DONOSTIA. Los grupos municipales del PSE-EE y Bildu han alcanzado un acuerdo para extender en Donostia el quinto contenedor, el que recoge la materia orgánica, con lo que el Ayuntamiento descarta definitivamente implantar el sistema de recogida de basura puerta a puerta.

El portavoz socialista en el consistorio donostiarra, Ernesto Gasco, ha informado hoy del acuerdo en una rueda de prensa en la que se ha felicitado de que los donostiarras eviten el polémico sistema de recogida de basuras abanderado por Bildu en algunos municipios guipuzcoanos, ha informado el PSE en un comunicado.

Gasco ha explicado que el uso del quinto contenedor será voluntario, pero que contará con un chip para controlar qué vecinos reciclan los residuos orgánicos y establecer bonificaciones en el recibo municipal de la basura.

El edil socialista ha señalado que actualmente San Sebastián presenta un nivel de reciclaje del 33 %, una cifra que se espera ascender hasta el 60 % con la extensión a toda la ciudad del quinto contenedor, un sistema que lleva un tiempo funcionando de manera experimental en barrios como Amara y Gros.

Además, los dos grupos han pactado aplicar la recogida selectiva a los "grandes productores de residuos", tal y como se efectúa en la actualidad en el Hospital Donostia o en el mercado de frutas.

El objetivo del Ayuntamiento es llegar a otros sectores, como por ejemplo la hostelería, en la línea de la experiencia desarrollada en la Parte Vieja con la recogida selectiva de vidrio y cartón en comercios y bares.

También se implantará el contenedor naranja para la recogida selectiva de aceite doméstico no industrial, una práctica que ahora se efectúa a través de un camión de la Mancomunidad de San Marcos.

El sistema de recogida será evaluado cada seis meses y a finales de 2015 el Ayuntamiento analizará las medidas correctoras que se estimen oportunas para lograr el objetivo de reciclar el 60 % de los residuos en 2016.

El portavoz socialista ha indicado que el acuerdo es "una buena noticia para San Sebastián", que pone fin al "temor que tenían muchos donostiarras ante la posible implantación en la ciudad de los postes puerta a puerta".