puede parecerse a cualquier feria en la que se muestran productos artesanos o de pequeños creadores, pero Basque Market, el evento que se celebra entre ayer y hoy en el auditorium Itsas Etxea de Hondarribia, es algo más.
La feria no solo ofrece la oportunidad de ver, conocer y comprar las creaciones de pequeños diseñadores y empresas, sino que además es un foro de intercambio y conocimiento entre los propios diseñadores, con charlas divulgativas sobre su trabajo y un plan en familia, ya que mientras los adultos visitan los puestos, los niños pueden participar en talleres dirigidos a ellos.
En la primera jornada, la directora e impulsora de Basque Market, Raquel Hernández, se mostraba “muy contenta” de la acogida por parte del público, que poco a poco se iba dejando ver por Itsas Etxea.
En cuanto a los expositores, para los que se abrió una fase de selección a través de la web www.basquemarket.eus, Hernández señaló que han querido traer “una selección variada y de calidad contrastada, dando protagonismo a los diseñadores de Hondarribia pero también con firmas de otros puntos de Euskadi”.
“La selección no ha sido fácil, porque al final hubo casi un centenar de empresas y diseñadores interesados en venir, lo que es una cifra importante y como para estar satisfechos”, señalaba Hernández.
darse a conocer Un total de 18 son los diseñadores y creadores que muestran y dan a conocer su trabajo en Basque Market, que ha sido organizada por el Ayuntamiento de Hondarribia. Sus impresiones en la primera jornada de la feria eran bastante positivas.
Sonia Cepa, errenteriarra de 38 años, es la responsable de la firma de moda infantil en algodón orgánico Akukuna. “Yo misma hago el diseño y el patronaje, y encargo la confección a talleres de la zona”, explicaba esta joven creadora, para la que “las ferias son un elemento importante para darse a conocer”. Akukuna lleva ya dos años y medio de andadura y su creadora, que vende “a través de la web y en algunos puntos de venta concretos”, está contenta con un producto que, según cuenta, “trata de ser diferente y versátil a la vez, además de contar con el punto diferencial del algodón orgánico”.
Joseba Aguilar, bilbaíno de 30 años y diseñador gráfico de profesión, ha creado, junto a su socio, Re-cuerda, una pequeña empresa que diseña y produce objetos de decoración sobre madera, con clavos e hilo, proyecto con el que llevan “unos cinco meses de andadura” y que compaginan, en este inicio, con su dedicación profesional.
Esta firma había estado ya “en unas tres o cuatro ferias pero sólo en Bizkaia”, por lo que acogieron “encantados” que Basque Market los seleccionara para mostrar las creaciones de Re-cuerda este fin de semana en Hondarribia.
“Por lo que hemos visto, esta no es una feria al uso sino algo más entretenido y con diferentes cosas, entre ellas las ponencias y charlas, que nos interesan mucho”, decía Aguilar.
“De momento nos está yendo bien. No se trata tanto de vender, que algo se vende en las ferias, sino de darse a conocer. Si la gente se lleva una tarjeta y luego en casa, tiene una idea sobre un regalo o así, es la forma de conseguir encargos”, aseguraba Joseba Aguilar.
Entre las firmas presentes en Basque Market está también Axalian Tailer Kreatiboa, una pequeña empresa que dos hondarribiarras, Maider Goikoetxea, de 45 años, y Ainhoa Taberna, de 39, acaban de poner en marcha “hace nada, en Navidad”, explicaban, por lo que esta feria es su “presentación y estreno absoluto ante el público”.
Goikoetxea es licenciada en Bellas Artes y diseñadora, y Taberna, experta en costura y complementos. Entre ambas crean, en su taller de Muliate, en Hondarribia, “desde bisutería a diademas y tocados, y objetos de arte y decoración; una gama amplia de productos, siempre con diseños propios y originales y hechos totalmente a mano”, explicaba Maider Goikoetxea.
Las dos socias de Axalian se mostraban “contentas con esta primera experiencia, con la acogida de la gente y con las ventas” que tuvieron ayer.
público variado Basque Market congregó ayer a cientos de personas de edades muy diversas, aunque entre el público asistente se podía ver a numerosas familias. Era el caso de los donostiarras José Salvatierra, de 30 años de edad, y Esther Rivero, de 38, que fueron a la feria con su pequeña.
“Esto es más pequeño de lo que hubiéramos imaginado. No es muy grande pero hay cosas muy bonitas que ver y comprar. Que toda esta gente se lance a emprender su negocio y ponga tanto ingenio y creatividad en ello es algo que tiene mucho mérito, y más en estos tiempos que no son nada fáciles”, decía Salvatierra.