MUCHO se habla de la Belle Époque de Donostia, pero otras localidades de Gipuzkoa también fueron destino vacacional de la gente acaudalada. Por ejemplo, Ormaiztegi. El siglo XIX fue el Siglo de Oro de este pueblo de Goierri. Durante aquellos años alcanzaron notoriedad los hermanos Zumalakarregi y se construyó el famoso puente de hierro. Pero lo que atrajo a los visitantes fue el balneario. Ahora, muchos años después de su cierre, el museo Zumalakarregi ha propuesto a los vecinos confeccionar trajes como los que llevaban los turistas que venían de España y Francia. El objetivo es revitalizar el tradicional Día del Elegante (que se celebra durante las fiestas de San Andrés) y rememorar la época del balneario.

Los vecinos que deseen tomar parte en el taller de costura, deben inscribirse antes del sábado de la semana que viene. La inscripción cuesta quince euros. Precisamente el sábado, a las 16.30 horas, se seleccionarán las telas y se cortarán los patrones. El 13 de abril, a la misma hora, se repartirán y cortarán las telas. Todos aquellos vecinos que decidan tomar parte en esta iniciativa contarán con el apoyo de un grupo de costureras de la localidad. Eso será los martes. Además, cada quince días, los miembros de la asociación Anacrónicos Recreación Histórica ofrecerán asesoramiento.

Esta asociación colabora con la iniciativa también prestando varios trajes. Estos están expuestos en el museo Zumalakarregi. La muestra se abre de miércoles a domingo, de 10.00 a 14.00 y de 16.00 a 19.00 horas. La exposición permanecerá en la localidad goierritarra hasta el viernes que viene.

La asociación Anacrónicos Recreación Histórica no es el único compañero de viaje del museo Zumalakarregi. El Ayuntamiento y varios comercios de Urretxu y Zumarraga también apoyan el proyecto: el primero ha cedido el espacio de trabajo y los materiales necesarios para trabajar y varios comerciantes de las dos localidades vecinas han prestado maniquíes para la exposición. Se trata de la lencería Kuttun y las tiendas de moda MM Mentalia Sport, Laskurain y Crisys. El proyecto cuenta, además, con el apoyo de Almacenes Ciprián de Donostia.

La coordinadora del museo, Lourdes Azpiazu, está encantada con la acogida brindada a la iniciativa. Una quincena de vecinos se ha inscrito ya en el taller de costura y la exposición ha atraído a muchos visitantes. "Los miembros de la asociación Anacrónicos Recreación Histórica nos han explicado que las mujeres burguesas de aquella época se podían cambiar de vestimenta diez veces al día. Tenían un traje para cada ocasión. Algunas prendas eran tan especiales, que necesitaban ayuda para ponérselas".

También les daban mucha importancia a los complementos. "Tenían un sombrero y un pequeño bolso llamado limosnero para cada traje. Además, cuidaban mucho la pose. Se trataba de dar siempre una imagen de rectitud y elegancia. Las personas vestían la ropa, no la ropa a las personas".

Será difícil que los ormaiztegiarras del siglo XXI se muevan con la elegancia de los burgueses del siglo XIX, sobre todo a partir de ciertas horas, pero lo van a intentar. Azpiazu quiere animar a todos los vecinos a confeccionar sus propios trajes. "Los patrones serán simples y tendremos la ayuda de las modistas del pueblo. Además, este año no confeccionaremos las enaguas que utilizaban para dar volumen a los vestidos. Los próximos años, si la gente se anima, haremos trajes más completos", adelanta.

Los complementos y los peinados ayudarán también a sumergirse en el ambiente del siglo XIX. Nunca mejor dicho, si se tiene en cuenta que el objetivo es imitar a los clientes del balneario.

el balneario

Una ventana al exterior

Este edificio vivió su época de esplendor durante la segunda mitad del siglo XIX. Tenía capacidad para unas 500 personas. Como por aquel entonces Ormaiztegi no tenía estación de ferrocarril, los bañistas se bajaban en Beasain. Allí montaban en el carromato de los Irizar, germen de la actual empresa de autobuses.

A la sombra de aquel balneario se abrieron posadas y se crearon empresas. "Se abrió una ventana a la modernidad y en Ormaiztegi se podían ver cosas que no había en los pueblos de alrededor. Es normal que nuestro museo esté dedicado al siglo XIX", concluye.