Llega el día más dulce
Miles de niños y no tan niños de Irun y Hondarribia recibirán mañana, de sus madrinas, la tradicional opila, como regalo que simboliza el amor hacia el ahijado. Las pastelerías trabajan a destajo esta semana para elaborar este dulce.
Bertako gaia
Ni en Navidad ni en fiestas patronales, sean las de San Pedro y San Marcial, en junio, sean las de la virgen de Guadalupe en septiembre. No hay días de mayor intensidad de trabajo en las pastelerías de Irun y Hondarribia que los de esta semana. Los días previos al día de San Marcos, que es mañana, 25 de abril. Es la jornada en la que miles de madrinas regalan a sus ahijados su opila, esa tarta elaborada con bizcocho o almendra, decorada con huevos cocidos pintados de intenso color, caramelos y coronándola, el tradicional txito o pollito amarillo.
Como en otras tantas, estos días, en la pastelería Aguirre de Irun, una de las más emblemáticas de la comarca, se trabaja a destajo, incluso con "un pequeño refuerzo de la plantilla". "Son los días con mayor intensidad de trabajo, porque entre el martes (ayer) y mañana (por hoy), se elaboran cientos de opilas, la verdad es que ni llevamos la cuenta", señalan las hermanas Ana y Elena Iriarte, de 46 y 36 años, copropietarias de Aguirre junto con su hermano Luis, de 47 años. Cuentan en Aguirre que, "quizá sea esta la fecha en la que menos se deja notar la crisis económica, porque San Marcos es un día al año y las madrinas se esmeran en regalar su buena opila al ahijado".
A todo el mundo En Aguirre, como en otras pastelerías de la comarca del Bidasoa, "se hacen opilas para entregar en mano e incluso para enviar a otros lugares", cuenta Ana Iriarte. En su caso, "por decisión propia de la empresa", solo tramitan envíos por mensajería "a todo el Estado, desde Madrid, Galicia o Andalucía, hasta Levante, Canarias o Barcelona", porque "allí donde una madrina que sea de Irun u Hondarribia tiene a su ahijado, llega una opila en estas fechas; y también las madrinas de fuera regalan su opila al ahijado que está aquí". Les consta también, cuenta Elena Iriarte, que "hay gente que las envía por mensajería a cualquier rincón del mundo, en especial, a muchos estudiantes que están de Erasmus".
En el obrador de Aguirre, estos días, los turnos de trabajo se suceden día y noche. Y allí trabaja también Luis Iriarte "desde los 14 años". Un Iriarte que tiene hijos y ahijados, pero que confiesa que llegará a la jornada de mañana "agotado y con ganas de descansar, después de unos días muy muy intensos".
Bendición y al monte La tradición manda bendecir la opila de San Marcos mañana y luego, ir a comer y pasar la tarde en el monte. "Es una tradición muy arraigada, y en muchos casos, uno de los pocos días en los que madrinas y ahijados se ven al cabo del año", señalan las hermanas Iriarte.
Ellas también harán gaupasa esta noche en la pastelería, pero les quedará "algo de tiempo para disfrutar de la opila" y esperan, sobre todo, "que el buen tiempo acompañe".
"Es una pena cuando llueve un día de San Marcos, porque lo bonito es bendecir la opila y luego poder disfrutar de ella al aire libre", concluyen Ana y Elena Iriarte.