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Me caso en Miramar

El palacio de la bahía ha acogido cinco ceremonias de boda y tiene siete reservas para 2013

Me caso en MiramarFoto: ainara Garcia

Donostia. "CASI todas las semanas llama gente interesada y, de momento, ya tenemos unas siete reservas para 2013". El gerente del Palacio de Miramar, Vicente Gascón, se muestra satisfecho por la acogida que ha tenido la posibilidad de celebrar bodas en este antiguo palacio. Empezaron a ofrecer sus salones en abril y este verano ha habido cinco parejas que han elegido el Palacio de Miramar como marco para su enlace.

"Las bodas se organizan con mucha antelación, por eso esperamos que haya más el próximo año", explica Gascón. En realidad, lo que ofrece el palacio son sus salones durante varias horas para celebrar una ceremonia con invitados que no es oficial: el matrimonio como tal deberá celebrarse, como hasta ahora, en el juzgado, en los ayuntamientos o en una iglesia. Tampoco se ofrece la posibilidad de ofrecer banquetes en el interior del palacio.

Los novios son los encargados de llevar su propio maestro de ceremonias (que no tiene por qué ser un concejal ni juez) y de organizar el evento a su gusto, el día y la hora que ellos quieran, siempre que las salas del palacio no estén ocupadas. Y la tarifa que deberán pagar está entre los 180 y los 300 euros, la mitad de lo que supone alquilar uno de los salones de manera habitual, ya que la ceremonia no durará mucho más de una hora o dos. Para el palacio es una nueva forma de aprovechar sus instalaciones y para muchas parejas, Miramar ofrece un marco especial y con encanto.

segunda ceremonia

La mayoría, donostiarras

Y es que la mayoría de los novios que ya han pasado por allí o que han reservado cita para 2013 son donostiarras que conocen el palacio y que por eso se han decantado por él. Gascón explica que, por ejemplo, una de las parejas que acudió a Miramar este verano eran unos donostiarras que viven en Holanda y que se habían casado allí. Sin embargo, querían organizar un pequeño evento para volver a celebrar, esta vez con los familiares y amigos de Donostia, su enlace. Reservaron una sala en el palacio y, después de la ceremonia, se fueron a cenar.

Antes de que el Palacio de Miramar ofreciese la posibilidad de acoger ceremonias de bodas en sus salones, numerosas parejas escogían también los exteriores de este edificio, y sus llamativas vistas, como escenario para sus fotografías.