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“En los años 80 Donostia era muy estresante por las barricadas y me vine a Brinkola en busca de tranquilidad”

La estación de Brinkola es una de las más nombradas, pues allí comienza la línea de cercanías. El burgalés Jesús Alonso lleva 35 años trabajando en esta estación

“En los años 80 Donostia era muy estresante por las barricadas y me vine a Brinkola en busca de tranquilidad”

legazpi - ¿En qué estaciones ha trabajado?

-Me licencié en Bilbao y después vine a Donostia. Estuve dos años allí, de 1979 a 1981. En aquellos años el trabajo en Donostia era algo caótico y me vine a Brinkola en busca de tranquilidad.

¿Por qué era caótico el trabajo en Donostia?

-Había barricadas casi todos los días y eso era muy estresante. Lo importante es la salud y me vine aquí. De todos modos, aquí también solía haber amenazas de bomba e incluso estalló una en el túnel de Oazurtza.

¿Por qué eligió Brinkola?

-Me enviaron aquí a cubrir las vacaciones de un compañero y me gustó el sitio.

Además de la tranquilidad, ¿le gusta algo más de Brinkola?

-De Brinkola me gusta todo. Tenemos el monte al lado, vivo a cinco minutos del puesto de trabajo... Me encanta pasear y la fotografía, soy miembro de la sociedad Ikatza, y Brinkola es un lugar fabuloso para practicar estas dos aficiones.

Hoy en día tienen menos pasajeros que en los 80.

-Antes se utilizaba mucho más esta estación. En su día fue bastante importante, pues todos los días paraba un tren de mercancías.

¿Tiene muchas anécdotas relacionadas con su trabajo?

-Antes, cuando nevaba solo circulaban los trenes. Ahora sucede lo contrario. Cuando Renfe era Renfe, se sacaban una máquinas quitanieves y se limpiaban las vías. Ahora ya no se toman ese trabajo. Por otro lado, antaño el servicio postal se hacía mediante ferrocarril y una trabajadora de Correos venía todos los días a preguntar cuándo iba a llegar el tren. “Hoy viene con solo tres horas de retraso”, le respondía. Hoy en día, si llegas dos minutos tarde, pierdes el tren. También recuerdo que un Talgo en el que venía la duquesa de Alba se quedó atrapado en Brinkola a causa de la nieve. Tuvo que pasar la noche aquí. En otra ocasión, hacia 1995, dos vagones cargados de furgonetas vinieron descontrolados desde Otzaurte. Hubo una incidencia con un tren, los operarios los soltaron y se les escaparon. Tuvimos que descarrilarlos para que no llegaran a Zumarraga y provocaran una desgracia. Entraron a la estación de Brinkola a unos 80 kilómetros por hora, echando chispas, y vivimos momentos de gran tensión.

En Brinkola nieva bastante.

-Aquí hemos estado con la nieve hasta la cintura. En cierta ocasión, nevó durante 15 días seguidos. Salíamos a limpiar las agujas y volvíamos con becadas, pues se pegaban contra las farolas. Mucha gente de Brinkola se acercó a la estación para verlas.

La estación se llamaba Brinkola-Oñati.

-Había gente que cogía billete para Oñati, llegaba aquí y se encontraba con que Oñati está a diez kilómetros y no hay autobús. Había que decirles que tenían que volver a coger un tren a Legazpi o Zumarraga y tomar allí el autobús.

¿Cómo ven esta estación sus compañeros?

-Cuando voy a los cursillos me preguntan cómo puedo seguir en una estación tan pequeña. Les digo que lo que no aguantaría sería trabajar en Irun. En Brinkola estoy la tranquilo y si quiero juerga no tengo más que bajar a donde hay juerga. Aquí tenemos que encargarnos del mantenimiento de cuatro agujas. En Irun tienen 120.

Su txoko guipuzcoano favorito. Me gusta mucho Zumaia. Me encanta sacar fotografías del acantilado.

Un paisaje idílico. El amanecer desde el monte Otaño. Suelo ir antes de que salga el sol para sacar fotos.

Una fiesta o un evento cultural. Las fiestas de Santikutz. Las de Legazpi.

Un monte. Otaño. Es el monte que está justo encima de Brinkola.

Una playa. La de Itzurun, en Zumaia.

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