La bahía de La Concha es sin duda la postal de Gipuzkoa. El símbolo turístico conocido como el marco incomparable. Solo otro lugar de Gipuzkoa se atreve a hacerle un poco de sombra (con permiso del flysch): el monte Txindoki. El marco incomparable del interior del territorio. El símbolo de la Gipuzkoa verde. Nuestro monte más fotografiado.
La bahía de La Concha es una maravilla, pero Txindoki tampoco tiene desperdicio. ¿Qué pensarán los conductores que por vez primera en sus vidas se dirigen a Irun por la N-1 y a la salida de una curva de Beasain se encuentran cara a cara con un monte que recuerda al Cervino? Por no hablar de la fabulosa visión de la que se disfruta desde Lazkaomendi, desde la carretera que lleva a Larraitz o desde el casco urbano de Beasain.
Los guipuzcoanos están orgullosos de La Concha, pero también de Txindoki: la pirámide de Gipuzkoa. Todos los fines de semana son cientos los montañeros y paseantes que se acercan a Larraitz con la intención de conquistar la cumbre del coloso o simplemente pasear por sus laderas. Encontrar una plaza de aparcamiento en Donostia suele ser difícil, pero aparcar en Larraitz tampoco resulta fácil.
El monte de Edurne Pasaban Para muchos vecinos de Goierri y Tolosaldea Txindoki es más que un monte. Es el monte. Hay quien sube a su cumbre decenas de veces al año e incluso ha habido varias apuestas relacionadas con la subida a este monte. Edurne Pasaban siempre dice que se aficionó al monte en Txindoki y que es su lugar habitual de entrenamiento. Y la ultratrail Ehunmilak, como no podía ser de otra forma, pasa por su cima.
Pero los montañeros y paseantes no son los únicos que disfrutan de Txindoki. Este monte es un imán también para los fotógrafos. El legazpiarra Julián Auzmendi comparte las dos aficiones, la fotografía y el monte, y es un enamorado de Txindoki. Lo ha subido y fotografiado desde todas las esquinas. "He hecho la subida normal, pero también he subido desde la arista, escalando. Como monte, se trata de un paseo, casi hasta el final. El último tramo es bastante duro y el descenso es un poco peligroso. Desde su cima, la vista es muy bonita", comenta.
Desde Lazkaomendi Pero como fotógrafo le atrae más desde abajo. "Es un pequeño Cervino. En mi opinión, la foto más bonita es la que se saca desde Lazkaomendi. Es un lugar que da mucho juego: por las mañanas suele haber niebla, hay caseríos, yeguas y ovejas... Ofrece muchas alternativas a la hora de hacer la composición de la fotografía. Solo la niebla, cuando comieza a disiparse, da mucho juego".
Además, Lazkaomendi es un bonito lugar para pasar la tarde. "Ofrece muchas posibilidades: pasear con la pareja, tomar un café, sacar fotos... Una de las fotos de Txindoki que más me gusta la saqué, precisamente, desde Lazkaomendi. Se trata de una panorámica en la que se ve todo Aralar nevado y un par de ramas de un haya. Es una de las fotos a las que más cariño tengo. Utilicé cinco o seis imágenes para formar la panorámica".
El fotógrafo legazpiarra añade que hay dos momentos del día especialmente buenos para sacar una foto de Txindoki desde Lazkaomendi. "El primero es por la mañana, cuando comienza a levantarse la niebla. Esa foto se saca a contraluz, por lo que solo se ve el monte. A última hora de la tarde también se puede sacar una foto muy bonita. Se ve todo Aralar y, si está nevado, el sol hace que la nieve se vea de color rojo".
Desde Saturdi Auzmendi ha sacado cientos de fotos del monte Txindoki, desde todos los puntos imaginables. "Desde el monte Usurbe de Beasain también se disfruta de una gran vista de Txindoki: se ve todo Aralar, Ordizia, Beasain, Lazkao... Y desde la ermita de Saturdi, en Zaldibia, también se pueden sacar fotografías muy bonitas de este monte", indica el legazpiarra.
Este montañero y fotógrafo considera que Txindoki es todo un símbolo del montañismo vasco y de Gipuzkoa. "Aizkorri es más alto, pero Txindoki más estético. Además, desde Larraitz, se sube enseguida a Txindoki. La subida a Aizkorri es más larga", concluye Auzmendi.