legazpi - ¿Cuánto tiempo lleva en Euskadi?

-Desde el 2000. En 1996, la que ahora es mi mujer fue a Alemania a aprender alemán. Fue entonces cuando nos conocimos.

¿En qué ha trabajado hasta ahora?

-Estudié Sociología y soy informático. En el País Vasco he trabajado en varias empresas. En 2010 me quedé sin trabajo y abrí una tienda de ropa en Zumarraga, pero no salió bien. Sabía que en Brinkola hacían pan y le propuse al baserritarra aprender el oficio. Los fines de semana trabajamos juntos y aprovecho el calor del horno para hacer pasteles típicos de Alemania. También doy clases de alemán, en Legazpi y en la academia Elduaien de Beasain.

¿Qué pasteles elabora?

-Hago, por ejemplo, el pastel típico de Navidad. Se llama stollen y no habrá un solo alemán que no lo haya probado. Se hace con masa fermentada y se le añaden trozos de fruta: uvas pasas bañadas en ron durante toda una noche, almendras... En Alemania se come con el café, no como postre. Como postre se comen compotas.

¿Los dulces navideños de Alemania son muy diferentes a los vascos?

-Sí. La repostería, en general, es muy diferente. Allí no se les echa tanto azúcar a los dulces. La verdad es que como más a gusto mis pasteles que los turrones. Se me hacen demasiado dulces. También hago galletas de mantequilla. En Alemania es costumbre que los niños ayuden a sus padres a hacer estas galletas.

¿Quién le enseñó a hacer los pasteles?

-Me enseñó mi madre, hace tres años. Hasta entonces, me los enviaba. Hacer estos pasteles no es difícil, pero da bastante trabajo. La masa se prepara de víspera y después se cuece en el horno. Es un proceso que dura, como mínimo, dos días.

Es profesor de alemán. ¿Ha subido mucho el número de alumnos?

-Para cuando yo empecé en ello había ya mucha gente aprendiendo alemán. Los profesores veteranos me dijeron que había habido un aumento de la demanda. La verdad es que el que quiere ir a Alemania tiene que aprender alemán. En el ámbito laboral se utiliza bastante el inglés, pero en la calle necesitas el alemán. El que no esté bien preparado, mejor que no vaya. Allí tampoco es fácil encontrar trabajo. Alemania está mejor económicamente, pero muchos empleos son de jornada reducida y se necesitan dos o tres trabajos para sobrevivir. Según los sindicatos, esto afecta a unos ocho millones de personas. Allí hay menos paro, pero rozan los tres millones de parados. También es verdad que, como en todas partes, hay gente que no quiere trabajar.

¿Cómo nos ven?

-Los alemanes que conocen un poco este país saben que aquí la gente trabaja bien. En casa vemos la televisión alemana y no hablan tanto del sur de Europa. Se habla de los problemas de financiación y también saben algo de los problemas de corrupción. Son problemas que tenemos que arreglar aquí. Si seguimos así, el país se gobernará desde la cárcel.

¿El modo de vida vasco y el de Alemania son muy diferentes?

-La mayor diferencia está relacionada con la jornada partida. Aquí el que trabaja a jornada partida se pasa todo el día en el trabajo. Allí, la gente sale antes. Por otro lado, los alemanes no miran tanto a la calidad de la comida. Aquí se mira primero la calidad y después el precio. Eso sí, la cerveza alemana es mucho mejor que la de aquí.

¿Hay diferencias en lo que respecta al tiempo libre?

-Allí la gente no sale tanto como aquí. Se sale a comer a un restaurante, pero no a potear.

¿Le gusta el modo de vida de aquí?

-Sí, pero con el tiempo acabas viendo también las cosas malas. Viendo lo que vi en la fábrica donde trabajé, no me extraña que la crisis nos haya golpeado de una forma tan brutal: en cinco años no se invirtió un duro en la empresa. Cuando entramos en ERE le dije al dueño a ver qué íbamos a hacer durante los seis meses que íbamos a estar fuera de la fábrica y me dijo que no lo había pensado. En Alemania, si a una empresa le toca eso, enseguida mandan a formarse a los trabajadores. Y un alumno mío me contó que en su empresa los primeros recortes se hicieron en el departamento de investigación. Son cosas que no entiendo. Si haces eso, está claro que te vas a quedar atrás.

¿Tiene intención de volver a Alemania algún día?

-Si encontrase un buen puesto de trabajo en Alemania, quizá volvería.