La hostelería volverá a dar vida dentro de un mes al trinquete del barrio de Gros, ubicado en la calle Nueva y el más antiguo de la Comunidad Autónoma Vasca, además de estar catalogado como monumento. El recinto se encuentra sin uso desde que en el año 2000 cerró sus puertas el restaurante que utilizó estas instalaciones durante unos cuatro años. Antes de este paréntesis de actividad estuvo largas décadas sin acoger partidos de pelota.

En esta ocasión, tres socios se han unido para abrir las puertas del recinto deportivo, el más antiguo de la Confundida Autónoma Vasca, ya que está documentado desde 1884. El trinquete de Elizondo, en Navarra, es similar aunque diez años más joven. El frontón donostiarra se ubica en el interior de una manzana, rodeado de locales y viviendas. En el pasado se usaban las mismas escaleras de vecindad para dar acceso a los espectadores.

Los empresarios que se han unido para reflotar estas instalaciones han querido aprovechar el boom hostelero que vive el barrio de Gros y, a la vez, mostrar uno de los locales históricos que quedan en la zona, cerrado a la vista del público ya que se oculta detrás de la fachada de la calle Nueva, en un entorno que no hace sospechar de su existencia.

“Empezamos a interesarnos por el antiguo trinquete el pasado mes de septiembre y fuimos al Ayuntamiento para conocer qué se puede hacer y qué no”, señala Asier Elorriaga, uno de los impulsores del nuevo restaurante-cervecería, que se abrirá con el nombre de Trinkete y donde estos días se llevan a cabo los trabajos necesarios para poder empezar a funcionar antes de Carnavales.

El encanto del local como monumento tiene, sin embargo, inconvenientes, ya que los empresarios no pueden modificarlo en ninguno de sus aspectos. Por ello, han decidido amoldarse a él y organizarlo en función de su estructura histórica. Así, se organizarán dos comedores, uno en la zona baja y otro en la alta, con distinto tipo de comida, para unos 170 comensales. En la parte baja, se ofrecerán comidas clásicas donostiarras, como txipirones en su tinta o merluza a la koxkera, mientras que en el piso se servirán menús más populares dirigidos a la población más joven, como sandwiches o pollos asados. Además, habrá un txoko dedicado al gintonic. Esta es, al menos, la idea inicial que planean sus impulsores, aunque podrá ir cambiando en función de los gustos del público.

En la primera mitad del siglo XX, los frontones cerrados se concentraban en los barrios de Gros y Egia. Además del de la calle Nueva, denominado Jai Alai, había otro en Ategorrieta, otro junto al río y el Gros, en la esquina entre Gran Vía y Zurriola. En Duque de Mandas estaba el frontón Moderno.