donostia - El Pleno de ayer aprobó pedir al Gobierno Vasco y a la Diputación de Gipuzkoa un acuerdo definitivo para financiar las obras de la pasante del metro por el Centro y un calendario concreto de actuaciones. Lo hizo a petición del PP y con los votos favorables de PNV y PSE-EE, al tiempo que EH Bildu e Irabazi se mostraron en contra de esta infraestructura, al igual que una treintena de personas que se concentraron en el salón tras pancartas en las que se leía Metroa gelditu, herriari galdetu. El Pleno rechazó, asimismo, otra moción planteada por EH Bildu en la que pedía que se abriera un debate sobre el modelo de movilidad que necesita la ciudad.

Ambas mociones sirvieron para que los dos bloques reforzaran su postura a favor y en contra de esta infraestructura. El edil de EH Bildu Axier Jaka incidió en que no está basada “en el consenso social”, criticó el oscurantismo respecto a los procedimientos, cuestionó el “baile de cifras” sobre futuros viajeros que tendría esta infraestructura y adelantó que abordarla supone retrasar otras intervenciones para continuar con el desdoblamiento de la línea. También cuestionó que los viajeros que tendrá el metro “serán a costa” del transporte público ya existente y que perjudicará al servicio de Dbus, “es lo que dicen los informes técnicos”.

“La pasante es un desdoblamiento; es la madre de los desdoblamientos”, respondió el portavoz socialista Ernesto Gasco, que se retrotrajo hasta finales del siglo pasado para afirmar que la postura “del no por el no” le recordaba “a lo sucedido en Leitzaran”. “No habrá ningún perjuicio para los autobuses de la ciudad”, añadió, al tiempo que afirmó que será “un tren de los trabajadores” que permitirá “a los vecinos de Altza o de Intxaurrondo llegar a la universidad en cinco minutos”.

El alcalde, Eneko Goia, defendió que es una apuesta por el “transporte público social” y coincidió en que los viajeros de la pasante “no serán a costa de los autobuses, sino del vehículo privado”. “¿Cómo no va a quitar vehículo privado si lo hace en todas las ciudades?”, añadió la concejala de Movilidad, Pilar Arana, que rechazó que como consecuencia de la entrada en funcionamiento de la pasante se vaya a eliminar la línea 5-Benta Berri de Dbus ni a reducir frecuencias de otras, tal y como se vaticina en un informe de finales de 2014 que analiza la repercusión que puede tener la nueva infraestructuras en los viajeros de los autobuses y prevé perder nueve millones de usuarios. “Ese informe de Dbus se hizo cuando estaba Bildu en el Gobierno municipal, esa era la imposición de Bildu: si hay metro, se quitan autobuses. No es cierto”, apuntó.

“No discutan con nosotros si Dbus perderá viajeros, discútanlo con los técnicos que afirman en sus informes que el transporte público empeorará”, apuntó Jaka, que se mostró “sorprendido” porque la concejala cuestione los informes de Dbus. El concejal del PP Txema Murguiondo, por su parte, acusó a EH Bildu de “hacer política con un proyecto que apoya la mayoría política y social de Gipuzkoa”: “La falta de definición del Gobierno Vasco, que no acaba de poner el huevo, alimenta sus expectativas”.

kutxabank Por otro lado, EH Bildu e Irabazi defendieron una moción en la que pedían “revertir el proceso de privatización” de Kutxabank, aunque PNV, PSE-EE y PP la rechazaron. Los populares alegaron que la privatización ayuda a que se tomen “decisiones profesionales y no políticas” y la concejala del PSE-EE Duñike Agirrezabalaga incidió en que el Consistorio mantiene sus acciones y en que “es un banco que debe jugar con las condiciones del mercado”.

Lo cierto es que casi la totalidad del debate del Pleno de ayer se dio en torno a las más de 30 mociones presentadas, ya que en el orden del día solo había dos cuestiones resolutivas, la aprobación del plan urbanístico que permitirá crear el ambulatorio de Aiete (que suscitó una de las pocas unanimidades de la jornada) y la supresión de las placas de SP de los taxis. Se rechazaron las propuestas presentadas por EH Bildu para bautizar como Parque de Kasilda una zona alta de Egia en honor a la anarquista y feminista Kasilda Hernánez (el PP no lo apoyó y el Gobierno municipal alegó que no había consenso suficiente). Tampoco se aprobó crear una comisión no permanente que supervise la aplicación de las cláusulas sociales en las contrataciones.

El desarrollo de la sesión confirmó, por otro lado, los dos bloques que forman el Gobierno municipal, apoyado en la mayoría de las ocasiones por el PP, y EH Bildu e Irabazi por otro lado, que vieron rechazadas casi todas las mociones presentadas.