zarautz. La artista zumaiarra Aran Santamaria lleva un año sumergida en un proyecto que le llena. Siente que ha encontrado su camino y se muestra "muy satisfecha". Aunque estudió cerámica en Deba y Aia y en el pabellón Zelai Azpi de Zumaia se dedicó a hacer instalaciones, ahora compagina sus clases como profesora de plástica con trabajos creativos con papel, un material que le da "mucho juego". Así, experimentando y más cómoda realizando obras en formato pequeño, se ha encontrado con una pasión que le ha enganchado: buscar libros antiguos en mercadillos y decorarlos con sus propias ilustraciones u otras imágenes desplegables. Tras ofrecer su primera exposición en Bilbao, ahora quiere que el público conozca su obra en Zarautz. Nos citamos en la librería Garoa, donde una visitante ya ha comprado el libro Heidi grandit y ha pedido que la artista lo firme. "Hace ilusión", admite. Su obra invita a viajar en el tiempo, a la niñez, cuando en un cumpleaños te regalaban un libro, lo abrías y se construía un castillo. Una no se cansaba de abrirlo y cerrarlo, con la misma ilusión. Esa misma sensación tendrán los que acudan a Garoa.

¿Cómo comenzó su afición por decorar libros antiguos?

El libro es un objeto que siempre me ha llamado mucho la atención. Recuerdo que cuando estaba estudiando cerámica en la escuela-taller de Aia solíamos ir a Arco y observaba con admiración cuadros y esculturas, pero un año había libros pequeños del artista italiano Bruno Munari y me fascinó. Me pase horas observándolos. Eran obras sencillas, pero preciosas. Me fui interesando cada vez más y comencé primero a encuadernar libros y a decorar los interiores con fotografías. En una ocasión cogí una obra antigua sobre plantas que tenía en casa, la forré, tapando cada página y me di cuenta de que tenía su encanto mantener el texto por debajo. Daba más juego. Así, poco a poco, comencé a buscar libros cada vez más diferentes, especiales... Ahora hago una selección más particular. Ya es como un vicio y estoy haciendo uno tras otro. En estos momentos estoy trabajando con un libro de mecanografía y con otra antigua edición de Alicia en el país de las maravillas y con sus propias ilustraciones. Es una mezcla entre collage y desplegables.

Y, ¿dónde consigue los libros?

Muchos los compro en Traperos de Emaús y también suelo acudir a los mercados de segunda mano. Es algo que me gusta mucho hacer: acudir a un mercado y observar los libros antiguos. Aunque al principio empecé a customizar los que tenía en casa. Cogiendo una enciclopedia vieja de mi padre, por ejemplo. Ahora, incluso cuando viajo también tengo en cuenta mi afición. Así, estuve en Oporto y me traje algunas obras literarias preciosas y muy antiguas. Utilizo mucho ilustraciones de otros libros para decorar los que estoy creando. En un principio, estuve pensando en editarlos, pero son originales y únicos y creo que perderían mucha calidad.

¿Cuáles expone en Garoa?

Para Garoa he seleccionado 20 libros y hay de todo. Obras como El primer manuscrito, O´grito da Terra, Les miserables, Atlas geográfico universal, Cuentos de Julio Cortázar y algunos escolares como Método de inglés. 1er grado o Lengua Francesa. Curso superior... Al principio realicé muchas obras recortando las propias páginas de los libros y dándoles diferentes formas, como plantas, árboles, pájaros... y también expongo algunos de esos trabajos en Garoa. Asimismo, hay otros ejemplares decorados con imágenes relacionadas con el tema que tratan, como uno sobre gimnasia, otro sobre recetas, anatomía... También hay una sección con trabajos diseñados con hojas de algún atlas. Otro material que utilizo mucho son los catálogos de papel para empapelar. ¡Aprovecho el milímetro! (risas).

¿Hay alguna obra que llame especial atención en la muestra?

Hay muchas curiosas, pero para la exposición de Zarautz he comprado uno en especial: Garoa, de Txomin Agirre. El visitante observará que le faltan unas páginas, porque lo he decorado con las imágenes que trae la propia obra. Por su parte, la sala de exposiciones de la librería zarauztarra la he decorado con marcos de segunda mano, una maleta y tetera antiguas y una silla para que el público disfrute observando los libros de Artista Liburuak durante horas.

¿Es la primera vez que presenta su obra ante el público?

Es la segunda ocasión. La Navidad pasada expuse en la librería Anti de Bilbao. Les enseñé mi obra y les gustó. Incluso vendí cinco libros. Me parece una muestra ideal para librerías y Garoa es un establecimiento muy bonito y por eso me animé. En Zarautz también están en venta mis trabajos y ya se ha vendido alguno. La mayoría por 80 euros. Te motiva mucho que a la gente le guste.