El monte Ulia no solo es un lugar de esparcimiento y un escenario ideal para disfrutar de la naturaleza. Este monte dividido entre Donostia y Pasaia cuenta con numerosos puntos de interés geológico, que permiten conocer in situ algunos llamativos lugares, que conforman la denominada Geo-Ruta de Ulia, que acaba de ser señalizada por el Consistorio donostiarra.
La Geo-Ruta de Ulia sigue la senda de la GR-121, desde Mompás hasta el Faro de la Plata, y cuenta en ambos extremos con dos paneles informativos en los que se concretan los once puntos de interés geológico que pueden encontrarse en el camino, de nueve kilómetros de largo. El trayecto puede cubrirse en una caminata de tres horas con escasa dificultad.
Los paneles situados en ambos extremos de la ruta informan sobre el origen y la evolución de las rocas para conocer así la historia geológica del monte Ulia. Están en cuatro idiomas -euskara, castellano, francés e inglés- e incluyen un código QR a través del cual se puede ampliar la información.
Este tramo del monte Ulia no solo es visitado por numerosos ciudadanos locales sino que también es atravesado a diario por peregrinos que cubren el Camino de Santiago y eligen esta senda en su viaje hacia el oeste.
En la ruta geológica señalizada pueden contemplarse estructuras de escape de agua, trazas fósiles de invertebrados, cavidades erosionadas por el viento, cortezas de óxidos de hierro, nódulos diagenéticos alrededor de galerías y huellas de alimentación de invertebrados fósiles. Los interesados también pueden ver estratos de arenisca fuertemente inclinados, geoformas en el interior de cavidades, otras formas caprichosas por la erosión de las areniscas y zonas con alternancia de flysch entre areniscas y margas.
El Ayuntamiento ha editado folletos para dar a conocer la ruta y se han repartido entre el Club Vasco de Camping, la Fundación Cristina Enea, el Centro de Interpretación de Ulia, la Oficina de Turismo, el museo San Telmo y las casas de cultura. También puede descargarse el folleto informativo en la página web del departamento de Medio Ambiente del consistorio donostiarra.
El subsuelo del monte Ulia está constituido por rocas areniscas de unos 50 millones de años de antigüedad, replegadas y emergidas desde el fondo marino durante la formación de los Pirineos, según señalan los expertos. La acción erosiva del viento, la lluvia y el oleaje ha configurado el paisaje actual, generando además cuevas, oquedades y geoformas de gran belleza, que se pueden apreciar en el recorrido.