donostia - El Consistorio ha encargado un estudio para conocer cuántos locales vacíos hay en el barrio de Amara Berri y, también, para intentar descubrir las causas por las que están sin uso. Concretamente, la investigación que encargará la Sociedad de Fomento se centrará en los locales de plantas bajas sin actividad. Además de analizar por qué están vacíos, quien se haga cargo de la investigación deberá plantear medidas en distintos ámbitos (urbanístico, social y económico) para intentar reactivar el barrio en colaboración con los agentes de Amara.
La Sociedad de Fomento, dependiente del Consistorio, está realizando en los últimos años un diagnóstico del comercio de los barrios de la ciudad y recientemente hizo públicos los resultados de Amara Berri y de Egia. En ambos casos se constataba que los vecinos sí compran en su propio barrio productos de alimentación pero que, sin embargo, salen de él para adquirir prendas de vestir o complementos.
Con el estudio que encarga ahora, Fomento pretende ahondar más en la situación actual de Amara Berri, un barrio que cuenta con 30.000 habitantes que lo hacen el más poblado de la ciudad. Surgió a partir de la década de 1950 como un ensanche de la ciudad pero en las últimas décadas se han ido desarrollando distintos núcleos urbanos que se suman a la zona de Sancho el Sabio y al entramado situado entre la avenida de Madrid y Carlos I, como la zona de Mutualidades, Amara Osinaga o, más recientemente, Riberas de Loiola. La fisonomía del barrio, el hecho de que esté atravesado por carreteras y trenes y que no haya una plaza central que aglutine a los vecinos han conllevado, según el análisis de Fomento, que el barrio no haya experimentado “un despegue comercial” acorde con la población que acoge. La situación, además, se ha visto agravada con la llegada de la crisis, lo que ha propiciado el cierre de muchos negocios en toda la ciudad pero, sobre todo, en los barrios.
Quien resulte encargado del análisis que plantea Fomento deberá incluir en su estudio una caracterización general de la vida socioeconómica del barrio y un análisis de la oferta y la demanda comercial existente, atendiendo además a las peculiaridades de los distintos núcleos urbanos (incluyendo Riberas de Loiola). Deberá incluir un completo inventario de los locales vacíos, especificando su ubicación, su dimensión, su actividad anterior, las causas por las que está cerrado, cuánto tiempo lleva vacío, si se ofrece en alquiler o en venta y a qué precio, entre otras cuestiones.
por zonas Además, deberá desarrollar un análisis de la situación con distintos agentes del barrio para consensuar con ellos propuestas encaminadas a reactivar toda la zona comercialmente. Deberá consultar, entre otros, a vecinos, a comerciantes y asociaciones de comerciantes, hosteleros u otras actividades y también a agentes inmobiliarios que expliquen las opciones que existen para hacer más atractivas esas lonjas. Además, quien se haga cargo del estudio deberá plantear también medidas urbanísticas y de otro tipo (por ejemplo, generar rutas de atracción turística o proyectos de fidelización de clientes) con el fin de impulsar la actividad en el barrio.
Las condiciones que establece el concurso convocado para realizar el estudio concretan que la investigación deberá completarse en tres meses: en el primer mes se deberá elaborar el inventario de locales y en los dos posteriores se analizará la situación con los agentes locales y se presentará el informe con las conclusiones finales.
El Consistorio prevé destinar 7.440 euros (más IVA) al proyecto, aunque los aspirantes a llevar a cabo la investigación pueden presentar ofertas a la baja.
Comercios. El estudio elaborado recientemente sobre la realidad comercial de Amara Berri constata que en el barrio hay un total de 348 establecimientos comerciales. Aunque es el primero en población, es el tercero de la ciudad en implantación comercial.
Alimentación. Los amaratarras frecuentan sus comercios de alimentación del barrio, pero van al Centro para compras relacionadas con la ropa y el calzado. Los vecinos constatan que la glorieta de Pío XII separa el barrio, al igual que el vial de Carlos I hasta ahora.