"Gallastegui revolucionó el mundo de la pelota al reivindicar el concepto de pelotari profesional"
La comisión Ego-Ibarra de Eibar presentará en diciembre un libro que recoge la vida, la trayectoria y la peculiar visión sobre el universo pelotazale que tiene el mítico pelotari Miguel Gallastegui. Este periódico se ha reunido con el autor de la obra, 'Amatiño', para conocer sus impresiones
Deba. Atareado con su empresa de comunicación Amatiño Consulting y alejado de los focos mediáticos que le apuntaron durante su etapa como primer director de ETB, el periodista eibarrés afincado en Deba Luis Aranberri Amatiño, ha dedicado el poco tiempo libre que ha tenido en los últimos años a escribir un libro sobre el emblemático pelotari eibartarra Miguel Gallastegui; ganador del manomanista en 1948, 1950 y 1951. A sus 68 años, Amatiño reconoce que los encuentros con el protagonista de esta obra le han permitido "conocer mejor a un hombre que revolucionó el mundo de la pelota y que ha sido un personaje de leyenda para mi generación". Además, gracias a este trabajo "he podido reencontrarme con el paisaje, el ambiente y las gentes de aquel Eibar de los años 50 y 60, que ya había olvidado", sentencia.
¿Cómo surgió la idea de escribir un libro sobre Miguel Gallastegui?
Todo empezó hacia 2001 cuando el médico Ander Letamendia presentó un libro sobre el pelotari Miguel Soroa. Gallastegui, Letamendia y yo coincidimos en la presentación y fue entonces cuando Miguel comentó que a él también le gustaría contar con su propio libro. Siendo Gallastegui de Eibar Letamendia dijo que ese trabajo tendría que hacerlo algún eibarrés... ¡Pues nada, Amatiño!.
Ha pasado bastante tiempo...
Sí, empecé con este trabajo en el año 2003, cuando Miguel Gallastegui tenía 85 años. Lo que pasa es que lo he ido haciendo en el poco tiempo libre que he tenido.
¿Qué metolodología ha empleado para llevar a cabo esta obra?
La base son las muchas horas de entrevistas en las que Miguel me ha contado sus vivencias aunque también hay una gran labor de hemeroteca revisando las publicaciones de los años 40-50 y numerosas conversaciones con gente mayor que convivió con Miguel. Si de algo estoy especialmente satisfecho es de las 400 anotaciones a pie de página incluidas en el libro.
¿Se trata de una biografía al uso?
En absoluto. Además de la vida y la trayectoria deportiva de Miguel, en el libro también se recoge el contexto en el que se vivía la pelota y el ambiente que había en Eibar en los años 40-50, los lugares de encuentro y los personajes de la época...
¿Qué papel desempeñó Miguel en el universo pelotazale de su época?
Sociológicamente, Miguel fue un revolucionario de la pelota porque priorizó y reivindicó el concepto de pelotari profesional. Fue el primero que empezó a negociar sus propios emolumentos con las empresas, era él quien decidía cuándo y dónde jugaba, exigió la habilitación de infraestructuras que no existían hasta entonces en los frontones como duchas, toallas o jabón... También revolucionó el juego de pelota en sí mismo porque hacía partidos contra dos o contra tres; fue el primero que salió de forma sistemática a jugar a Iparralde, Barcelona y Madrid...
También fue de los primeros en entrenar de forma sistemática...
Así es. En eso jugó un papel fundamental Justo Larrañaga, un panadero de Eibar que había jugado al fútbol en Primera con el Racing de Santander. Justo sabía lo que era entrenar y era quien preparaba las tablas de ejercicios para Miguel. Aquellos entrenamientos incluían desde andar por el monte hasta cortar leña.
En su libro describe a Gallastegui como un dandy de la época...
Es que lo era. Miguel era un hombre elegante que vestía bien, poco aldeano y reconocido por unos y otros. Tenía autoridad y prestigio y se reunía igual con el lehendakari Agirre en el exilio que con el gobernador civil franquista. Era muy echado para delante, muy eibarrés.
También dice que Miguel marca una época en el mundo de la pelota...
Hay dos puntos de inflexión en el mundo de la pelota. El primero llega con la irrupción de Miguel, que en 1948 provoca un cambio de ciclo al ganar la final del manomanista a Atano III, que llevaba 23 años sin perder. Y el segundo en 1985, con la llegada de la pelota a la televisión.
¿Puede contar alguna anécdota?
Los pelotaris de la época veían que Miguel era más que ellos por su condición física y un día Etxabe X, de Zumaia, fue a pasar una mañana entrenando con Miguel para ver cómo lo hacía. Luego se fueron a comer y Etxabe no podía levantarse de la mesa. Pensaron que le había dado un mal y llamaron al médico Isaac Biteri, que le miró y le preguntó: ¿Tú qué has hecho esta mañana?". -Pues esto, esto y esto. A lo que el médico respondió: ¡Tú lo que tienes son unas agujetas tremendas! ¡Y eso que era pelotari profesional en activo!
El título del libro 'La pelota según Miguel Gallastegui' dice mucho...
Sí, lo he elegido porque Miguel tiene su propia visión sobre la pelota. Está convencido de que todo lo que hizo lo hizo bien. Tomó grandes decisiones como enfrentarse a las empresas o marcar distancias respecto a todo el mundo... y él está orgulloso de todo eso.
A nivel personal, ¿qué le ha proporcionado este trabajo?
Me ha permitido reencontrarme con el ambiente, el paisaje urbano y los personajes del Eibar de mi infancia, que ya había olvidado.