El verano pasado, un estudio encargado por los propietarios del número 9 de la calle Korrokoitz de Irun determinó que la estructura de este inmueble corría un grave riesgo y a partir de ahí, tras la comunicación recibida por parte de los arquitectos, el Consistorio emprendió el proceso, que todavía sigue su curso, para declarar en ruina el edificio y negociar con los propietarios las posibles compensaciones para su desalojo.

Uno de los motivos principales de aquellos daños en la estructura era la acción de las termitas. Se trata de una especie que actúa en colonias y que acostumbra a desplazarse de inmueble a inmueble, por lo que es posible que haya otros edificios de esta zona y de la Parte Vieja de Irun que estén afectados o puedan presentar algún tipo de daño por la presencia, pasada o actual, de termitas.

Por todo esto, el Consistorio anunciaba ayer, por boca de su edil delegado de Urbanismo, Xabier Iridoy, la puesta en marcha de “un estudio sobre la posible presencia de termitas o de restos de acción de esta especie en las estructuras de los edificios, que abarcará algunas de las calles incluidas en el Plan Especial de Rehabilitación del Casco Antiguo (PERCA)”.

sin coste El estudio debe enmarcarse “dentro de las acciones emprendidas para la mejora de la Parte Vieja” y “no tiene coste para los propietarios de los inmuebles que abarca”, según detalló Xabier Iridoy.

Como primera fase de este análisis, técnicos de las empresas Rehabite Aholkularitza Teknikoa SLP y Fundación Tecnalia Research & Innovation, a las que se ha encargado la realización de este estudio, visitarán el lunes, martes y miércoles de la próxima semana los inmuebles de las diversas calles que abarcará el estudio.

Josu Laguardia, de Rehabite, y Maider Arana, de Tecnalia Research & Innovation, acompañaron ayer a Xabier Iridoy para dar detalles de qué es lo que se va a analizar, por qué y qué se hará con los datos e información recabados.

Sobre el ámbito que se va a abarcar en este estudio sobre la presencia de termitas en la Parte Vieja de Irun, Josu Laguardia explicó que “al estar el edificio de Korrokoitz 9 cerca del canal de Dunboa, las posibles colonias de termitas difícilmente habrán podido superar esta barrera física, por lo que se va a centrar el análisis en calles y zonas que están al otro lado, en la zona este, hacia el entorno de la plaza Urdanibia y sus aledaños; un espacio en el que hay constancia, además, de antiguas colonias que actuaron en las calles Larretxipi y Eguzkitza”.

desde el subsuelo La termita es “un insecto social que actúa desde el subsuelo, donde habita, por lo que las visitas de la próxima semana se van a centrar en analizar las plantas bajas y los primeros de todos los edificios que entran en el análisis, y en los sótanos si los hubiera”, explicaba Maider Arana, la técnico de Tecnalia Innovation & Research.

Josu Laguardia, de Rehabite, detalló que “habrá dos equipos de dos personas que irán haciendo estas visitas, que consistirán en un análisis visual de las estructuras y otros elementos como escaleras o zócalos de madera” y también se analizarán elementos “de espacios libres, como el parque de la Sargia o las traseras de algunos inmuebles”.

Antes de hacer la inspección ocular, los técnicos se entrevistarán con los propietarios de los edificios para que “puedan guiar a los técnicos sobre posibles elementos que les hayan llamado la atención”.

Además, se hará “un prediagnóstico estructural, porque la madera va avisando y cuando se va deformando, van apareciendo pequeñas grietas que pueden ser un dato que puede llevar a pensar en la degradación por termitas”, añadía Maider Arana.

En caso de encontrarse puntos con posible acción de las termitas, “se colocarán unas cajas con celulosa para poder hacer un análisis genético y de colonias, para saber cuántas colonias afectan a la Parte Vieja de Irun y de qué especie son, porque dependiendo de la especie, tienen distintos radios de actuación”, detalló la técnico de Tecnalia.