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“Vivo en una furgoneta, trabajo poco y esquío 150 días al año, ¿quién es el rico? Desde mi punto de vista, yo”

Vive entre Francia y Noruega, disfrutando de la vida en la montaña. El Mendi Tour presenta en el Leidor un corto sobre el modo de vida de Iraitz Ezkergain

“Vivo en una furgoneta, trabajo poco y esquío 150 días al año, ¿quién es el rico? Desde mi punto de vista, yo”

Tolosa - No le gusta hacer planes a largo plazo, sino vivir el presente sin ataduras. El tolosarra Iraitz Ezkergain vive en una autocaravana en La Grave (los Alpes franceses), lugar del que se enamoró cuando hace siete años viajó con unos amigos. Dice que trabaja “lo justo” como guía de montaña en Noruega para poder disfrutar de la montaña y la nieve, y prefiere no poner fecha límite a este modo de vida con el que, asegura, es rico “con las sensaciones que obtiene haciendo lo que le gusta”. El miércoles se presenta en el Leidor Le basque de La Grave, un corto sobre su vida dentro del Mendi Tour.

¿Cómo surgió la idea de grabar este cortometraje?

-El director, Ludo Chauchaix, estaba buscando gente que viviera y trabajara en la montaña, pero que no fueran profesionales. En La Grave soy el único que desde hace cuatro años vive en una furgoneta en el parking, que ahora he cambiado por una autocaravana. Le llamó la atención cómo un tipo se buscaba la vida así y grabamos el corto.

¿Por qué decidió dejar Tolosa para vivir en los Alpes?

-Hasta los 28 años trabajé con mi padre como electricista autónomo y después empecé a trabajar en la empresa Indar. Justo entonces fuimos a la estación de La Grave unos amigos a practicar esquí de montaña y la experiencia fue ¡un desastre! Lo pasé mal, porque es una estación bastante salvaje, no hay pistas marcadas a partir de cierta altura, es inmenso y siempre nos perdíamos. Pero me gustó. Aquello nos hizo fuertes. Volví y pensé que estaría bien pasar una temporada allí, me enamoré del lugar. Cuando me hicieron fijo en Indar, pedí una excedencia y me fui a Le Grave.

¿Y qué tal le fue?

-No sabía ni francés ni inglés, y no conocía a nadie. Además, llegar y a los quince días se me averió el motor de la furgoneta y para hacer frente a los gastos me busqué un trabajo limpiando habitaciones en un hotel. Al poco me rompí los ligamentos de la rodilla y pasé la temporada esquiando con dificultades. Sin embargo, vi que era allí donde quería estar, me convencí.

¿Qué encontró en La Grave?

-No es por el lugar, sino que la gente vuelca su vida para vivir esa pasión. Se trata de saber vivir y allí los valores valen mucho. Yo ahora encuentro la riqueza en la sensaciones que obtengo haciendo lo que me gusta, no en las cosas materiales. Vivo en una furgoneta, trabajo poco y esquío 150 días al año, ¿quién es el rico? Desde mi punto de vista, yo.

Vivir para trabajar o trabajar para vivir. ¿Se siente identificado?

-Totalmente. Muchas veces vuelvo a Tolosa y no me ubico, hasta las conversaciones me resultan raras. En este momento de mi vida es lo que quiero hacer, vivir haciendo lo que me gusta, pero seguramente algún día volveré compro una casa y busco un trabajo fijo. Me dejo llevar mucho, aprovechando lo interesante que hay a la vista. Lo que más me gusta es la libertad que tengo.

Habrá vivido momentos duros también...

-Ha habido momentos de bajón, pero no me pesan, me pesan más los momentos de frío y humedad en la furgoneta. Me he sentido muy bien aceptado, han sido muy pacientes conmigo y me han ayudado mucho.

¿De qué vive?, ¿qué trabajos ha hecho para poder llevar esta vida?

-He hecho de todo, he estado tres años en hostelería y mientras tanto hacía chapuzas como albañil, electricista, mecánico... Muchas veces trabajaba a cambio de algo; por ejemplo sacaba el forfait de la temporada y material, y podía vivir con poco. Después decidí sacar el título de guía de montaña nacional y ahora estoy sacándome el internacional.

Es guía de montaña durante cinco meses en Noruega, ¿cómo llegó hasta allí?

-Sí, desde mediados de marzo a mediados de mayo hago la temporada de esquí y hasta finales de agosto, alpinismo y escalada. El primer año en La Grave había dos noruegos de los cuales nos hicimos muy amigos, y como el próximo año no pudieron volver, fuimos a visitarlos. Los demás se quedaron una semana, y yo tres. Me pareció alucinante, y volví: primero trabajé en un bar y luego como guía de montaña. También colaboro con la marca Ternua; pruebo su ropa para mejorar la calidad y la marca K2 me deja los esquís.

¿Hasta cuándo se ve viviendo así?

-No quiero ponerme fecha límite. He tenido una lesión y me estoy recuperando. Mi objetivo es estar al 100% para hacer la temporada en Noruega. No pienso más allá.

Su txoko guipuzcoano favorito. Larraitz. Mi familia es de allí y he vivido muchos momentos buenos en esta zona.

Una paisaje idílico. Son dos: el mar, desde el muro de la Zurriola sin mucha gente, y las vistas del monte Txindoki.

Una fiesta o un evento. Cuando termino la temporada vuelvo a Tolosa y suele coincidir con el Kilometroak, y me lo suelo pasar muy bien en los conciertos.

Un monte. Txindoki.

Una playa. La playa pequeña de Getaria me gusta mucho.

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ipuzkoando