un accidente cada dos días. Para el mediodía de ayer, cuando apenas han transcurrido 71 días del nuevo año, Joseba Olazabal ya había contabilizado un total de 37 accidentes “la mayoría de chapa y pintura” en el tramo de la A-8 que discurre por Mendaro, lo que supone una media de algo más de un siniestro cada dos días. Fotos: Joseba Olazabal
Joseba Olazabal, de 52 años, vive con su madre, de 85, en la Casa Granja situada en la calle Arnobide de Mendaro, a escasos “20 metros en línea recta” de la autopista A-8. Por ese motivo, estos vecinos soportan las consecuencias derivadas de la proximidad de la vía rápida “desde que se hizo”. Sin embargo, la situación que padecen desde “hace algo más de un año” es “insoportable”.
Las acciones que acometió la anterior dirección de Bidegi para intentar minimizar el elevado número de siniestros que se suceden en los “400 ó 500 metros” del tramo de la A-8 que discurre por Mendaro no han hecho más que agravar su situación.
Joseba asegura que “los accidentes no han descendido con las medidas adoptadas”, que han consistido “básicamente, en la colocación de un firme más rugoso en algunas zonas y de unas bandas o badenes para que los vehículos vayan más despacio”. Lo que sí se ha incrementado es el ruido, “hasta tal punto que por la noche no podemos dormir en nuestra casa”.
Por todo ello, “en abril del pasado año” solicitó a los responsables de Bidegi que instalaran unos paneles antiruido en el tramo de autopista que pasa junto a su casa “y la de al lado, que tiene el mismo problema”. La respuesta que le dieron desde la asociación foral que gestiona la vía rápida fue “que llegaban elecciones y que el problema lo deberían solucionar los próximos responsables de Bidegi”.
A pesar de la respuesta, Joseba decidió no quedarse de brazos cruzados. Según cuenta a NOTICIAS DE GIPUZKOA, “además de seguir quejándome, empecé a sacar fotos de todos los accidentes que seguían produciéndose en el tramo que pasa al lado de casa y se las mandé a Bidegi, para que vieran que con la instalación de los badenes lo único que habían conseguido era que los vecinos tuviéramos que padecer más problemas de ruido de los que ya teníamos”.
Como seguían sin hacerle caso, este mendaroarra comunicó su situación al Ayuntamiento de la localidad, que contactó con Bidegi por los cauces oficiales para tratar de solucionar la situacion de sus vecinos.
Poco después, el propio Joseba y el Consistorio recibieron una nueva respuesta “vía correo electrónico” de Bidegi. Según cuenta, “nos dijeron que iban a estudiar el tema y a mandar a una persona para que analizara lo que pasaba aquí. Y que a partir de ese momento solo mantendrían contacto con el Ayuntamiento”.
Pero pasaban los meses y los nuevos responsables de Bidegi seguían sin entablar contacto con la entidad municipal. Por ello, el pasado mes de diciembre Olazabal decidió instalar en los terrenos de su casa un panel en el que contabiliza “los accidentes que está habiendo desde el 1 de enero de este año en el tramo de autopista de aproximadamente 500 metros que va desde el punto que pasa por encima del acceso al barrio de Plaza y el caserío Ospas” .
Joseba es consciente de que el panel que ha colocado (además de indicar el número de siniestros incluye las palabras Hasta cuando) es “de lo más rudimentario” pero no le importa “porque el objetivo es que todo el mundo que pasa por la autopista vea que aquí tenemos un problema y me consta que eso es algo que ya he conseguido”.
Más aún, este ciudadano afirma que “más de uno incluso me ha dicho que desde que sabe que hay tantos accidentes en ese punto pasa más despacio. ¡Y eso que casi todos los accidentes que hay aquí no son por exceso de velocidad!. Lo sé porque cuando hay uno y me acerco siempre le pregunto a los accidentados si iban rápido y la respuesta es siempre la misma, que no”, sentencia.
En vista de que su particular forma de protestar no está pasando desapercibida, el mendaroarra se ha dispuesto a mantenerla “hasta que Bidegi solucione de una vez por todas los problemas de ruido que tenemos los vecinos”.
numerosas anécdotasLa proximidad de la A-8 a su casa ha propiciado un sinfín de anécdotas en la vida de la familia de Joseba Olazabal; muchas de ellas protagonizadas por la caída de vehículos que circulaban por la autopista a sus terrenos. De hecho, “hace unos 30 años” su padre plantó unos nogales y unos manzanos “para evitar que los coches o camiones accidentados llegaran hasta nuestra casa”.
El propio Joseba recuerda algunas de esas anécdotas a este periódico: Según sus palabras, “una vez cayó un camión cargado de cerezas a nuestros terrenos y medio pueblo vino a llevarse cerezas a casa”. De eso hace más de 25 años pero poco después le tocó el turno a un camión de Eroski. “En esa otra ocasión también fueron muchos los vecinos que se hicieron con productos de limpieza”, recuerda.
Pero el anecdotario en la Casa Granja, que “durante los años en los que no había móviles” realizó curas y atendió a numerosos accidentados en la autopista, no acaba ahí.
Sin ir más lejos, la pasada semana este vecino tuvo que saltar a la A-8 “a parar el tráfico tras un accidente”.