En el año 1509 comenzó en Ordizia la tradición de los santaneros. En ese año se aprobó la ordenanza de la Cofradía de Santa Ana, probablemente una de las entidades de este tipo más antigua de toda Euskadi. Este acontecimiento se produjo tres años antes de que la villa fuera devorada por el incendio del 18 de marzo de 1512. Desde entonces, durante los siguientes 507 años han celebrado el día de los santaneros, según se cree a excepción de cuatro ocasiones en las que no se ha producido: una por la guerra carlista, dos por la guerra civil, y el último año en el que no celebraron el día de los santaneros fue en el año 1996 por el asesinato del empresario ordiziarra Isidro Usabiaga durante las mismas fiestas de Santa Ana. En el baile de los santaneros, que se celebra todos los años el 27 de julio, toman parte única y exclusivamente las parejas casadas durante el año. Durante toda la historia, ha habido años en los que han llegado a participar unas cuarenta parejas, pero también ha habido años en los que la participación no ha sido tan alta. “He conocido años en los que han bailado solamente dos parejas”, comenta Enrique la Calle, profesor de baile y uno de los organizadores del evento durante 17 años. Este año, han sido nueve las parejas que han entrado en la Cofradía de Santa Ana: Nerea Calvillo y Beñat Olaizola, Maitane Mendizabal y Miguel Mateo, Nagore Barandiaran y Xabi de Miguel, Alazne Dorronsoro y Javier Zabalza, Leire Garmendia y Ekaitz Martinez, Irati Garmendia e Iñigo Aierbe, Aloña Urretabizkaia y Asier Muñagorri, Jon Ordoñez y Elixabete Aierbe y Nerea Casado y Mikel Mendizabal. Esta última pareja se casó este pasado viernes, por lo que resaltaban que la festividad por la boda se prolongaba hasta el día de ayer. Los ordiziarras siempre han tenido arragaida esta tradición, por lo que la mayoría no dudó en participar y entrar en la Cofradía. Desde siempre, por lo menos un miembro de la pareja debe de ser de Ordizia.
A las 9.30 de la mañana todos los participantes se suelen concentrar en el ayuntamiento de Ordizia para comenzar a preparar el día. Los maridos tienen la obligación de concurrir con los vestidos usados en la ceremonia nupcial y las mujeres ataviadas con mantones de Manila que dan color a la ceremonia. Según se cree, fue Urdaneta el que trajo o mandó traer los primeros doce o catorce mantones de Manilla que el insigne ordiziarra regaló a la Cofradía de Santa Ana para el uso exclusivo de las santaneras en el baile. Hace 7 años, en el 2009, se celebró el 500 aniversario por lo que el Ayuntamiento compró unas 40 Manillas para el uso de los santaneros.
baile en la plaza Antes de salir a la misa, los cónyuges suelen firmar en el libro de la Cofradía para entrar así a formar parte del mismo. Desde el año 1509 se consta que hay tres libros de la Cofradía, pero hoy en día solo se conserva uno ya que los anteriores se quemaron en un incendio. Así pues, el único libro existente hoy está datado en el año 1792. Después, los hombres bajan hasta la Plaza Mayor para comenzar con los bailes. La cuerda se compone por el alcalde que suele llevar el bastón de mando en mano, el aurresku y por último el atzesku, los dos con la txapela. En la mitad van los mayordomos. El alcalde le toca entonces el hombro izquierdo y después el derecho al aurresku, gesto con el que le cede el mando. Y de este modo comienza el saludo al alcalde, los puentes y los desafios. Después llegan las damas y continúan con el protocolo de baile para terminar todos juntos bailando el fandango y el arin arin. Esta tradición, que es 3 años más vieja que la feria de Ordizia, pasa de generación en generación y causa expectación y mucho orgullo a los ordiziarras.