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Osintxu apuesta por la convivencia

El barrio de Bergara, con un 20% de población inmigrante, promueve el conocimiento mutuo entre sus vecinos

Osintxu apuesta por la convivencia

Un total de 483 personas residen en el barrio de Oxintxu, de las cuales un 20%, un total de 97, son inmigrantes. Esa es la fotografía que ofrece esta pedanía bergararra, en la que la población extranjera ha ido creciendo en los últimos años. Partiendo de esta base, el pasado mayo echó a rodar un proceso participativo encaminado a fomentar una buena y enriquecedora convivencia intercultural entre todos los vecinos.

El Ayuntamiento mahonero y la asamblea del barrio (Osintxuko Herri Batzarra) han caminado de la mano en esta iniciativa, que ha contado con la coordinación de la cooperativa Emun. Los encuentros que se han desarrollado estos últimos meses han servido para reflexionar, analizar la realidad y diseñar un plan de acciones, además de para constituir un grupo (formado por osintxuarras y vecinos de diversos lugares de origen) que trabaja la diversidad y la convivencia.

El Consistorio de Bergara adjudicó a Emun la dinamización de este proyecto, cuya puesta en marcha llevaban pidiendo, de algún modo, los osintxuarras desde hace unos años. El trabajo, según recogía su pliego de condiciones, debía detectar "las posibles dificultades que la pluralidad de procedencias genera en la convivencia", así como definir las líneas de intervención, romper con los estereotipos de la inmigración y plantear espacios de entendimiento mutuo para "mejorar la comunicación y las relaciones entre todos los vecinos".

"La proporción de Osintxu de un 20,08% de población extranjera es alta, más que la de la CAV, Nafarroa y el Estado", explicó en el acto de presentación Ainara Aldazabal, de Emun.

El desconocimiento de la cultura, religión o el idioma, la existencia de miedos y prejuicios, diferentes formas de relacionarse... son algunos de los problemas y razones que se han puesto sobre la mesa a la hora de elaborar el diagnóstico sobre Osintxu. "Una conclusión general que se ha extraído de las reuniones es que hay respeto, pero no nos conocemos mutuamente", añadió la técnico de Servicios Sociales, Idurre Amozarrain. En este contexto, se decidió "crear un punto de encuentro y promover actividades conjuntas", detalló.

Integración y euskera Africanos los más numerosos son los marroquíes, seguidos de los portugueses, ecuatorianos, argelinos, rumanos, senegaleses y bolivianos, entre otros, son las variadas procedencias del colectivo de inmigrantes que ha arribado a Osintxu.

El gambiano Salieu Comma es un ejemplo de integración en la pedanía bergararra. Comenta sonriente que está dispuesto a ayudar con su experiencia. "A los pocos meses de mi llegada desde 2008 vive en Euskal Herria y un año después se asentó en Osintxu empecé a estudiar euskera", explica dejando muestras de sus progresos tras su paso por el euskaltegi. "Los africanos sabemos que para integrarnos en los sitios donde recalamos, debemos incorporar lo local en nuestro modo de vida, para entender cómo se vive y comunicarnos con la gente", defiende, mientras regala un gesto de complicidad a su compañero africano Babu Ndong. "Considero a Osintxu mi pueblo", asegura este último, a la vez que destaca la importancia de aprender euskera. Quien también ha tomado parte en este proceso participativo ha sido Mohamed Mejahed, que llegó a Osintxu el pasado abril y juega en su equipo de fútbol.

Plan de acciones Trabajar la sensibilización "para superar rumores, prejuicios y falsas creencias" y configurar espacios de encuentro con el fin de estrechar relaciones, favorecer el conocimiento mutuo y llevar a cabo actividades comunes, son los objetivos que guían el plan para la convivencia de Osintxu, que enumera una batería de acciones de cara a este año y el próximo, "como solución a problemas y dificultades identificados". El citado plan ha comenzado a dar sus frutos. No en vano, en la víspera de San Juan, la hoguera se ambientó con danzas y sonidos senegaleses. "En las próximas fiestas está previsto hacer una degustación con platos típicos de distintos países y, entre otras actividades, también se ha pensado organizar olimpiadas deportivas, cursos de danzas africanas..., además de iniciativas para practicar euskera como Berbalaguna o Auzoko", expone Aitziber Alberdi, que es miembro de la comisión vecinal junto a Rakel Nafarrate.

Este proceso ha sido la primera piedra de una dinámica que tendrá como protagonistas a todos los residentes de Osintxu: el verdadero motor de la convivencia. Para hacer un seguimiento a la iniciativa se seguirán manteniendo reuniones.