zumarraga - Con la llegada del nuevo año, quien más quien menos se ha marcado un objetivo. El de muchos fumadores suele ser dejar de fumar. Para ello, pueden acudir a los centros de salud, pues en muchos de ellos organizan sesiones para abandonar el tabaco. El taller de Zumarraga dará comienzo el lunes que viene.
Constará de cinco sesiones. Serán el 23 y el 30 de enero, el 6 y el 13 de febrero y el 13 de marzo, de 18.00 a 20.00 horas. En las primeras tres citas reflexionarán acerca de porqué fuman y tratarán de encontrar la motivación para dejarlo. Tras el tercer encuentro, intentarán dejar de fumar. La cuarta sesión servirá para hacer una primera valoración y después de un mes volverán a reunirse para efectuar una segunda valoración. Finalmente, serán objeto de un seguimiento: las enfermeras que dirigen las sesiones les llamarán a los tres meses, a los seis meses y al año.
Aquellos que quieran tomar parte en estas sesiones deben formalizar la inscripción en el centro de salud de Zumarraga. Pueden acudir al ambulatorio o llamar al número de teléfono 943 035 220.
El taller de Zumarraga lo dirigen dos enfermeras: la antzuolarra Idoia Larrañaga y la villabonatarra Oihana Bengoetxea. Comentan que cada vez se organizan más talleres para dejar de fumar, pues la sociedad ha tomado conciencia de que el tabaco es muy perjudicial para la salud. “Estos dos últimos años, los talleres han cogido mucha fuerza y se organizan en muchos pueblos”.
El método Hay muchos métodos para dejar de fumar y en los centros de salud utilizan las sesiones de grupo. “Suelen ser grupos de 10-15 personas, de distintas edades. El más joven que ha venido hasta ahora tenía unos 18 años y el más anciano unos 80. Este último no quería morir sufriendo ni ser un mal ejemplo para sus nietos. De todos modos, la mayoría de los que vienen tienen entre 40 y 50 años”.
Añaden que es muy enriquecedor reunir a gente de distintas edades. “Cada uno cuenta su experiencia y se ayudan los unos a los otros. Si el de 60 años dice que tiene bronquitis y que ya no puede subir cuestas ni ir al monte, el de 18 se conciencia de que tiene que dejar de fumar. Además, gracias al grupo ven que no están solos y que hay mucha gente en su misma situación”.
De todos modos, lo más importante es la motivación. “Se ayudan mucho los unos a los otros, pero lo fundamental es la motivación. Sin esta, aunque el método sea bueno, es difícil dejar de fumar”.
Bengoetxea y Larrañaga tratan de darles herramientas para dejar de fumar. “Les ayudamos a buscar sustitutos del cigarro: el deporte, la cocina... Les preparamos para cuando les entren ganas de fumar. En esos momentos, tienen que hacer otra cosa. Fumar se vuelve un acto automático, por lo que para dejar de hacerlo hay que cambiar las costumbres diarias. Por ejemplo: si acostumbras a fumar un cigarro mientras tomas el café de después de comer, tienes que buscar un sustituto de ese café”.
Las dos enfermeras coinciden en que su labor es muy gratificante. “Los que consiguen dejar de fumar nos paran en la calle para darnos las gracias y recomiendan a sus allegados acudir a nuestro taller. Pero, como ya hemos dicho, sin motivación no hay nada que hacer”.