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Viaje al fin de Gipuzkoa

Todos los guipuzcoanos hemos oído hablar de Brinkola, pero muchos jamás han estado en este lugar que forma parte del imaginario colectivo de Gipuzkoa. Esta vez, todos nos vamos a bajar del tren en Brinkola.

Viaje al fin de Gipuzkoa

Para los usuarios del servicio Cercanías de Renfe, Gipuzkoa comienza en Irun y acaba en Brinkola. Todos los guipuzcoanos hemos oído alguna vez la frase “tren de cercanías procedente de Irun con destino a Brinkola, va a efectuar su entrada por vía 1”. Todos hemos estado en Irun en alguna vez, pero muchos guipuzcoanos jamás han pisado Brinkola. Les pica la curiosidad, pero no han dado el paso. ¿Qué es Brinkola? ¿Existe en realidad o es un invento de Renfe? ¿Cómo son los brinkolatarras? Pues tanto Brinkola como los brinkolatarras existen y merece la pena conocerlos. Esta vez todos nos vamos a bajar del tren en la estación de Brinkola.

Brinkola es un barrio rural de Legazpi que cuenta con estación de ferrocarril debido a que los oñatiarras demandaron que el tren parara también cerca de su municipio. Así, originariamente, la estación de Brinkola se denominó Brinkola-Oñati.

No es la última estación de Gipuzkoa antes de entrar en Navarra: después de la Brinkola están las de Zegama y Otzaurte, pero estos dos apeaderos están lejos de los núcleos habitados, por lo que la de Brinkola quedó como última estación de la línea. Lo lógico sería que la línea finalizara en Legazpi, pero esta estación se construyó más tarde que la de Brinkola (Legazpi era un pueblo pequeño cuando se hizo la línea Madrid-Irun) y no tiene espacio para que los trenes puedan efectuar la maniobra de vuelta.

Pero Brinkola es mucho más que su estación. Se trata de un bucólico barrio que cuenta con una de las entradas al parque natural Aizkorri-Aratz, un pantano (el de Barrendiola), un museo y un espectácular puente. Es el lugar que eligen muchos vecinos de Urola Garaia para hacer ejercicio y relajarse: ya sea caminando desde Legazpi hasta Brinkola, dando una vuelta al pantano que abastece de agua a la comarca o pedaleando por sus tranquilas carreteras. Además, son muchos los montañeros que acceden a Aizkorri-Aratz desde Brinkola.

Tal y como se ha indicado, este barrio cuenta también con un museo: el Rincón del Pan. Está ubicado en el caserío Igaralde-Goena, donde Tibur Agirre explica a los visitantes cómo vivían antaño en los caseríos y cómo se elabora el pan. Además, pone en funcionamiento un molino del siglo XVI y un horno de leña. Las visitas guiadas son los domingos, a las 12.00 y a las 16.00, con cita previa.

A solo un kilómetro, en el barrio Telleriarte, hay otro museo: El Ecomuseo del Pastoreo del caserío Erreizabal. Allí, Arantza Segurola introduce a los visitantes en el mundo del pastoreo y les muestra el proceso de elaboración del queso Idiazabal. En este caso las visitas son también los domingos (a las 11.00 horas) y con cita previa.

Marcha Aizkorrin Barrena El fin de semana que viene es el ideal para visitar Brinkola, pues el domingo 27 tendrá lugar la octava edición de la marcha montañera Aizkorrin Barrena. Los organizadores han preparado dos recorridos: uno de 29 kilómetros y otro de 15. La inscripción cuesta diez euros y se puede realizar en la sociedad Izadi-Zaleak, el gaztetxe, el bar Urbeltz, la sociedad Armuño de Brinkola y los polideportivos de Legazpi, Urretxu y Zumarraga. Los montañeros también podrán inscribirse el día de la prueba. En ese caso, pagarán doce euros. Habrá puntos de avituallamiento, todos los participantes recibirán una camiseta y, además, podrán participar en un rally fotográfico.

Los participantes de la marcha larga saldrán a las 8.15 y los de la marcha corta a las 9.15 horas, en los dos casos desde la estación de Brinkola.

Todos los años participan un millar de montañeros y, como muestra de las posibilidades que ofrecen los montes de Brinkola, en ocho años no han repetido recorrido.

Se trata, pues, de una oportunidad única para conocer Brinkola. El lugar donde acaba Gipuzkoa y que la megafonía del servicio de Cercanías ha convertido en mítico. Pero es real y merece ser visitado.