La trayectoria de la Sociedad Klink de Hondarribia, fundada en el año 1968 en pleno Casco Histórico de la ciudad, es bien conocida por su implicación social y cultural. En tiempos, fueron impulsores de numerosas acciones caritativas y de beneficiencia, como fue y es aún, por ejemplo, su ligazón con la residencia de mayores San Gabriel. Hoy, bien conocidas son sus actividades como las comidas o cenas solidarias que llevan a cabo prácticamente cada mes.
Tras recibir el pasado septiembre la Insignia de Oro de la ciudad, Klink está emprendiendo nuevos tiempos, empezando por la reciente oferta para captar nuevos socios (incluyendo por vez primera a las mujeres) y con nuevas iniciativas de todo tipo.
José Manuel Nogueras, tesorero de la entidad, reconoce que ”recibir la Insignia de Oro fue una especie de acicate, un empujón” para animar a Klink a “dar un impulso a la actividad y a su implicación con la sociedad, tanto en la parte solidaria, como en la gastronómica, desarrollando iniciativas para difundir el legado gastronómico vasco y toda su cultura, además de promocionar los productos autóctonos y de proximidad”.
45 nuevos socios Nogueras explica que “Klink necesitaba renovar su pirámide de edad, ya que una parte importante de los socios es mayor” y la oferta lanzada hace pocas semanas (sin canon de entrada y cuotas a precios de entre 10 y 21 euros al mes según la edad), “ha conseguido atraer a la gente, con 45 nuevos socios que se han incorporado”.
Entre ellos están “una veintena de mujeres” a las que la sociedad ha querido abrir sus puertas porque “son también parte fundamental de la cultura gastronómica vasca”. José Manuel Nogueras resalta este hecho aunque da incluso más importancia al hecho de que “de los 45 nuevos socios, la gran mayoría son menores de 40 años de edad, que es lo que Klink necesitaba; ante todo, rejuvenecerse”.
difusión cultural Dentro de esta especie de nueva etapa que inicia la Sociedad Klink, “no va a faltar la parte solidaria, con las comidas y cenas que se organizan periódicamente”, pero la entidad quiere reforzar su actividad de difusión cultural, “centrándose en dar a conocer y divulgar la cultura de las sociedades gastronómicas y de la propia gastronomía vasca en sí misma”, explica su representante.
Para ello, están preparando lo que han denominado como MasterKlink, un programa de “actividades de todo tipo, dirigidas a personas de todas las edades y encaminadas a dar a conocer la cultura gastronómica vasca, sus valores y características, y a promocionar y difundir el valor de los productos locales”, explica José Manuel Nogueras.
De cara a MasterKlink, la entidad ha anunciado ya que las pastelerías Hawaii, con más de medio siglo de trayectoria artesanal a sus espaldas en Irun y Hondarribia, van a estar presentes en el programa. En él, van a explicar y desvelar su forma de hacer, sus recetas y secretos, heredados en parte de la vieja fábrica de Chocolates Elgorriaga, donde Juan José Urigain y Merche Álvaro, los fundadores de Hawaii, hace tiempo retirados a sus 80 y 72 años de edad, respectivamente,trabajaron hace ya muchos años.
Hoy, es la hija de ambos, Eva Urigain, de 47 años de edad, la que dirige las pastelerías Hawaii, que cuentan con tres establecimientos entre Irun y dos en Hondarribia.
“Somos amigos de la gente de Klink y cuando se acercaron a prsetnarnos lo que quieren hacer, nos pareció una gran idea. Colaboraremos con ellos en distintos eventos de MasterKlink y aportaremos también parte del contenido del programa, en forma de cursos en los que enseñaremos a la gente cómo elaboarmos nuestras opilas de San Marcos, las pantxinetas, las trufas o los panes artesanos”, explica Eva Urigain a este periódico.
La responsable de Hawaii asegura que aunque van a desvelar algunos “trucos y secretos” de su trabajo, no temen que nadie de la posible competencia tome nota. “Al final, aunque las recetas son pasos, hay diferencias porque está el toque y estilo de cada uno y sobre todo, los ingredientes de primera calidad”, concluye Eva Urigain.
Fundada en 1970. La Sociedad Klink de Hondarribia tiene su sede en la calle Uria Harresia y cumplió 45 años de vida el pasado 27 de enero. Juan Mari Bello fue su primer presidente y tiene como socios de honor a los pintores Enrique Albizu (éste, fallecido hace poco más de un año), José Gracenea y Javier Sagarzazu; al sacerdote y durante años párroco de la localidad Martín Iturbe; al golfista Jose María Olazabal, el médico Ricardo Arregui y el presidente de la Banda de Música y el Abad Mayor de la Cofradía de Mareantes de San Pedro, dos de las instituciones muy importantes y reconocidas en la ciudad.
Oferta vigente. La entidad ofrece aún la posibilidad de hacerse socios pagando 10,15 y 21 euros al mes durante los tres primeros años, para hombres y mujeres menores de 40, y 21 al mes para mayores de 40.
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Es el número de socios que tiene, a día de hoy, la Sociedad Klink, incluyendo a los 45 que acaban de incorporarse a la misma.