“Innovar es no olvidar de dónde vienes y Garoa siempre ha sido un punto de unión”
Imanol Agirre (Zarautz, 1978) tomó hace cinco años el relevo a sus padres y junto a su hermano Eneko refundó la librería Garoa de Zarautz, todo un epicentro cultural. Hace tres meses apostaron por llevar la idea a Donostia y el proyecto ya es todo un éxito
zarautz - Es acercarse al establecimiento Garoa de la calle Trinitate de Zarautz y comenzar a respirar un encanto especial. Las antiguas cajas de frutas repletas de libros de la entrada incitan al paseante a husmear en ellas y animan a adentrarse a la librería que se ha convertido en todo un núcleo de la cultura. Tal y como explican sus propietarios, su fin es ser “un intermediario digno entre escritor y lector”. Los libros son el nexo de unión de otras actividades como los clubes de lectura Paperezko Lagunak o Paperezko Kontzertuak, conciertos en formato íntimo en el que los grupos de música homenajean a alguna obra literaria. Los próximos meses pasarán por Garoa Amorante, Ainara Legardon y Txuma Murugarren.
¿Cómo y cuándo nació Garoa?
-Hace 43 años. Lo abrió mi ama después de una estancia en Londres. Fue mi abuela a visitarla y la llevó a la famosa librería Foyles y le dijo : “Ama, voy a abrir una librería en Zarautz”. Después se repitió la historia. La ama viajó a verme cuando estaba en la capital inglesa hace cinco años y le dije la misma frase. Por aquel entonces mi hermano Eneko estaba en Madrid trabajando. Volvimos los dos a Zarautz y emprendimos el nuevo proyecto en el mismo local. Hicimos un cambio de imagen, sacamos las vigas de madera.
En sus comienzos sería toda una novedad en el municipio...
-Probablemente sería la única librería de Zarautz. Por lo que cuenta el aita, en un principio les costó un poco arrancar pero siguieron trabajando duro y salieron las cosas. El aita dejó su trabajo y comenzó a ayudar a la ama. Él se iba de biblioteca en biblioteca y la ama siempre estaba detrás del mostrador atendiendo a la gente. Ahora se comenta que somos como una especie de bilgune, un punto de unión, pero antes Garoa también lo era. Toda la cuadrilla de mis padres se creó en la librería, el propio Anjel Lertxundi Andu también es de ese grupo. Ahora nos ocurre lo mismo, hemos formado una nueva cuadrilla.
Además de vender libros, habéis ampliado el proyecto a las nuevas tecnologías. ¿Cómo así?
-Mi hermano se dedicaba al mundo de Internet y creamos una rama nueva: Web Consulting. El portal para realizar preguntas a políticos Osoigo.com es una de las últimas iniciativas puestas en marcha.
Se trata de una librería con muchos clientes. ¿Cómo se hace frente a la crisis del papel?
-Creemos que el papel es un plus. Los amantes de la lectura siguen comprando libros. Hace dos días leí que la moda del E-Book ha tocado su tope. El propio Amazon abrió hace un mes una librería física en plena Zona Cero. Eso da mucho que pensar...
Una de las iniciativas de éxito de Garoa es el club de lectura Paperezko Lagunak (Amigos de Papel). ¿Cómo surgió la idea?
-Siempre le digo al poeta zarauztarra Jon Benito que el culpable de todos los grupos de Papel ha sido él. Encendió la chispa con el club de lectura. Después, viendo como disfrutábamos en ese espacio se nos ocurrió hacer lo mismo con la música y más adelante, en el nuevo establecimiento de Donostia, abierto hace tres meses, con el cine y el teatro. Todo tiene que partir de un libro y a los cantantes, por ejemplo, les pedimos que dediquen la actuación a una obra. No pretendemos que sea una sala de conciertos; queremos que se hable también de literatura y compartir reflexiones. Siempre hablamos de experiencias colectivas: no es sólo Garoa el que monta esto, es toda la familia que se junta aquí quien lo hace.
Y para ello, no cesáis de innovar...
-Parece que estamos dando un enfoque nuevo, haciendo algo innovador, pero estamos volviendo a la esencia de hace años, porque hace falta el apoyo de la gente, de la comunidad, para sacar adelante las librerías. El aita cuenta que antes se juntaban en Garoa y luego iban a algún bar y uno se ponía a recitar poesía. Siempre digo que para ir para adelante es preciso dar los dos pasos hacia atrás. No olvidar de dónde vienes, quién eres, qué se ha hecho y seguir adelante. A eso le llamo yo innovación. Respetar todo eso es la clave. Creo que esa idea se podría aplicar a cualquier ámbito de la vida.
¿Qué programación tenéis prevista para principios de año en Zarautz?
-Seguiremos con los clubes de lectura, con Alex Gurrutxaga en euskera y Patri Gete, en castellano. Y se ofrecerán los siguientes conciertos en Paperezko Kontzertuak: Amorante (25 de enero); Ainara Legardon (22 de febrero) y Txuma Murugarren (22 de marzo). Además, para la semana de la mujer, en marzo, nos gustaría hacer alguna cosa especial. Tampoco faltarán charlas y muchas sorpresas.
Acabáis de dar a conocer el balance de los tres meses de Garoa Kultur Lab de la calle Zabaleta de Donostia, con más de 5.000 visitas. Es una cifra considerable...
-Hicimos una apuesta y estamos muy contentos porque la aceptación ha sido muy buena. Se está ampliando la familia, gracias al equipo que tenemos, con un montón de ganas. Es gente inquieta y llena de ideas.
Como librero habrás vivido miles de anécdotas. ¿Podrías contar alguna?
-Son curiosos los típicos comentarios como “no me acuerdo del autor...”, “ni del libro...” o “creo que tenía la tapa azul...” (risas). Y hace más de un mes nos robaron una de las cajas de fruta que tenemos repletas de libros en la entrada de Donostia. ¡Se llevó la caja y dejó unos 30 libros ! (risas). Si por lo menos se hubiese llevado una obra...
Y una pregunta que no podía faltar. ¿Cuál es su libro favorito y por qué?
- ¡Eso es como tener que elegir entre ama y aita! (risas). Cualquiera de Mario Benedetti, porque cuando estaba fuera la ama siempre me enviaba sus obras.