Getaria es uno de esos pueblos con encanto y uno de los destinos turísticos habituales de Euskadi. Seguro que todo visitante quedará prendado de todo lo que envuelve a esta pequeña villa costera: sus calles, sus vistas, el puerto, las playas Malkorbe y Gaztetape? Pero la gastronomía, sin ninguna duda, es una de las características que hacen de Getaria un municipio especial y único. Y si esta pequeña localidad es conocida por su buena gastronomía se lo debe en buena parte al restaurante Kaia Kaipe, que además de estar en varias guías gastronómicas como Michelin o Repsol y tener el Premio Nacional Q de Calidad desde el año 2009, acaba de sumar un nuevo reconocimiento: estar entre los 100 mejores restaurantes clásicos del mundo. Concretamente, en el puesto número 42. Ahí es nada.

El blog gastronómico Opinionated About Dining (OAD) recoge las opiniones de 4.500 expertos en gastronomía de trece países y los propietarios del aclamado restaurante recibieron la noticia la pasada semana con “sorpresa y alegría”. “Es un reconocimiento y una recompensa a muchos años de trabajo. Todos los reconocimientos vienen bien y se agradece muchísimo porque es un sector sacrificado y es muy bonito que la gente te lo agradezca de esta manera. Este reconocimiento ha sido posible gracias a la opinión de 4.500 gastrónomos de todo el mundo, y si muchos se acuerdan de nosotros es que algo habremos hecho bien”, cuenta Igor Arregi, propietario del restaurante junto a su mujer, Lidia Olaizola. Y aunque el matrimonio lleve las riendas del negocio, el inicio se remonta a dos generaciones atrás.

Ignacio Larrañaga y María Arruti fundaron el Kaia en el año 1962 y contaban con la ayuda de sus tres hijos, entre ellos María Rosa (madre de Igor). Por aquel entonces era un bar en el que se servían banderillas y cazuelitas. Con el paso de los años, la familia fue mejorando el servicio y en 1968 decidieron convertir el bar en restaurante. “Al principio no ofrecíamos demasiadas cosas, pero fuimos evolucionando, y cuando mis hermanos se marcharon en el 74, mi marido, Andoni Arregi, y yo empezamos con otro estilo de servicio. Y así hasta hoy, intentando mejorar día a día para estar en el mercado”, recuerda María Rosa, que sigue ayudando a su hijo y a su nuera en el día a día del restaurante.

El cliente, más exigente

Tanto María Rosa como Igor y Lidia coinciden en que las costumbres de los consumidores han cambiado mucho en estos últimos años. “Antes cada persona comía dos o tres platos. Ahora, sin embargo, se consumen varios platos para picar entre todos y luego un pescado o un marisco”, detalla Larrañaga. Menos cantidad, más variedad. Asimismo, Igor reconoce que la clientela es cada vez más exigente: “Antes se conformaban con cualquier cosa, pero ahora la gente quiere probar sensaciones nuevas, cada vez hay más exigencias y eso también nos hace evolucionar. Está claro que hoy en día la cultura gastronómica es mucho mayor, al igual que el conocimiento sobre gastronomía, y como cada vez te piden más, tienes que ponerte a la altura de las exigencias del cliente”, cuenta Igor. Así, el restaurante trabaja siempre con productos de temporada, intentando aplicar siempre pequeñas mejoras para seguir en la cresta de la ola.

En todos estos años, según recuerdan María Rosa, Igor y Lidia, han pasado grandes personalidades, como estrellas de Hollywood que vienen al Zinemaldia, el crítico enológico más influyuente del mundo, Robert Parker, o el tenor Plácido Domingo, entre otros muchos. Y María Rosa también recuerda una anecdóta de cuando el escultor Jorge Oteiza visitó el restaurante. “Vino con un grupo a comer y en el menú tenían langosta. Pero el señor Oteiza no quería langosta, quería txitxarro. Y tuve que bajar al puerto para coger un txitxarro. Es una anécdota que no se me olvidará nunca”, recuerda Larrañaga entre risas.

Un restaurante donde la calidad y el buen servicio van de la mano, y los buenos resultados de todos estos años y este último reconocimiento no harán que los propietarios del Kaia Kaipe bajen la guardia.