de las obras ha quedado un txoko muy bonito y mucha gente se acerca al parque o al frontón a jugar”, concluye la presidenta de la asociación vecinal.

“A pesar de no ser agua tratada, el Consorcio de Aguas realiza dos análisis al año”, explica la alcaldesa, Olatz Peon

“Es buenísima para preparar potaje, porque la legumbre se ablanda antes y sale muy buena”, cuenta la presidenta de la asociación de vecinos