En Buruntzaldea, sobre todo entre las localidades de Hernani y Urnieta, se encuentra la mayor densidad de restos megalíticos del País Vasco. Entre los montes de Oindi, Adarra e Igorin se esconden menhires, dólmenes y crómlech, vestigios prehistóricos de más de 4.000 años de antigüedad.

No obstante, la tradición oral vasca señala que estos monumentos fueron construidos por seres mitológicos de inconmesurable fuerza. De lo que no hay duda es de que son espacios que albergan un halo de magia y que siguen atrayendo la curiosidad de mucha gente.

Por todo ello, Behemendi, la sociedad que se encarga de promocionar el turismo de Buruntzaldea, propone dos paseos para conocer estos sepulcros prehistóricos: La estación megalítica Oindi-Mandoegi e Igorin-Akola y Andatza.

La primera de las rutas montañeras, de 10,6 kilómetros y un desnivel de 808 metros parte de la zona de Besabi en Urnieta, donde se podrá estacionar el coche. Cerca de la cima del monte Oindi se encuentra la estación megalítica de Muniskue.

Conscientes del valor de esta zona, el año pasado el Ayuntamiento de Urnieta comenzó a adecentar y limpiar esta zona. Asimismo, también está llevando a cabo la señalización pertinente para desde Adarra poder llegar a Muniskue. Según señalan desde el Consistorio, parte de la señalización está ya colocada, pero falta concluir esta labor al comienzo del camino y también están pendientes de que se homologue la vía. Calculan que para el comienzo del verano todos los trabajos hayan terminado. De hecho, el cordal de Adarramendi-Mandoegi cuenta con la mayor concentración de restos megalíticos de Euskadi.

La segunda ruta arranca desde el barrio de Epele de Hernani, en la carretera que va a Goizueta. “Este recorrido brinda la oportunidad de conocer parajes de gran importancia cultural (estaciones megalíticas de Igorin-Akola) y medioambiental”, aseguran desde Behemendi.

Hay más información detallada de estas rutas en la web de turismo de Hernani (www.hernaniturismoa.com). l