Goierri-Urola Garaia
Huyendo de la polémica creada en Gipuzkoa en torno a la recogida de la basura, en el restaurante Korta de Gabiria han decidido utilizar un sistema tan tradicional como efectivo para conseguir que la materia orgánica no acabe en el vertedero de Sasieta: han decidido dársela a los cerdos.
En Gabiria también han renovado el sistema de recogida de residuos: han instalado contenedores en varios puntos de la localidad y estos solo pueden ser utilizados por los vecinos, que cuentan con su propia llave de acceso. En dichos puntos no hay contenedores marrones, pues para la materia orgánica han optado por el compostaje. Esto era un problema para Inazio Soraluze, del restaurante Korta, pues en su establecimiento desechan a diario mucha comida. Lejos de enfadarse, ha optado por utilizar el sistema tradicional de los caseríos: dársela a los cerdos.
Lleva la comida sobrante a su amigo Joxe Mari Mujika, del caserío Noare. "Empecé hace unos siete meses, cuando el Ayuntamiento nos comunicó que iba a quitar los contenedores verdes. Lo que estoy haciendo no es nada revolucionario. Antes, en los caseríos, toda la comida sobrante se les daba a los cerdos".
En el Ayuntamiento vieron con buenos ojos su propuesta. "Le dije al alcalde que estuviera tranquilo, que el nuevo sistema no nos iba a dar ningún quebradero de cabeza. La verdad es que si no hubiéramos dado con esta solución, nos hubiera causado problemas: deberíamos compostar toda la materia orgánica y eso sería muy trabajoso para nosotros.". Mujika le da la razón. "Yo he trabajado en ello y puedo dar fe de que es muy duro".
Él también se muestra encantado, claro. De todos modos, puntualiza que no puede alimentar a los cerdos solo con la comida del restaurante Korta. "Quedarían demasiado duros. Las cabezas de langostino son buenas, pero las patas de las langostas son demasiado duras. Las comen muy despacio. Le suelo dar también harina de cebada y nabo. Las últimas semanas suele ser necesario, para que la carne se ponga tierna". Mujika tiene también carneros y a estos también les suele dar la comida del restaurante Korta. Pocos animales podrán presumir de comer marisco casi a diario...
Soraluze alaba las virtudes de este sistema de reciclaje. "Piensa que vienes a comer una chuleta y dejas varios trozos en el plato porque ese día no tienes mucho apetito. ¡Esa carne esta como para que la coma cualquier otro! ¿Cuánta gente comería el género que tiramos nosotros? Y antes iba todo a la basura. Los fines de semana le traigo a Joxe Mari unos 50 kilos de comida. Con eso y con un poco de harina de cebada y nabo, cría dos cerdos".
Soraluze no le pide nada a cambio. "Los cerdos, para él. Hay que tener en cuenta que criar estos animales da mucho trabajo. Hay que limpiar los cochinos y la pocilga, por ejemplo. De todos modos, si me trae algún chorizo, lo comeré a gusto".