Lazarraga comparte sus encantos
la joya verde del palacio de oñati se abrirá al público tras la cesión del duque de sotomayor
alas 11.40 horas del sábado 9 de febrero de 1907, doña María de Artazcoz y Labayen (1892-1930), acompañada por sus padres, los señores Francisco Javier de Artazcoz y Urdinola y María Luisa Labayen y Aranzabe, protagonizó la plantación de un nogal negro de cuatro años de edad y dos metros de altura. La escena tenía lugar en el histórico jardín del palacio Lazarraga de Oñati. Este esbelto ejemplar y otros muchos que presumen de superar la barrera de los cien años pueblan la magnífica pradera que tras siglo y medio de privacidad, abre ahora sus puertas para compartir sus múltiples tesoros con el público.
Robles, magnolios glandifora, fresnos, tulíperos de virginia, hayas, nogales americanos, tilos, un castaño de indias y un imponente cedro de atlas forman parte de la riqueza botánica que crece en los 4.000 m2 de vegetación de este jardín paisajístico de estilo inglés, propiedad del Ducado de Sotomayor, que se han integrado en el sensacional conjunto monumental oñatiarra.
Esta joya verde, enclavada en pleno corazón del casco histórico, desvelará su misterio gracias al convenio de cesión que el pasado 28 de septiembre suscribieron el alcalde, Mikel Biain, y Carlos Martínez de Irujo, actual duque de Sotomayor. "Para mí es un orgullo compartir el jardín con todos los oñatiarras", afirma Martínez de Irujo.
De momento, el primer aperitivo de este rincón natural con encanto y solera, se sirvió el domingo de Rosario de la mano del concierto de la banda municipal y que, como no podía ser de otro modo, concentró a un nutrido público. Y es que a pesar de su estratégica ubicación, muy pocos oñatiarras habían tenido el gusto de conocer estos jardines, que han sido testigos de la infancia y veranos de una de las grandes familias de la aristocracia.
gastos de mantenimiento
A cargo del Consistorio
Gracias a la cesión gratuita para su uso público, en breve, este recinto podrá visitarse de 9.00 de la mañana hasta una hora antes de la puesta de sol. El Consistorio asumirá los gastos de mantenimiento y de la colocación de diez bancos de hierro forjado (acorde con la estética del entorno), papeleras y cámaras de videovigilancia. También pintará la fachada del palacio que da al parque.
"La fecha de apertura depende de trámites burocráticos. Hace falta cerrar el tema del seguro de responsabilidad civil (contratado por el Ayuntamiento) y la instalación de las cámaras. Cuando estén listas ambas cosas, que no creo que se demoren mucho, el jardín se abrirá", explica el duque de Sotomayor. De la misma manera, se van a retirar las ramas secas de algunos de los árboles centenarios como "medida preventiva".
un plus
Al Conjunto Monumental
No es la primera vez el Ayuntamiento y la aristocrática familia sellan un acuerdo. Precisamente, la construcción del frontón descubierto de la plaza y sus alrededores es fruto de la cesión realizada por Javier de Artazcoz en diciembre de 1858.
En esta ocasión, el buen entendimiento entre el primer edil y Carlos Martínez de Irujo ha permitido cumplir una iniciativa que muchos han aplaudido. "Cuando mi padre falleció en agosto del pasado año recibí una carta de pésame de Mikel Biain. Me gustó muchísimo. Al venir a Oñati fui a verle para darle las gracias personalmente y, entonces, me planteó la apertura de los jardines al público. Así fuimos madurando la idea", explica el duque de Sotomayor.
"El objetivo es incorporar los jardines al resto del Conjunto Monumental de Oñati -declarado por el Gobierno Vasco-. Mi deseo es que la gente los disfrute y los cuide con cariño. Es un espacio que con carácter cultural se brinda a los oñatiarras y a aquellas personas que visiten el municipio, porque el propósito, a su vez, es promover el turismo. Que la gente conozca Oñati, su patrimonio de primer orden. Todo lo que yo pueda hacer para colaborar en esta línea, lo haré encantado", añade.
Martínez de Irujo agradece y destaca, asimismo, el "excelente" trabajo que han llevado a cabo todos estos años la familia Gordoa, "primero su padre y ahora Juan", en el cuidado y conservación de la casa palaciega y su bella zona verde. "Para mí es un logro que el pueblo pueda gozar del jardín", manifiesta el actual administrador, Juan Gordoa, que ha ayudado a que esta aspiración se haga realidad.
El duque de Sotomayor esboza una sonrisa al escarbar en sus recuerdos. "Oñati supone mi infancia y juventud. Veníamos en julio y nos íbamos después de la fiestas del Rosario. En Madrid estábamos vigilados y cuando llegaba aquí tenía total libertad. Iba a la calle, con la cuadrilla a Urbia e, incluso, llegamos a ganar el segundo premio de un concurso de recogida de perretxikos en Tolosa", rememora el sobrino de la duquesa de Alba.
"Fue un época de gran felicidad. Yo siempre me he sentido más oñatiarra que madrileño. Así que cuando te vas haciendo mayor vuelves un poco a los orígenes", asegura. Este acogedor paraje, en el que dice estar "encantado", es el lugar al que se escapará sobre todo en verano. El resto del año estará a merced del deleite de todo aquel que se precie.