El legado del último herrero de Arrasate
Bixente Barandiaran (1911-2004) protagoniza la muestra que puede visitarse en Harresi aretoa. Un acercamiento a las técnicas y secretos vinculados al oficio de herrero con el fin de que estos saberes no se borren de la memoria colectiva
La fragua, el martillo pilón, el esmeril, el yunque y todas las demás herramientas que conformaron el histórico taller del último herrero de Arrasate, Bixente Barandiaran Mentu (1911-2004), vuelven a cobrar vida y, sobre todo, a hablar con voz propia en la exposición que viste la sala Harresi. Dinbi, danba, mailukaren hotsa es el título de este apasionante viaje por una profesión milenaria en la que el público se sumerge a través del legado de su último exponente en la villa. Todo un artesano del hierro que con su buen hacer ayudó a tejer una parte importante de la historia local.
“Como consecuencia de la industrialización del siglo pasado, oficios que eran fundamentales en nuestros pueblos han ido desapareciendo y, con ellos, su sabiduría y miles de historias. Esta muestra pretende acercar los entresijos del oficio de herrador y herrero por medio de la colección de Bixente Barandiaran; este conocimiento y modos de vida constituyen el patrimonio cultural que debemos preservar”, manifiesta la museóloga arrasatearra, Jone Alaitz Uriarte, que ha sido contratada por el Consistorio para realizar este proyecto.
Desde diciembre, Uriarte se ha enfrascado en la tarea de poner a punto la exposición permanente que trae a un primer plano el idilio histórico entre Mondragón y la actividad ferrona. Barandiaran es el plato fuerte de esta muestra. Durante casi medio siglo, el protagonista de este reportaje desempeñó uno de esos oficios con un halo de magia por tener la capacidad de doblegar algo tan duro como el hierro mediante el fuego. De sus habilidosas manos salieron mazos, hachas, herraduras, tenazas y otros muchos utensilios. Por su taller pasaron numerosas personas para que este les herrase el ganado o les construyese herramientas con las que trabajar en el caserío. Más de 600 piezas dan contenido a la colección de este maestro. Desde ayer una selección de ellas se exhiben en Harresi aretoa.
cuatro apartados La visita esta dividida en cuatro secciones. La primera de ellas ofrece un relato cronológico del desarrollo sociocultural y económico que experimentó Arrasate en el siglo XX. Imágenes de archivo, documentos y otros elementos distribuidos en paneles y vitrinas recrean los acontecimientos más destacados de aquellos años, entre los que se citan, la creación de la Unión Cerrajera en 1906, la Octubrada de 1934, la Guerra Civil, la Escuela de Aprendices y el nacimiento de ULGOR en 1956.
En este apartado se recuerda a Barandiaran desde un plano íntimo y personal, que desgrana retazos de la vida de este veterano herrero que estuvo en activo hasta los 90 años. Nació el 20 de julio de 1911 en el caserío Txarrualde de la anteiglesia de Apotzaga de Eskoriatza y cuando tenía seis meses sus padres se trasladaron a Oñati donde vivió hasta los cinco años. Entonces su familia se asentó en Arrasate, en el caserío Mentu de Legarre (de ahí le viene el apodo). En 1922 el padre de Bixente compró unos terrenos por valor de 13.000 pesetas y levantó el baserri Markoetxebarri. Cuando terminó la Guerra Civil y regresó a casa, Barandiaran vuelve a trabajar a la empresa Ugarte y Cía -posteriormente Metalúrgica Cerrajera- en la que estuvo tres décadas. En 1940 contrae matrimonio con Consuelo Ors Altube, y 16 años más tarde construye con sus propias manos la fragua con la intención “en un principio, de fabricar ruedas para carros”.
Pero no se quedó solo en eso. Bixente conocía muy bien los pormenores del oficio que había aprendido en 1929 en la herrería que Tomás Otaduy regentaba en la calle Zarugalde. Al morir este, Mentu se quedó como responsable y tuvo de ayudante al hijo de aquel, el también herrero Josu Otaduy, que entonces tenía 12 años.
Pinceladas de un intensa vida que se aderezan con no pocas curiosidades y documentos de interés. “Pueden verse las cartas escritas por el Conde de Monterrón requiriéndole a Bixente que le hiciese los elementos de forja para el palacio”, detalla Uriarte.
Del documental grabado en 2001 al que Barandiaran pone voz y rostro, se da un salto al segundo apartado que encabeza la simulación de la fragua que albergó el caserío familiar Markoetxebarri, ambientada con piezas originales de su histórico taller. La tercera sección acerca el trabajo de herrador, y una de las joyas de este espacio es el cuaderno donde Mentu apuntó todos los secretos de este oficio durante su estancia en el frente de Burgos en los años de la guerra.
industria del metal El cuarto apartado tiene como eje central la historia del acero, desde la actividad minera de Udalatx hasta el esplendor del acero mondragonés en el siglo XVI. Muestras de un mineral de hierro y escoria de fundición, y sendas réplicas de una daga de mano izquierda y un fusil para infantería modelo 1757, forman parte también de este espacio que da paso, como colofón, al documental que recoge los testimonios en primera persona de diez conocidos expertos de la villa y el entorno.
Fue en 2001 cuando Barandiaran puso en manos del Ayuntamiento las herramientas de su taller con el fin de que se expusieran al público para mantener viva la memoria del oficio que cultivó con pasión y esmero. Desde ese año hasta 2004, el Consistorio le dedicó un apartado de la extinta exposición industrial que acogió el edificio del Reloj de la Cerrajera. Ahora, once años más tarde -sus herederos mantenían el acuerdo en los mismos términos que su progenitor- se recupera este capítulo de la historia industrial arrasatearra. Mientras tanto, el Ayuntamiento ha logrado reunir desde 1994 más de 7.500 piezas (máquinas, herramientas, documentos, imágenes...) vinculadas al pasado industrial del municipio que continúa almacenando y catalogando.
De momento hasta finales de mayo el horario de apertura de la exposición es: los jueves de 10.30 a 13.00 y de 17.00 a 20.00 y los sábados de 10.30 a 13.30 horas. Constituye, sin duda, un atractivo para todos los visitantes que deseen conocer el patrimonio histórico-industrial de Arrasate.
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