Irun - Aunque ya tiene muchos años de experiencia en el Alarde mixto, Tino Zamora está especialmente “ilusionado” con la puesta en marcha de la compañía de Santiago, de la que será capitán en su estreno, este lunes.

¿Cuál es su trayectoria en el Alarde? ¿Por qué un día se decide a tomar parte en el desfile mixto?

-Nací en la calle Uranzu y desfilé en la compañía de Uranzu desde joven, aunque había cosas del Alarde, como el papel que se le daba a la mujer, que no me gustaban ni me parecían bien. Cuando surgió el Alarde mixto, no dudé en incorporarme a él, dentro de la compañía de Bidasoa. Primero lo hice tocando el redoble, más tarde como alférez y luego, cinco años de capitán, que fueron muy especiales. El año pasado me tomé la jubilación como mando y desfilé con la escopeta, hasta que ahora, de nuevo, ha surgido la circunstancia de ser capitán en la nueva compañía de Santiago.

¿Cómo y por qué ha surgido la idea de impulsar esta nueva compañía?

-Había gente del barrio que quería animarse a crear la compañía. Algunos desfilaban en otras compañías del Alarde mixto y otros tenían la ilusión de hacerlo en una que fuera propiamente de Santiago, aunque no participaban aún en el Alarde mixto. A partir de ahí, surgió un grupo de entre 45 y 50 contactos. Se hizo un llamamiento para una asamblea en la que finalmente, se decidió crear la compañía.

¿Y cómo acaba usted de capitán?

-Se buscaban, para el arranque de la compañía, mandos que tuvieran algo de experiencia previa en el Alarde. Por eso, nos propusieron la idea de ser capitanes a mí y a Karmele Tolosa, que curiosamente también fue capitana de Bidasoa hace algunos años. El caso es que la ilusión de Karmele era y es ser teniente en la compañía de Santiago, tal como lo fue su padre, hace tiempo, durante 20 años. Por eso, ella será teniente de esta nueva compañía y yo he aceptado el rol de capitán, aunque con fecha de caducidad. Espero que en un par de años tengamos ya a gente joven dispuesta a tomar el relevo. Me gustaría volver a mi rol de soldado raso y jubilado de las tareas de mando en el Alarde.

¿Con cuánta gente esperan iniciar su andadura este lunes?

-Somos nuevos y creo que rondaremos los 100 integrantes, que no es un número muy alto pero creo que es un buen comienzo. Hay mucha gente joven en la compañía, con ánimos de pasarlo bien y de disfrutar mucho de la fiesta.

¿Usted que es veterano en el Alarde mixto, cómo ha visto la evolución de este desfile y de la actitud de la gente respecto al mismo?

-Las cosas han cambiado mucho y para bien, por suerte para todos. El Alarde mixto va creciendo año a año y sobre todo, se está imponiendo el respeto y la convivencia entre las distintas formas de pensar sobre lo que debe ser el Alarde y el papel de la mujer dentro de él. Aunque sigue habiendo esos incidentes en la calle Mayor en la tarde del día de San Marcial, la cosa ha mejorado muchísimo y eso es bueno para Irun. Poco a poco, estamos abriendo un camino hacia unos alardes igualitarios, tanto aquí como en Hondarribia, donde no hay más que ver los resultados de la encuesta que ha hecho recientemente el Gobierno Vasco. Quienes pensaban que tenían un apoyo abrumador hacia su forma de hacer el Alarde, se habrán llevado una sorpresa, sabiendo que hay una mayoría que no apoya su postura.

¿Cómo ve usted el futuro del Alarde en Irun? ¿Seguirá habiendo dos durante muchos años?

-Mi deseo es que algún día haya un único Alarde, igualitario y público, del Ayuntamiento, como lo fue siempre. Un Alarde en el que todos veremos a la mujer como una amiga y compañera, desfilando a nuestro lado, porque ese hecho ni quita ni hurta nada a la fiesta. No tengo dudas de que el Alarde del futuro es uno en el que desfilaremos, por igual, hombres y mujeres.

¿Qué les diría a los irundarras en estas horas previas al gran día?

-Les invitaría a disfrutar a tope, a vivir la fiesta con mucha alegría, cada uno desde su punto de vista y opinión, y siempre desde el respeto a todas las partes.

Su txoko guipuzcoano favorito. Me gusta perderme yendo a por hongos en Aiako Harria.

Un monte. El Txindoki, por su entorno y paisajes.

Un paisaje. Las vistas hacia Irun desde la zona de Erlaitz y Lapurriturri, en Aiako Harria.

Una playa. No soy de playas, ni siquiera para pasear.

Una fiesta. Los Sanmarciales. Todo lo vivido me ha hecho crecer.

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