Las imágenes de la playa de La Concha como escenario deportivo y de la barandilla como parada para los mirones han llegado hasta nuestros días, pero ya quedaba constancia de ello hace casi un siglo, en la década de 1920, cuando el dibujante y arquitecto Eduardo Lagarde publicaba sus viñetas en los periódicos La Voz de Guipúzcoa y El Pueblo Vasco.
Lagarde es uno de los protagonistas de la exposición abierta en el Museo de San Telmo sobre la modernidad de principios del siglo XX en Donostia y Gipuzkoa, cuando el territorio acogió algunas de las vanguardias europeas de la mano de creadores como los arquitectos Aizpurua y Labayen -proyectistas del Náutico-, el escultor Jorge Oteiza o el artista plástico Nicolás Lekuona, los pintores Jesús Olasagasti y Flores Kaperotxipi, entre muchos otros.
Lagarde, además, fue uno de los fundadores del grupo de artistas vanguardistas Gu. Además, al igual que Aizpurua, era falangista, dentro de un colectivo artístico en el que convivían ideologías políticas muy dispares.
Donostia ha sido profusamente pintada y fotografiada por muchos autores, pero pocos serán los que hayan dibujado tantas escenas de la ciudad. Los momentos donostiarras inmortalizados por la mano de Lagarde, en ocasiones acompañados de pies humorísticos, dan una idea de la vida mundana de la época, con bailes y espectáculos, pero también de las jornadas de trabajo, con escenas del mercado de la Bretxa, de la pescadería o de los barcos en el puerto.
Regatas y Eusko Ikaskuntza
El historiador José María Unsain recopiló en 1987 numerosos dibujos en prensa de este creador en el libro Guipúzcoa en los dibujos de Eduardo Lagarde, que editó la Caja de Ahorros Provincial, y que acompañan esta información. Lagarde también publicó sus viñetas en otras revistas como Rentería y fue creador de carteles de gran impacto en su momento como el de las regatas de traineras de 1929 o el del Congreso de Estudios Vascos de Eusko Ikaskuntza de 1930.
El pintor Flores Kaperotxipi, también representante de la modernidad de hace un siglo, dijo de él que era “el dibujante más veloz que se ha conocido en el País Vasco”. “Dibuja vertiginosamente en un escenario motivos de los que un conferenciante está hablando”, escribió.
Eduardo Lagarde fue, además, militar. Ingresó en la Academia General del Ejército, tras prepararse en la escuela de Toledo que tenía su padre. Con dieciséis años fue segundo teniente y se incorporó al regimiento de Saboya en Madrid. Además, llegó a ir a las Olimpiadas de Amberes, en 1920, y participó en el desembarco de Alhucemas. Siendo ya coronel, diseñó el itinerario para los pilotos del Raid París-Madrid, que lo llevaron en sus vuelos en esta competición, la prueba aérea de mayor distancia en los primeros años de la aviación. Tras quedar viudo en 1919, se asentó en Donostia, donde tuvo un estudio y llevó a cabo numerosos trabajos.
En la capital guipuzcoana, Lagarde colaboró en varias ocasiones con el arquitecto Aizpurua que, como él, era falangista. Mientras el primero fue fusilado en la cárcel de Ondarreta pocos días antes de la entrada de las tropas de franco en Donostia en 1936, Lagarde estuvo confinado en Bilbao en 1930. También hizo ilustraciones para los libros La vida en las cárceles de Euzkadi (Zarautz, 1938), de Juan Gómez Acebo, y Presos de los rojo-separatistas, navarros, guipuzcoanos y vizcaínos (Ávila, 1938), de F. Carasa Torre.
En sus crónicas donostiarras dibujadas pueden verse multitud de motivos que siguieron existiendo durante años y algunos han llegado hasta hoy. Sus viñetas mostraban desde un partido de pelota en el frontón Moderno, que estaba en Egia, a un combate de boxeo en el, entonces, teatro Trueba. También plasmó con su lápiz la feria de Santo Tomás, las entradas a las corridas de los toros, los partidos de fútbol en Atotxa o lo que él llamó soirées domingueras en los soportales de la plaza de la Constitución, con los txistularis tocando su clásico repertorio.
De los bañistas a la galerna
La playa, el particular stadium donostiarra según el dibujante, fue también objeto de sus creaciones. En ocasiones, para mostrar a la gente haciendo deporte; en otras, tomando el sol; en otras destacando a quienes miraban a los bañistas; y en otras, comparando a estos con focas tomando el sol. Las galernas que ponían antes y ahora la playa patas arriba fueron también inmortalizados por la plumilla de este creador, que plasmó también imágenes de los Carnavales de Tolosa, los sanmarciales de Irun, las distintas kalejiras festivas de los pueblos y el circuito de coches de Lasarte.
Su frenética afición por el dibujo le dejó, sin embargo, tiempo para otros quehaceres. En 1925 fue elegido secretario de la Asociación de Arquitectos de Gipuzkoa y también fue promotor y rector de la primera fiesta del arte en el salón Luis XVI del Kursaal. Destacó asimismo por sus habilidades como decorador.
En 1929, el polifacético artista, además, recibió el encargo de la Diputación guipuzcoana para representar al territorio en la Exposición Iberoamericana de Sevilla, lo que hizo con cuatro murales de estilo postcubista.
Nació en Toledo. Eduardo Lagarde Aramburu nació en Toledo en 1884 y falleció en Donostia en 1959. Era hijo de Nemesio Lagarde Carriquiri y de Mª Dolores Aramburu Machain.
Artista. Fue un artista polifacético que, además de ser militar, fue arquitecto y dibujante. Desde que enviudó, a los 35 años, residió en Donostia.
Fundador. Fue uno de los fundadores del grupo de artistas vanguardistas Gu.
Exposición en San Telmo. Lagarde, junto a los también arquitectos Labayen y Aizpurua, y los artistas Olasagasti y Flores Kaperotxipi, entre otros, es protagonista en la exposición de San Telmo titulada Una modernidad singular. Arte nuevo alrededor de San Sebastián. 1925-1936, visitable hasta el 5 de febrero.