arrasate - El joven roble de Arbolapeta agoniza. Las grandes expectativas depositadas en este ejemplar llamado a suceder al emblemático castaño de indias que durante un siglo presidió este concurrido enclave arrasatearra, no se han cumplido. Su diagnóstico es concluyente: no se considera probable que se dé un ligero aumento de brotaciones y se recomienda dar la planta por perdida. Y así se hará. Será reemplazada por otro de la misma especie, pero de menor tamaño.
Pese a los cuidados y mimos que se le han practicado, el joven roble, que se plantó en febrero de 2015, no ha logrado afrontar con éxito el desafío de prosperar en un entorno tan hostil como Arbolapeta. Los ciudadanos han asistido estos meses con preocupación a su continua decadencia y, mientras tanto, el Consistorio ha requerido los servicios del arborista Gabriel Iguiñiz, que precisamente asistió en distintas ocasiones al viejo castaño de indias.
Un verano excesivamente caluroso, el del año pasado, en el horno de Arbolapeta es una de las principales causas que han desencadenado el decaimiento del árbol. En uno de los diversos chequeos a los que se le ha sometido, el realizado el pasado mayo, se aprecia que el ejemplar solo presenta unas pocas brotaciones en la parte baja de algunas de las ramas y el tronco. El resto de las ramas finas, más del 90% de la copa, están secas y muertas.
En su informe Iguiñiz achaca este “fracaso” a un doble motivo. Por un lado, “el haber traído una planta de gran tamaño. Llegó desde un vivero especializado de Italia y, al principio, tras una correcta ejecución de su plantación, brotó con normalidad. En él se habían depositado las ilusiones de traer nueva vida al céntrico Arbolapeta; sin embargo, la historia ha sido corta. “Tanto más grande es una planta de vivero, tanto mayor es la desproporción de copa y raíz, dado que el volumen y peso del cepellón tiene un límite marcado por las dificultades de peso y transporte. Se optó por una planta muy grande con la esperanza que todo fuera bien y tuviésemos un árbol de tamaño importante desde el momento de su plantación. Pero no salió bien”, concluye Iguiñiz en su estudio.
El calor, una de las causas El segundo motivo de su muerte es el calor. “El del pasado año fue un verano especialmente caluroso. Para árboles ya establecidos no supone un castigo especialmente duro, pero para uno recién plantado, que debe regenerar un sistema radicular capaz de absorber del suelo toda el agua que se evapora de una copa importante..., parece que sí fue excesivo”, remarca el experto.
El Ayuntamiento ha seguido los consejos del especialista y en ello ha fundamentado su decisión. El mustio roble no se salva. Pero Arbolapeta no se quedará huérfana. El concejal de Obras, Servicios, Mantenimiento y Barrios, Óscar García, explicó que lo van a sustituir por otro ejemplar de la misma especie arbórea, “respetando, de este modo, la elección mayoritaria de los arrasatearras en la votación popular que se realizó en su día”.
“Será un roble más pequeño para garantizar que vaya a sobrevivir”, avanzó el edil socialista. El actual no se retirará de inmediato. Aunque de capa caída, se mantendrá en pie unos meses más. “Se va a esperar a la época de plantación para su sustitución. La idea es talarlo hacia finales de septiembre y plantar el nuevo de cara a octubre”, indicó García.