Donostia. Medio centenar de puestos de bocadillos de txistorra alimentaron ayer la marea humana que dedicó su jornada festiva a disfrutar del día de Santo Tomás. Pero, aunque el pan sigue gustando a todo el mundo, el talo sube puestos en el ranking y nada menos que quince tenderetes dedicados a las tortas de maíz hicieron negocio en la feria donostiarra de Santo Tomás. El klak, klak, klak que se escucha con la elaboración de los talos se acompañaba, por regla general, de largas colas de espera para hacerse con este codiciado bocado, que costaba en torno a cinco euros. Ya hacia las 11.30 de la mañana, uno de estos puestos ubicado en la Bretxa tenía una larga fila de pacientes clientes esperando a que el producto saliese de las planchas y las sartenes.
Y, en cuanto a la txistorra, no solo de la frita vive el hambriento en Santo Tomás. Los puestos de embutido asado en la parrilla llamaron la atención y gustaron a más de uno, no solo por su sabor sino por su menor cantidad de grasa, muy apropiada para guardar la línea y para quienes tienen que seguir alguna dieta. A diferencia de los años anteriores, la feria no ofreció txistorra vegetariana a cargo de colectivos animalistas.
Quienes prefieren los dulces se atrevieron también con los chocolates y turrones, así como con la repostería artesana que se vendía en distintos puestos.