zumarraga - Toledano tiene 65 años. Trabajó en la empresa CIE Automotive de Legazpi y se prejubiló a los 60 años. Siempre le ha gustado dibujar.
¿Cuándo se inició en el dibujo?
-Siempre me ha gustado mucho dibujar y hace unos 15 años me apunté a la escuela de Bellas Artes de Zumarraga para dar rienda suelta a mi inquietud. Acudí a la escuela de Bellas Artes durante cinco o seis años, pero allí apenas utilizábamos la plumilla. Pintábamos y dibujábamos, sobre todo, al óleo, con pinturas acrílicas, acuarelas, lápices...
¿Cómo le dio por la plumilla?
-Cuando dejé la escuela de Bellas Artes estuve haciendo talla durante una temporada, pero la plumilla siempre me ha tirado mucho. Ya de chaval, me gustaba mucho dibujar. Así, hace unos años empecé a dibujar con plumilla. Ahí encontré mi sitio. Me encuentro muy a gusto dibujando con plumilla.
¿Se marcó algún objetivo?
-Dibujar por dibujar... Una vez que empiezas a hacer algo, te pones un objetivo. Yo decidí montar una exposición en el pueblo. Así, surgió la muestra que monté hace tres años en Zumarraga. Tuvo aceptación y me dio fuerzas para seguir dibujando.
Entonces expuso dibujos de lugares de Urretxu y Zumarraga.
-En casi todos los dibujos aparecían lugares del pueblo, exceptuando algún dibujo de Beasain y algún otro de Legazpi. La muestra fue buen recibida, me quedé a gusto y decidí seguir.
En esta segunda muestra se pueden ver lugares de Gipuzkoa.
-El pueblo lo tenía ya dibujado en su práctica totalidad, por lo que decidí dibujar rincones de Gipuzkoa. Hice una lista de lugares interesantes de nuestro territorio, fui a los sitios elegidos, saqué fotografías y en casa hice los dibujos. Lo que se puede ver en la casa de cultura Zelai Arizti de Zumarraga es el resultado de dos años de trabajo.
Ha hecho turismo, a cuenta del proyecto.
-A veces iba con mi mujer y en otras ocasiones iba solo. Como se trataba solo de sacar unas fotografías del lugar que tenía pensado, muchas veces aprovechábamos el viaje para pasar el día. A los sitios más cercanos fui solo. Dibujé solo los lugares que tenía en mente, pero no descarto dibujar otros rincones en el futuro. Eso sí, me tendrán que gustar.
Empezó con Zumarraga y Urretxu, después dio el salto a Gipuzkoa... ¿para cuándo la exposición sobre los rincones de Euskal Herria?
-Eso es mucho decir...
¿Cuál es su dibujo favorito?
-Me gustan casi todos, pero hay algunos que me gustan especialmente. Por ejemplo, el del Tinglado de Tolosa, el de Kalebarren de Zumarraga, los de Hondarribi, el de Arantzazu... En la muestra están representados unos 20 municipios de Gipuzkoa: Beasain, Getaria, Donostia, Ordizia, Ormaiztegi, Pasaia, Lazkao, Segura, Legazpi, Zestoa, Zarautz, Bergara, Zumaia, Azpeitia...
¿Cuál es el pueblo de Gipuzkoa que más le gusta?
-Hondarribi me encanta. Además, durante un tiempo trabajé allí. He dedicado tres dibujos a Hondarribi, pero podían haber sido muchos más.
¿Cuál es el dibujo que más guerra le ha dado?
-Quizá el de la basílica de Loiola. Me gusta el realismo, quizá en exceso, y el edificio de la basílica tiene muchos elementos. La Universidad de Oñati también me dio mucho trabajo. Pero bueno, el esfuerzo ha merecido la pena.
¿Cuál es el edificio de Gipuzkoa que más le gusta?
-La basílica de Loiola y Arantzazu. Son los dos edificios que más me atraen.
¿Cuánto tiempo le dedica a cada dibujo?
-Entre 40 y 50 horas.
Son muchas horas...
-Sí, pero al dibujo no le dedicó más de dos horas y media al día. Es un tiempo prudencial. No es cuestión de estar dibujando durante seis horas al día, sino de ser constante. Si se sienta uno a dibujar todos los días, las cosas salen.
¿Qué acogida ha tenido esta segunda exposición?
-A la gente le ha gustado la exposición. De hecho, el primer día ya vendí dos dibujos. Estoy muy satisfecho.
Su txoko guipuzcoano favorito. Hondarribi me encanta. Cuando voy, es para pasar el día: una vuelta en el casco viejo por la mañana, comer, ir a la playa...
Un paisaje idílico. Urbia. Me gusta ir de vez en cuando, aunque mis piernas no están para muchas alegrías.
Una fiesta o un evento cultural. El día de Santa Isabel, en Zumarraga.
Un monte. Beloki. Voy muchas veces. Es un monte agradecido.
Una playa. La de Santiago, en Zumaia.
G
ipuzkoando