Donostia. La dirección de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Donostia trabaja, junto a la Fundación Zorroaga, Gureak y otras entidades de la ciudad, en la definición de un proyecto para el reparto de alimentos a personas y familias necesitadas de Donostia. Durante la primera y única reunión celebrada entre los distintos agentes implicados, se barajó la idea de comenzar una experiencia piloto en el local en desuso que la Fundación Zorroaga tiene en la calle Pescadería de la Parte Vieja. Por iniciativa propia, la institución privada ordenó los trabajos de limpieza de este local y, a partir de este momento, saltó la alarma entre los vecinos, hosteleros y comerciantes de esta zona, que iniciaron incluso una recogida de firmas "en contra de la ubicación del comedor".
Según explicaron a este periódico algunos vecinos y hosteleros promotores de esta campaña de firmas, fue el propio secretario de la Fundación Zorroaga, Ramón Jáuregui, quien les confirmó la intención de ubicar un "comedor social" en este local.
"Nosotros no estamos en contra de un comedor social, solo decimos que no es la ubicación idónea. Todos sabemos los problemas que hubo en el anterior Aterpe y la gente problemática que va a este tipo de comedores", explica un hostelero que prefiere mantenerse en el anonimato.
Lo cierto es que tras todo el revuelo generado en torno a este local, con campaña de firmas incluida, no existe un proyecto de "comedor social" como tal, sino la gestación de un proyecto más amplio "vinculado con la alimentación y que no se limita solo a la Parte Vieja", explicó ayer la directora de Servicios Sociales del Ayuntamiento, Tere Barrenetxea.
"La reacción de los vecinos está siendo desproporcionada y precipitada, porque no hay ningún proyecto definido todavía. Estamos hablando de un proyecto en fase técnica. En la única reunión celebrada, solo debatimos las necesidades, limitaciones, capacidades y alternativas existentes", aseguró Barrenetxea, quien avanzó a este diario que "en breve" mantendrán una segunda reunión de trabajo.
El nerviosismo entre los vecinos, hosteleros y comerciantes de la calle Pescadería ha sido tal que incluso una trabajadora de la Fundación Zorroaga acudió a la Parte Vieja a calmar los ánimos y explicar que todo fue una "confusión" y que no se trata de un "comedor social" sino de un proyecto de reparto de alimentos.
La recogida de firmas se ha paralizado, de momento, y los vecinos están a la espera de que los responsables municipales les informen de los detalles del proyecto.
En este sentido, la directora de Servicios Sociales del Ayuntamiento aseguró ayer que no tienen constancia de que ningún vecino haya solicitado una reunión en torno a esta cuestión e insistió en que no hay todavía un proyecto "definido". Por este motivo y "por experiencias previas, tenemos que trabajar con prudencia", subrayó Barrenetxea, quien a su juicio, ha sido la estigmatización de la palabra "comedor social" lo que ha generado esta "resistencia".
Por parte de la Fundación Zorroaga, su secretario Ramón Jáuregui, admitió que "sí se habló de comedor social, pero la idea se ha ido cambiando y, además, existen diferentes tipos de comedores sociales en función de a qué colectivos se destinarán y si solo será un servicio de reparto, y eso es algo que aún no se ha definido".
En definitiva, existe un proyecto para el reparto de alimentos a personas y familias necesitadas, que podía comenzar en la Parte Vieja o bien en otro barrio de la ciudad, opción que desde Servicios Sociales no se descarta.
Y es que el local de la calle Pescadería no es el único que se ha ofrecido para poner en marcha este servicio social. "Llevamos meses recibiendo propuestas solidarias por parte de entidades privadas, pero también de particulares y de colectivos de hosteleros", aclaró Barrenetxea, quien añadió que la función del Ayuntamiento ha sido comenzar a convocar y facilitar los contactos entre quienes han propuesto la iniciativa con el fin de articularla y ponerla en marcha.
En principio la idea es que Gureak aporte los alimentos, Zorroaga, entre otros, cederá el citado local objeto de la polémica, y el Ayuntamiento se encargará de "identificar a los usuarios" o posibles perceptores de estos alimentos, como pensionistas o perceptores de AES. "Se trata de un servicio para la gente de los barrios que están atravesando aprietos", concluyó Barrenetxea.