EL escritor donostiarra Fermín Muñoz Echabeguren, especializado en temas históricos donostiarras, ha presentado una nueva publicación bajo el título ¿Qué sucedió en San Sebastián en el año 1813?. El autor, que recibió la Medalla al Mérito Ciudadano en 2010, ha optado por publicar, sin ningún tipo de ayuda institucional ni privada, su visión de lo que sucedió en la capital guipuzcoana cuando la ciudad quedó reducida a cenizas hace dos siglos. El objetivo del boletín, de 32 páginas, es "conmemorar el bicentenario de la destrucción" de Donostia por medio de "un escrito de fácil lectura", en el que se incluyen ilustraciones y se detallan los sucesos que tuvieron efectos en Donostia, desde la batalla de Vitoria y la derrota de los franceses, hasta el sitio de la ciudad, su destrucción y el empuje social que surgió para su reconstrucción.
Según explica Muñoz, "el único objetivo" de la publicación es que "los donostiarras, en lo posible, conozcan el detalle de aquellos sucesos que marcaron la historia de la capital guipuzcoana". Con esta finalidad, el autor ha distribuido el boletín, de modo gratuito, en las casas de cultura de la ciudad, en los hogares del jubilado y en las universidades "para que también los jóvenes conozcan la historia de su pueblo".
El boletín escrito por Muñoz es una narración detallada de los hechos militares que llevaron a la destrucción e incluye numerosa bibliografía, con el fin de quien quiera obtener más datos sobre el asunto pueda hacerlo.
puntualizaciones
A 'Donostia sutan'
El escritor finaliza la redacción de su trabajo con una serie de "puntualizaciones" al "manifiesto anónimo" difundido el pasado verano, en alusión a Donostia sutan, un texto suscrito por algunos rostros conocidos, como el historiador Iñaki Egaña, el etnógrafo Josu Tellabide o la escritora Toti Martínez de Lezea, y que mantiene unas tesis no compartidas por todos los historiadores. En síntesis, el manifiesto culpa de la masacre a los generales Álava y Castaños, además de al inglés Wellington, y de ordenar un ataque de especial crueldad contra la población donostiarra.
Muñoz, por su parte, asegura que en la historiografía no existe mención alguna del General Álava en el asedio a Donostia, como dice el manifiesto, aunque sí se conoce su actuación en Vitoria. También rechaza el protagonismo que otorga Donostia Sutan al general Castaños, Duque de Bailén. Muñoz recuerda que adquirió los terrenos donde se asienta en la actualidad el Palacio de Aiete y que asesoró a la reina Isabel II para que viniera a tomar los baños de mar a La Concha. "Es difícil imaginar -dice Muñoz- que el general Castaños, si fue uno de los responsables de la destrucción de San Sebastián, volviera después al mismo pueblo que destruyó y levantara un palacio y un parque".
Muñoz niega también que un millar de donostiarras fuera asesinados durante los trágicos sucesos. "Es una cifra que no se sostiene. Fueron muchos los donostiarras que huyeron de la ciudad antes del asalto y de los que quedaron solo se cita a unos pocos". Añade, por otra parte, que es cierto que "existió la violación de mujeres y el saqueo general".
El veterano escritor donostiarra tampoco comparte la idea que quienes reconstruyeron la ciudad tras el incendio fueran "especuladores y usureros", como los califica el manifiesto. El autor concluye sus apuntes preguntando "a qué viene la mención de la destrucción de Gernika en 1937". Y añade: "Qué tiene que ver la destrucción de dos ciudades distintas, en diferentes sucesos bélicos y fechas que no tienen parejo. ¿O se esconde en ello el síndrome político que falsea la historia e insiste entre el odio español contra los vascos?".