"pACO Rabanne se extrañó de que en tantos años no se hubiera adelantado nada en la urbanización de La Herrera", comenta Iñaki Aristi, miembro de la plataforma La Herrera Herrira. Este movimiento ciudadano trabaja para que el ámbito portuario de 135.000 metros cuadrados se convierta en un área de espacios libres para la población de Trintxerpe y alrededores.
Una delegación de vecinos de Pasaia y representantes del Ayuntamiento encabezados por la alcaldesa, Amaia Agirregabiria, se pusieron en contacto con el modisto pasaitarra y le hicieron una visita en Hendaia, donde pasa las vacaciones de Navidad desde hace años. "Nos recibió muy bien", señala. "Aprovechamos la visita para explicarle en qué contexto los vecinos hemos realizado una nueva propuesta de ordenación de La Herrera, donde también se contempla el espacio Paco Rabanne", recuerda Aristi.
En la reunión transfronteriza, La Herrera Herrira le explicó detalladamente a Rabanne en qué consistía la propuesta ciudadana que en mayo de 2011 fue aprobada por parte del Pleno municipal. Dicha propuesta fue realizada con la aportación de más de 150 vecinos de la localidad durante dos años. La participación ciudadana fue valorada muy positivamente por Rabanne. Le gusta que las ideas partan del propio pueblo.
En el documento vecinal se puede leer que "La Herrera por su localización, comunicaciones y características físicas, tiene vocación de ser un lugar de referencia de la vida urbana del entorno que le rodea, de forma que, resolviendo los problemas urgentes de la ciudadanía de Pasaia, ambiciona ser un lugar de referencia".
"La Herrera se configura, por tanto, como el espacio de oportunidad más importante para superar los desequilibrios sociourbanísticos de gran parte del territorio pasaitarra, fundamentalmente de Trintxerpe y su entorno", añade.
Según defendían los vecinos, la principal virtud de La Herrera es la de suplir la carencia de espacios libres y de espacios de ocio y empleo en el entorno. Y es que en su opinión "la necesidad de espacios libres y empleo es infinitamente superior a la necesidad de construcción de vivienda nueva".
Es decir, "la regeneración de La Herrera debe contribuir, a la vez que a reequilibrar la densidad de población y la carencia de espacios para el ocio, la cultura y el deporte, a la implantación de actividades económicas que generen empleo".
Tal y como explican los vecinos, "la regeneración de La Herrera debe equilibrar la pérdida de empleo, una de las consecuencias más graves de la situación actual. Esa actividad económica, debe ser una actividad económica limpia, relacionada principalmente con el turismo, la investigación y el mar".
En el mismo documento se especifica que el espacio Rabanne iría junto al edificio de la tenencia de alcaldía de Trintxerpe y el Azoka. Entre ambas construcciones se habilitaría una plaza de una superficie aproximada de mil metros cuadrados.
Aristi asegura que en su encuentro Paco Rabanne, el modisto se comprometió a trabajar conjuntamente con los pasaitarras para hacer realidad su espacio.
2007
Última visita
La última visita del gurú de la moda a su localidad natal fue en 2007 para conocer de primera mano las propuestas de los alumnos de arquitectura de Donostia sobre el "espacio interactivo de cultura-arte-economía" basado en el ecodiseño, las nuevas tecnologías y el aprendizaje aplicado a la moda.
El espacio de Paco Rabanne no solo se destinará a mostrar sus icónicos vestidos de chapas de metal, sino que sus modelos compartirán espacio con las creaciones de los jóvenes vascos que trabajan en la moda. Sin embargo, no se han concretado los contenidos ni la financiación del proyecto.
Ha pasado un lustro desde aquel capítulo, y poco o nada se ha avanzado. Las competencias e intereses de diversas instituciones dificultan cualquier plan. No obstante, Rabanne sigue interesado en ceder su nombre para su espacio.
Muchos planes
Ninguna piedra
En 1995 se empezaron a redactar los primeros planes para la ordenación de La Herrera, donde se pensaba en una zona de conjunción entre el pueblo y el mar, donde su pasado pesquero serviría para dotar a la localidad de riqueza cultural.
Pasaron los años y los proyectos de las instituciones se iban haciendo más y más grandes. Se crearon organismos como Badia Berri y Jaizkibia encargados de impulsar la regeneración de La Herrera. Pero nada.
Eran años en los que se hablaba de torres de diez o doce pisos para oficinas en La Herrera, de proyectos de más de 20 millones de euros, se empezó a gestar la idea del puerto exterior y se proyectaban edificios singulares muy ambiciosos como churros. Por último, se propuso construir 2.500 viviendas.
La proyección de más viviendas en una zona degradada y con alta densidad de población sirvió de acicate para que los vecinos se unieran en contra de estas planificaciones. La crisis económica puede servirles de aliado. "Antes la construcción de viviendas era un disparate y ahora incluso más", defienden los ciudadanos.
La materialización de la propuesta ciudadana para La Herrera se encuentra en un impasse, ya que depende de la desafectación de los suelos que en la actualidad pertenecen a la Autoridad Portuaria de Pasajes. La Herrera Herrira ante este panorama prefiere ser optimista y seguir trabajando.