aretxabaleta. Tiene un feeling especial con el ciclismo. No en vano lleva más de 40 años vinculado a este deporte y a la organización de la prueba txirrindulari que desde hace más de siete décadas no falla a su cita del 16 de agosto, en plenas fiestas de Andramaixak. Habla con cariño de este largo recorrido, mientras desgrana, sin perder la sonrisa, un buen puñado de recuerdos. Manolo Zubillaga dice que el ciclismo le ha dado mucho, sin embargo, cree que ya va siendo hora de pasar el testigo. "Mi idea es dejarlo una vez que se celebre el 75º aniversario de la Vuelta. Llevo muchos años en esto, así que hago una llamada para ver si alguien se anima a cogerme el relevo; le ayudaré en todo lo que pueda", señala.

El 2013 es un año importante para el ciclismo atxabaltarra.

Así es. La Vuelta al Valle de Leniz cumplirá el próximo 16 de agosto su 75º aniversario. Aunque hay que decir que la carrera inició su recorrido antes, pero en 1935 hubo un parón de ocho años en la organización con motivo de la guerra.

¿Qué tiene de especial esta prueba?

Es una de las más antiguas de Gipuzkoa. Incluso me atrevería a decir que a nivel estatal está también entre las diez primeras carreras que se pusieron en marcha.

¿Cómo celebrarán el aniversario?

Para empezar la Federación Guipuzcoana de Ciclismo ha querido homenajear la prueba con la celebración de su asamblea anual ordinaria (ayer en Arkupe) en Aretxabaleta. Por otro lado, hemos estado estudiando la posibilidad de que participen en la carrera equipos de Madrid, Burgos, Granada..., pero en estos momentos estamos un poco en un compás de espera por el tema del presupuesto. Posiblemente, ampliaremos los premios. Esta cita deportiva, dentro del Trofeo Euskaldun, congrega entre 100 y 120 corredores aficionados, élite y sub-23. Junto con la aportación económica que hace el Consistorio, hay una parte del presupuesto que requiere de patrocinadores y el año pasado la vuelta se desarrolló gracias a la colaboración de los comerciantes de Aretxarte.

En junio Aretxabaleta acogerá una de las etapas de la Emakumeen Bira.

La idea partió en una de las reuniones que mantuve con la alcaldesa para solicitar la ayuda económica del Ayuntamiento a raíz del 75º aniversario. Ana Bolinaga era partidaria de llevar a cabo alguna iniciativa en las que las mujeres fuesen las protagonistas y se me ocurrió la prueba internacional Emakumeen Bira que se organiza en Iurreta (Bizkaia). Se lo planteé a la organización y aceptó. Así que el próximo 7 de junio concluirá en Aretxabaleta la segunda etapa de esta carrera que reunirá a lo mejor del ciclismo femenino internacional, a 110-120 corredoras, entre ellas las campeonas del mundo y olímpica. Va a ser el plato fuerte del aniversario. Estoy convencido de que va a gustar y el valle se va a volcar. Será un día txirrindulari total.

75 años se dicen pronto, pero detrás hay mucho trabajo...

La prueba inició su andadura porque hubo algunas personas muy vinculadas al ciclismo que se embarcaron en esta aventura. El hecho de que haya logrado mantenerse durante todos estos años es motivo de gran satisfacción. En mi caso, tengo que decir que solamente he fallado un año porque estaba fuera de vacaciones. Entonces no había móviles aunque me las apañé para enterarme de cómo había salido todo (se ríe).

¿Cómo empezó a coquetear con el deporte del pedal?

No he sido txirrindulari, sin embargo, siempre he tenido algo especial con el ciclismo. Mi padre fue ciclista y quizás por eso siempre me he relacionado con esta disciplina. Cuando era chaval, con diez o doce años, se organizaba en Aretxabaleta una prueba de ciclocross y más de una vez cuando venían los corredores unos días antes para ver el circuito me ocupaba de enseñárselo. De todas formas el deporte siempre ha estado presente en mi vida: he sido delegado de atletismo, he tomado parte en el fútbol, la pelota.... Al ciclismo llevo vinculado más de 40 años, no soy delegado oficial de la UDA pero represento a este deporte y tomo parte en su organización.

¿Qué recuerdos guarda de sus inicios en este mundo?

Fueron tremendos en cuanto a organización. Cogimos el testigo de la carrera al Valle de Leniz y, más tarde, animados por un amigo muy emprendedor, Eloy Uriarte, impulsamos otras iniciativas. En mayo celebrábamos una competición para mujeres que dejamos de hacerla porque disminuyó el número de participantes. En los sanmigueles había otra prueba de juveniles en dos fases: por la mañana una ruta y por la tarde, con los 15 primeros clasificados, una contrarreloj. Organizamos dos o tres veces el final de etapa de la Vuelta al País Vasco y, además, un año su final fue en Aretxabaleta.

Una época memorable...

Se han vivido grandes momentos. Hemos estado a tope. Lo más importante tuvo lugar en 1967, aquel mes de enero se celebró la prueba de ciclocross de España y en diciembre de ese mismo año, tuvo lugar el primer Criterium Internacional de la modalidad. Estuvimos 23 años consecutivos organizando la carrera más importante del Estado de ciclocross. Y por aquel entonces a nivel de Europa estaríamos entre las tres primeras más destacadas.

¿Por qué dejaron de organizarla?

Una persona nos hizo una jugada. Estuvimos en tres mundiales para ver cómo se desarrollaban y promocionar de paso nuestra prueba. En Bélgica logramos que un directivo internacional nos diera el visto bueno para poder celebrar el Superprestigio en Aretxabaleta. Nos convocaron a una reunión a la que en nuestra representación acudió un señor de Tolosa con el que teníamos contacto a través de la federación. Yo no pude ir por motivos de trabajo. Este señor se las arregló para que la prueba se la llevaran a Zarautz. Nos cabreamos de tal forma que dejamos de organizarla, si no estoy convencido de que ahora seguiría existiendo el ciclocross en el pueblo.

¿Qué le ha dado el ciclismo?

Sinsabores en más de un momento y, sobre todo, una alegría tremenda.

Para concluir, su ciclista o ciclistas favoritos...

En su día fue Bahamontes y luego Luis Ocaña. De los últimos tiempos, me ha gustado Armstrong.